Sorpresas nocturnas [Pegasus Olfrang]

-Asi que... Defensa contra las artes oscuras-Sonreí -Si, es interesante saber cada uno de los métodos para protegerse...

Me quedé de nuevo en silencio, mientras caminábamos juntos, abrazados, si alguien nos viese... Vaya, otra vez estaba comenzando a sonrojarme... Cerré los ojos.

-Y... ¿Tienes hermanos?-No sabía que preguntarle, y no quería quedarme en silencio, así que le dije lo primero que se me pasó por la mente

-Así que hijo único...-Sonreí, y asentí ante su pregunta.

-Pues si, tengo dos, Matt, de 27, y Ryan, de 24... Yo soy la menor-Le miré sonriendo -Y la única chica, claro...

Acaricié levemente su costado con la yema de mis dedos, aunque quizás no lo notaba, al hacerlo por encima de la ropa.

-Ya no tengo tanto frío... -Le miré -Gracias a ti...

-Veo..- dije, asi que era la menor de tres hermanos y la unica mujer, eso debia haber generado ciertas partes muy importantes de su personalidad.

-Eso es bueno.- dije con respecto al frio.- Me gusta resultar util para algo.

Pude notar sus caricias a pesar de la ropa de abrigo, era algo minimo pero agradable. Por supuesto respondi con una accion similar hacia ella como una muestra de gratitud.

Mi cuerpo, no notaba los cambios de temperatura, el frio y el calor resultaban no mas que conceptos abstractos para mi. Solo podia sentir algo similar al calor justo despues de alimentarme, y duraba un tiempo efimero.

-Yo deberia agradecerte.- le dije.- Hacia tiempo que no pasaba un buen rato con alguien.

Noté como respondió a mis caricias, con suavidad, y sonreí

-Anda, seguro que eres util para muchas otras cosas...-Dije con sinceridad. -Pero me alegro de que lo seas tambien para ésto-Me referia a darme calor, por supuesto.

Negué con la cabeza y le miré -No tienes nada que agradecer... Para mi es un placer compartir tiempo contigo

Cruze su mirada con una mia y escuche sus palabras, su respuesta era esperable aunque eso no eliminaba el placer de escucharla.

-Yo tambien disfruto de tu compañia.- dije con una sonrisa tranquila. La acerque un poco mas a mi aunque ya nos encontrabamos bastante cerca de forma que ella se apoyara en mi para obtener mas calor.

Caminamos un poco mas, hasta que el frio y la energia decidio que nos detuvieramos, podiamos ver un campo hasta donde llegaba el horizonte y la vista resultaba hermosa.

Sonreí al escuchar su respuesta y sonreí aun mas, cuando me acercó hasta su cuerpo, creo que ya no podíamos estar mas cerca. Ahora ya no tenía nada de frío.

-Que vistas tan lindas..-Dije en un susurro cuando nos detuvimos.

Frente a nosotros, había un gran campo, iluminado por la tenue luz de la luna, no había demasiado arboles, solo se podrian apreciar alguno a lo lejos, y tras ellos, las montañas, llenas de nieve en la cumbre.
Miré a la luna, una nube se acercaba a ella, cubriéndola completamente, y haciendo que el campo, quedase practicamente a oscuras (O mas aun de lo que ya estaba)

Miré al chico, en silencio

Nos habiamos detenido para asi poder apreciar el paisaje, aunque, por la oscuridad seguramente era yo el unico que podia disfrutarlo en su totalidad.

Ella me miro y yo hize lo posible por que nuestros ojos se cruzaran, nos encontrabamos muy cerca uno del otro.

-Es extraño.- dije.- Pero por mas bello que sea el paisaje mi atencion esta centrada en otra cosa.

Acerque mi rostro al de ella, pero sin llegar a besarla.

Nuestras miradas se volvieron a cruzar, y él hizo que me sonrojase de nuevo, sonreí, con timidez.
Noté como se acercó un poco mas, notaba su respiración muy cerca. Cerré los ojos

-Y..¿En qué está centrada?-Dije en un susurro aunque era lógico que sabía a que se refería...

Puse mi mano sobre su hombro, con suavidad y me acerqué los centímetros que faltaban para encontrarme con sus labios, dándole un suave beso

Volví a notar la frialdad de su piel, aunque ésta vez no me importó tanto.
Le miré fijamente cuando se apartó lentamente, sonriendo.

-Si.. Lo sé.. -Dije en un susurro mientras retiraba la mano de su hombro.
Suspiré y miré hacia un lado, algo avergonzada.

Me sentía rara, no dejaba de pensar en que yo no era así, había besado dos veces a un chico que no conocía, bueno, no le conocía demasiado, no entendía porque me comportaba así, quizás anhelaba la falta de cariño por parte de la persona que ocupaba mi corazón, ese amor imposible que nunca llegaría a tener.

Le miré de nuevo, sonriendo, algo sonrojada, pero no dije nada.

Miraba a la joven, no podia comprender mis acciones de esa noche, como tampoco comprendia realmente las de ella. Quizas no era mas de otra forma de olvidar quien era en realidad, de sentirme vivo, al menos por un tiempo.

Otra forma de lograrlo era atravez de mi ambicion, pero ese era un camino sumamente mas complicado y que tomaria mucho mas tiempo en lograr.

-Quizas esta noche, como las estrellas, pueda continuar con su brillo aun despues de haber acabado.- dije, casi sin pensarlo.

Suspiré y sonreí al oír sus palabras, no pude evitar abrazarle, acercando mi cuerpo al suyo, pasé mis labios por el cuello del chico, con un suave roce, hasta llegar a su oído.

-Gracias...-Le dije en un susurro, no sabía exactamente por qué le daba las gracias, pero lo hice, después comencé a besarle de nuevo bajo la oreja, dando un suave mordisco y volviendo a bajar hasta su cuello, para darle de nuevo otro mordisco, pero ésta vez bajo la otra oreja.

Una de mis manos acariciaba con suavidad su pelo, y la otra uno de sus brazos, con mucha suavidad, y algo de inseguridad.

Noté como me acarició la espalda, haciendo que otro escalofrío se apoderase de mi cuerpo.
Acercó su rostro al mío, le miré durante unos segundos y le besé, con ternura, yo no solía comportarme así con los chicos, no era de la que daban el primer paso, pero con él, era diferente, no podía evitar besarle, no podía ni quería evitarlo.
Le abracé aun mas, juntando complemente nuestros cuerpos, mientras le besaba con los ojos cerrados, lentamente, sin prisas.

Me correspondía los besos de igual manera, con ternura, y tranquilidad. Comencé a acariciar su pelo, jugando con él entre mis dedos, me gustaba su manera de besar, tan pausada y dulce.

Dí un pequeño mordisco en su labio inferior y estiré levemente de él. Abrí los ojos para mirarle, y le sonreí -Me encanta estar contigo-Cuando me encontré con él, no imaginaba que ésto iba a pasar, ni mucho menos, simplemente, salí a pasear, me topé con un chico desconocido, y ahora estabamos abrazados, me parecía algo raro en mí, pero me gustaba la manera en la que me trataba