Pensando en lo que me rodea [libre]

Cuando salí de la biblioteca, estaba cansado, agotado, y un tanto frustrado. "Las cosas no están saliendo como deberían" pensé.... Era mi primer año en aquel sitio, y sitio como ese cerca de lo que para mi era familiar son los que se agradecían en momentos como estos. Sabía que por mi ciudad algo no iba bien, no recibiía noticias de mi madre en una semana. Estaba preocupado. Dichosas lechuzas! pensé... seguro que se había equivocado de buzón.

Miré al horizonte donde el sol se escondía entre las montañas dejando a la luna sola en la manta oscura que coloreaba el cielo.
Me descalzé y sumergí mis pies en el agua fría... quizá eso me ayudara a pensar.

No sabía muy bien por qué mis pies me había llevado hasta allí. Estaba enfada, iba farfullando cosas por lo bajo, la mayoría de ellas insultos y palabras que poco me gustarían que alguien escuchara salir de mi boca, vaya deshonra. Pero estaba sola y me lo podía permitir o eso pensaba.

-¡Estúpido colegio, estúpidos alumnos y estúpidos todos! -llevaba un rato andando por el límite del río y ahora veía unos zapatos en medio del embarcadero y un poco más allá a un chico con los pies en el agua. En ese momento me arrepentí del grito profundo de enfado que acaba de emitir, no por él, sino por mi mal humor que traía ya del colegio.

Me quedé parada casi sin habla, a los escasos diez metros que estaba de mí bien me había oído.

Seguía pensando frente al agua, quien consiguió hacer que mis pies se durmieran practicamente y se bloquearan dado a la baja temperatura de ésta. Mientras escuchaba que alguien se acercaba. Intenté cercionarme de donde me había guardado mi varita la última vez, dado que era mi primer año no sabía qué personas podrían causarme problemas y quienes no. La palpé por encima de la túnica y entonces me giré. Oía voces que maldecían a todo bicho viviente. " Alguien que también necesita un sitio como este para estar solo" pensé.

Cuando ya estaba muy cerca, vi como se fijó en mis zapatos, y como de pronto levantó la cabeza. Por su aspecto debía ser una Slytherin y si no el sombrero se equivocó esa vez.

Cuando la chica se cercionó de que no estaba sola, se paró en seco. Yo que la estaba mirando, aunque entredientes y mirando hacia otros lados dije: - También necesitas un sitio donde estar sola?- Paré y seguí: - Soy Chuck Roswel, Slytherin.. y tu eres...?-

-Geneviève de Lioncourt, Viè, para abreviar -le dije del tirón, aunque me gustase más que me llamaran por mi nombre completo-. Un sitio donde estar sola se me hace escaso, necesito unas vacaciones, lejos, muy lejos. ¿Te has dado cuenta de lo estresantes que son los de primer año? Espero que no fuésemos así de... mocosos cuando teníamos esas edad -reí suavemente, aunque estuviese de mal humor. Vista la ropa del chico, era un Slytherin también, así que seguramente entendiese mis odios-. Y tú qué, ¿harto del colegio, cansado, enfadado? -le pregunté mientras que me sentaba a su lado.

Cuando la chica se presentó acerté de pleno con la casa. Se quejaba de los de primer año de Hogwarts. Se interesó entonces por la causa de mi soledad y dije: - En realidad un poco, necesito salir y tomar el aire de vez en cuando, por mi cabeza siempre rondan muchas cosas y me saturo estando tanto tiempo encerrado- Dije sin más dilaciones. En cuanto paré me quedé pensando y es que había sido tan mal educado, de no levantarme ni si quiera y eso no es lo que me habían enseñado mis padres. Entonces me apoyé con la mano y me levanté. Entonces dije: - Disculpa mi mala educación pero estoy tan metido en mis cosas que a veces se me olvida hasta lo que me han enseñado mis padres desde pequeño.- Entonces me acerqué y le tendí la mano saludando de la manera mas formal que conocía.

Antes de contestar a lo que me había dicho también me levanté y le estreché la mano con suavidad, el tiempo que marcaban como cortés las leyes más antiguas.

-No te preocupes, nunca se duda de la educación de un Slytherin -le dije con una suave sonrisa-. No era necesario que te levantaras, que me daba por saludada -y me volví a sentar, dejando que el aire suave y helado alborotara mi pelo y me enfriara todo el cuerpo. Me hacía sentir un poco como en casa-. Este es el mejor sitio cuando te quieres olvidar de todo, cuando hacer travesuras por el colegio ya no te saca una sonrisa -dije riendo-, me recuerda a mi tierra, por aquí siempre hace mucho frío -comenté y añadí velozmente-, soy de Helsinki, siempre se me olvida decir ese detalle cuando me pongo a hablar de lo mucho que me gusta el frío. Y bueno, háblame de ti -dije de repente, mientras que me tumbaba en la fría madera.

Vi como se sentaba en la madera y me volví a sentar, esta vez a su lado. Helsinki? pensé para mi. Entonces comencé: - Yo soy de Irlanda, de un pueblecito llamado Dunmore en la provincia de Port Lairge. Allí hace frío también, pero no es lo mismo que Helsinki- Añadí con tono algo gracioso. Entonces me fije en su cara mientras le hablaba, sin poder remediarlo, sus ojos destacaban en su cara, quizás por lo azules que eran o quizas por el contraste que hacían con su pelo color cobre. - Mi padre murió cuando yo tenía 12 años, y mi madre ha cuidado de mi todo este tiempo, he entrado nuevo este año directamente en 6º, mi madre dice que mi carta fue un poco rara, que no era lo "normal", me metieron en Slytherin sin pasar por el sombrero y me hicieron venir con el curso una vez ya empezado- Intenté resumirlo de forma rápida ya que no consideraba mi vida muy interesante, esceptuando mi mayor secreto.
Entonces pregunté rapido: - Y tu? seguro que me puedes contar cosas sobre tí mucho más interesantes-

-No, para nada es lo mismo -corroboré, riendo suavemente al pensar en el "frío" invierno inglés. Luego escuché atentamente lo que me contaba de su vida-. Sí, es un poco extraño. Siento lo de tu padre -dije de corazón-. Curioso lo de la carta pero bueno, no hay duda de que sabían que debías pertenecer a la mejor casa de todas -le dije regalándole una sonrisa-. Mi vida... -dije con un suspiro- tampoco es que sea algo realmente interesante. Estar encerrada en el colegio es lo que me toca ahora, sin que pueda hacer nada, sólo quejarme. Y algo interesante sobre mí... Cantar, lo adoro, mi madre siempre ha dicho que le he robado la voz a alguna sirena y te aseguro que no es amor de madre -añadí con una suave risa, contrastando con el fuerte comentario egocéntrico que acababa de decir-. ¿Qué es lo que se te da bien, lo que de verdad te llena? -le pregunte, aunque la mirada clavada en el ya casi oscuro cielo de la noche.

Me contó sobre ella, Le encantaba cantar. Para mi siempre ha sido algo verdaderamente díficil, mucho más que montar en escoba. Cantar... seguro que cantaría muy bien.

Me preguntó sobre que era realmente lo que me llenaba, y yo sabía la respuesta, y en realidad hubiera preferido que esa pregunta hubiera llegado más tarde, puesto que mi verdadero afán por saber, podía quedar desfasado en una conversación como la de ahora. Además por lo que había oído dentro de los Slytherin no se considera muy seguidor de la casa. Bueno le acababa de conocer y en realidad sería mejor que sincerase desde el principio. Comencé a contarle: - Verás, llenarme, lo que es llenarme, me llena, leer, conocer, saber... y saber mucho- paré para pensar y seguí: - mi padre siempre me dijo que un mago que fuera buen mago y que supiera mucho sería mucho mejor que ser un buen mago a secas- No se que pretendía conseguir con eso... pero me salió así. Cada que le miraba a los ojos, ella debía darse cuenta de lo muy curiosos y bonitos que me resultaban, porque mi mirada debía cambiar, y eso mientras le cuento cosas me incomodaba... además se pelo...

En ese momento salí de mi propio ensimismamiento y le dije: - Se hace tarde vamos dentro?-

-Saber mucho está bien, por supuesto. ¿Qué seríamos si no supiésemos nada? Nada, eso es lo que seríamos -le dije seriamente, a veces me daban aquellos ataques filosóficos.

Notaba como me miraba fijamente a los ojos y cuando le devolvía la mirada parecía nervioso. Le sonreí suavemente y me levanté al escuchar sus últimas palabras. Me enderecé un poco la ropa y la capa, me despeiné el pelo en modo gamberra mientras me reía y me froté las manos que se me habían quedado frías. Era algo que no podía evitar, ni siquiera en verano.

-Tú diras a donde me llevas, caballero -dije riendo otra vez.

su actitud me hizo quitarme mis problemas de la mente y me sacaron una sonrisa tímida. Se levantó y me dijo que a donde le llevaba. Estuve pensando sitios donde puediéramos estar a gusto y algo mas calientes que aquí fuera. Pensé: Gran comedor... mucha gente, salas... habría que buscar una vacía. Entonces dije:- Tenemos dos opciones, y tendrás el beneficio de poder elegir cual te parece más apropiada- dije con un poco de aire redicho- tenemos la torre de astronomía... la conoces? o.... nuestra magnífica sala común.. - Paré unos segundos para darle tiempo a pensar y dije: - ¿y bien?-

Mire el cielo durante los segundos que me dio para pensar. El cielo estaba despejado y seguro seguro que desde la torre de Astronomía se verían a la perfección.

-Torre de Astronomía -decidí, mientras que dirigía la mirada hacia el castillo, casi inconscientemente-. Sin duda que hoy será una noche genial para estar por allí. ¿Has estado ya alguna vez? -pregunte curiosa, con la mirada un poco pícara mientras empezábamos a andar pero sin quitarle ojo de encima. Quizás ya hubiera estado con alguien más allí.


Off: me voy a cenar, abre tema allí si quieres y luego lo busco : )

Me pareció una decisión correcta, me preguntó si había estado antes allí, así que contesté rápido: - En realidad no, pero piensa, he leído bastante sobre ella- lancé esa última broma junto con una pequeña carcajada tímida que apenas salió de mi boca. - Tu ya has estado antes?- Le pregunté mientras andábamos hacia el castillo.

En realidad necesitaba de una compañia, cuando mi a mi cabeza le daba por pensar era lo mejor que podía pasar. La miraba de reojo y me acordé que en realidad todo el mal humor que tenía encima se había esfumado.

off: ok!