Noche despejada [Geneviève de Lioncurt]

-Espero que no seas así siempre con las mujeres, ¡decir que estás pasando frío con una al lado! -negue con la cabeza riendo con suavidad-. En fin, podemos buscar un aula vacía o puedo hacer aparecer cualquier cosa que necesitemos, sé de unas cortinas que sacan el frío del exterior y dejan el ambiente de un interior caldeado -intenté resumir, no era de esos momentos de los de hacer grandes discursos-. Pero tendrás que acompañarme a por mi varita -dije señalándome con la cabeza. Cuando había hecho la tontería de que me iba la había dejado en el suelo, cuando me había desarmado.

Lo empujé suavemente, haciendo que diera dos pasos hacia atrás pero sin perder el equilibrio ni el contacto que tenían nuestros cuerpos pero entonces paré y me acerqué a su oído para preguntarle.

-O quizás prefieras buscar la sala vacía pero me gustaba este sitio, con el cielo lleno de estrellas -susurré y recorrí suavemente el contorno de un oreja con mi lengua, para finalmente darle un mordisco en el lóbulo, sin dejar de bailar en ningún momento, cada vez con movimientos más profundos y lentos.

En realidad por momentos estaba dejando de tener frío. Sus movimientos conseguían calentarme poco a poco, y su lengua por mi oreja consiguió que algo en mi tuviera un acto reflejo. Estabamos tan cerca... seguro que lo notaría. Entonces concentrándome mucho dije: - no pasa nada, creo que ya tengo menos frío - entonces seguí - quedémonos aquí -

La notaba tan cerca,.... la cosa había cambiado por momentos, necesitaba de ella. Entonces le susurré: - de momento no te va a hacer falta la varita - . Cogí a Viè, y la empujé contra la barandilla, mientras nuestros cuerpos seguían pegados. Entonces le besé de nuevo entreabriendo un poco mi boca, buscando el calor de la suya.

Sonreí cuando dijo que ya no tenía tanto frío y al instante siguiente me vi acorralada entre su cuerpo y la barandilla. Me besaba con un poco más de intensidad, queriendo profundizar más el beso. Le mordí suavemente el labio inferior y luego dejé que el beso se profundizara, lentamente. Mis uñas arañaron con suavidad la parte de atrás de su cuello, subiendo a veces hasta jugar con su pelo.
Después de finalizar el beso le desabroché el segundo botón de la camisa.

-¿Frío? -le pregunte con suavidad con mis labios sobre la piel que acababa de dejar al descubierto. La besé suavemente mientras que desabotonaba el siguiente botón y volví a preguntar lo mismo-. ¿Tienes frío otra vez? -le pregunté, dejando escapar suavemente el aire sobre su piel y seguidamente pasando mi lengua por el mismo lugar. Luego subí la vista, para mirarlo a los ojos y le robé un rápido beso.

- N... No..- contesté costándome un poco pronunciar palabra. Ella jugaba conmigo, con mi camisa, con su lengua... Me robó un beso y entonces yo comencé de forma más apasionada besandole el cuello hasta llegar a la parte frontal. Le daba besos una y otra vez, y con mis manos le cogía el cuello.

Sentía su cuerpo contra el mío, y por supuesto ya no tenía frío. Necesitaba más de ella. Su ropa era justa como de cuero, le quité la túnica dejandome ver su contorno y su físico dibujado en la prenda ceñida que llevaba. Y puse una de mis manos en la zona del vientre por la que fui subiendo muy despacio.

Atrapé la mano que había puesto sobre mi cuerpo y la alejé suavemente, entrelazándola con la mía. Me acerqué lentamente a su oído, aguantando la risa.

-Mmm... Te diría que ha estado bien pero... bueno, tampoco es que haya pasado mucho. Nos vemos, cariño -dije con rintintín la última palabra, le mordí la mandíbula suavemente y eché a correr hacia la puerta de la torre, riéndome.

Aquello si que era divertido.

- y eso es todo?- Dije gritando mientras corría hacia la puerta. Chuck se había mosqueado. Ya estaba cansado de que las chicas jugaran con el. Cogió la varita y apunto rápido a la puerta. Pero no fue capaz de hacer nada. Simplemente se quedo expectante, viendo como ella salía rápido de allí como si solo hubiera sido un entretenimiento.