Entre voces [Roikan Suir] + 18

Aun no me creia que esto estuviera pasandome, pero no iba a quedarme parado para esperar a ver si despertaba o si en cambio, era la realidad, pero Ariel sabia lo que hacia, descubrio un punto debil que yo desconocia, haberlo conocido creo que habia sido mas extraño...a lo que iba, estaba jugando con mi debilidad y yo solo disfrutaba hasta que cuando mi corazon quisiera podia pararse, pero al ritmo que esto iba no se yo si dejaria de latir.

Pero yo tenia mis trucos, no comparables con los de Ariel, pero funcionaban, en algunos casos, una vez mi camiseta dejo de cubir mi cuerpo los turnos del rol cambiaron, en pocos segundos era yo el que estaba deleitandome con su cuello y dejandole una marca como ella hizo conmigo, mis manos se colaron por su camisa, y con un leve sonido no desaparecieron, del todo, simplemente que ya no estaban en su cuerpo.

Esto me estaba gustando aun mas, si cabia...

No sabria describir con exactitud el porque adoraba su cuello, quizas fuera porque era tan suave que la seda se quedaba en comparacion por los suelos, quizas era porque estaba muy caliente, quizas porque sus latidos se hacian ahi mas intensos o porque habia un embriagador aroma a naranja...no se decirlo exactamente, pero aseguro que era muy excitante besarlo, marcarlo y lamerlo.

Note que se separo quizas hacer desaparecer su ropa le molesto o algo o hice algo que no debi. Por un acto reflejo dirigi mi mirada hacia donde seguian estando mis manos, en su vientre, y de haber sido un manga, o un anime, llegar hasta la luna habria sido facil, pues un chorro de sangre me impulsaria.

Aunque no estaba del todo desnuda pues aun llevaba el sujetador, ni tampoco hacia falta, me ruborice tanto que pense que bati records personales, y mis latidos se dispararon a un ritmo que pense que no solo se saldria de mi pecho, sino que se iria a unos cuantos kilometros a la lejania.

Me sonroje bastante cuando me abrazo, teniendo en cuenta que senti mas cosas que con un abrazo normal, obviamente, esa sensacion de calidez creo no la senti nunca, normalmente alguien suele compararlo a un abrazo materno, obvio que no haya sentido nada, si fura por mi madre me hubiera asesinado nada mas nacer, menos mal que mi padre, aunque loco tambien, opto por abandonarme, lo mejor que pudieron hacer.

Sus palabras me calmaron, me gustaron, y lo que paso un segundo despues hizo que agachara la cabeza, pidiera disculpas e intentaba que no se viera mi rostro, estaria tan rojo que podria derretir un trozo de hielo casi a distancia.

-Lo..siento...-murmure con un hilillo de voz casi ininteligible.

Creo que no era por que "la hebilla del cinturon" hubiera hecho brincar a Ariel, sino que por primera vez penso en sus padres, y me avengorzo que fuera en esta situacion y que fuera en ellos en los que pensara, con todo el daño que me habian hecho ahora tenian que venir...ahora...

La broma que solto me hizo reir, con lo que aquel recuerdo negro se alejo y se esfumo, cuanto mas mejor.

-¿Alguna vez pensaste que era impotente? -pregunte riendo levemente y besando tiernamente sus labios. -No era por eso, es...demasiado complejo....

-No creo que hablar de eso fuera a cambiar nada, pero si quieres escucharlo y no te importa que dejemos esto a medias te lo contare. -dije con una sonrisa sincera, ahora que lo pensaba, jamas, ademas de Karl, hable con nadie de esto, pero bueno, con Karl no contaba el era yo, asi que sabia mis recuerdos.

Enrojeci bastante cuando dijo eso y queria escuchar mi historia, ¿cada cuanto pasaba eso? ¿Un milenio? ¿Dos? ¿Quizas Tres? No pasaba nunca...

-Como dije es algo complicado...mi...familia, si se le puede llamar a asi a eso, no era una familia ni normal ni corriente, digamos que desde que un miembro de tal nace hasta que muere tiene un objetivo, no es ni mas que menos de asesinar a cualquiera, no tenian reparos en nada, muggle, mago, pobre, rico, durante mucho tiempo se les comparo como algo casi peor que los mortifagos, torturaban a cualquiera por diversion, quemaban casas con gente dentro y muchas cosas mas...pero estaban malditos o mas bien, ellos mismos maldijeron a sus descendientes, los que tuvieron esa genial idea fueron mis "padres".

Suspire, aun no recordaba ni como consegui averiguar tantas cosas sobre mi familia, simplemente con la aparicion de Karl hara tres meses empece a liberar esos conocimientos.

-No se que mal cable de los pocos buenos que tenian se les cruzo, pero idearon una supuesta maldicion para que, a traves de quitarle energia vital a sus descendientes, los progenitores fueran mas poderosos, bien, la primera parte funciono, la segunda...digamos que fue al contrario, no les sirvio mas que para automaldecirse a ellos tambien. -tome aire, en cierto modo estaba diciendo que habian acortado mi vida casi al limite, y no tardaria mucho, un año, quizas dos en llegar a dicho limite. -Asi que ademas de maldecirme, mi madre, en su apogeo de locura, intento matarme cuando no era mas que un crio, asi que mi padre hizo algo, medianamente bien, me abandono en un horfanato...

Suspire, como dijo Karl mis secretos debia de llevarmelos a la tumba, y no pasaria mucho tiempo hasta que eso ocurriera, no olvide lo que me dijo Arianne, pero debi de intentarlo, los secretos queman si se ocultan durante mucho tiempo e intentar hablar de ello servia de...mas bien...poco pero servia, al fin y al cabo.

-No debes de hacerte a la idea, no te preocupes por mi. -dije con una sonrisa dandole un corto beso en los labios. -¿Te encuentras mejor?

-Prefiero que... -dije bromeando con una sonrisa mientras besaba con mas intensidad a Ariel, mientras ponia mis manos sobre su cadera.

Creo que la sala de los menesteres comenzaba a ponerse mas privada si habia que decirlo asi, y como si fuera una habitacion de un hotel de lujo y preparado para una noche romantica muchos cojines, cabeceras, colchones y petalos de rosa inundaron la sala, asi que el rumor de que la sala estaba viva, podia ser posible...curioso.

Creo que me parecia divertido llamar a mi organo sexual hebilla del cinturon, por lo menos estaba bien pensado y a nadie se le ocurriria, por lo que se podria hablar de ello en cualquier lugar sin que nadie sospechara ni lo mas minimo, ahora habia que ver como podiamos o si llegabamos alguna vez a decirlo.

-O que no te muevas en ese sentido. -puntualice con una sonrisa un poco, bastante, pervertida.

Ahora que me daba cuenta, esto parecia o mas bien, le faltaba poco para que se convirtiera en una pelicula porno, teniendo en cuenta que ella estaba en sujetador yo sin camiseta y con el boton del pantalon vaquero desabrochado.

Esa frase fue con muchas segundas intenciones, y me complacio que aquella indirecta tan directa no fuera contestada con un bofeton, como habia visto en algunas peliculas, hizo que me ruborizara solo del hecho de pensarlo. Cuando comenzo a hacerlo simplemente ahogue un gemido, aunque solo fuera un roce me puso a cien mil por hora.

-Ba...bastante bi...bien...-dije entrecortadamente mientras disfrutaba de esa increible sensacion.

Ahora ya quedaba bajo su amparo, todo lo que ella hiciera o pidiera no seria ni pensado, fuera lo que fuera lo haria y por su puesto dejaria que me lo hiciera a mi.

Note como llevaba su mano a mi entrepierna, inmediatamente me puse muy muy colorado y se me agito bastante la respiracion, por no decir que llegue a quedarme sin ella y mas aun con aquel roce. Por lo que, si a la excitacion se le suma el hecho de que no respire durante unos instantes, mi corazon se puso a latir como si fuera el fin del mundo.

Correspondi el beso con la totalidad de la pasion que tenia, disfrutando de su dulce saliva y de el contacto de nuestras lenguas, el sentir su aliento sobre el mio. Pase mi mano por los costados de la joven aplicando un leve masaje, mientras mi lengua seguia luchando contra la suya, enfrascados en una batalla.

Creo que Ariel conocia a la perfeccion mis puntos debiles, sentir sus dedos sobre la espalda fue algo escalofriantemente placentero, y sumandole ya la gran excitacion de su lengua y el lobulo de mi oreja ya podia morirme, no se donde estaria mi limite de excitacion, pero debi de haberlo batido sin duda, y lo llevaria al limite.

Tras unos cuantos agradables segundos y de sentir sus movimientos tan eroticos de su entrepierna sobre la mia decidi tomar las riendas. Con un leve giro era yo ahora el que estaba encima de ella y con una gran excitacion sobre el cuerpo y el alma.

Comence besando, lamiendo y marcando levemente su cuello, y pronto comence a descender desde el final de su cuello hasta su vientre, dejando un camino de besos y lamidas, ademas de que con las manos acaricia suavemente los costados de Ariel, provocando leves pero continuos escalofrios. Mientras que tras unos segundos, pase mi mano por su entrepierna, rozandola levemente y aunque estaba su ropa interior, podia sentir claramente el calor que desprendia.

De haber habido un marcador de puntos con los niveles de la excitacion de cada uno, habriamos ido a la par, pero al rozar sus "intimidades" mi marcador se disparo y alcanzo niveles astrologicos, aunque por el brinco que dio y con la mirada que me hecho, supuse que no tarde mucho en ser igualado, esta competicion era de las que ganaras o perdieras siempre habia premio.

Esta vez realice el mismo camino pero en sentido contrario, desde abajo hacia arriba, y una vez llegue a su cuello tome un desvio, si yo era tan debil ante mi lobulo, ella tambien podria serlo, ademas, algo me decia que me iba a gustar y asi fue, durante unos cuantos segundos me deleite con su lobulo, algo que me excito aun mas.