Cita a medianoche con lo desconocido (Matthew Riddle) [+18]

Aquella noche decidí cazar en abundancia, dirigiéndome a una casa apartada de aquel pueblucho llamado Hogsmeade. Allí se alojaba una familia completa, los padres con sus tres hijos, aunque tras mi visita no quedó ninguno con vida. Me dediqué durante horas a torturarlos de las maneras que más me gustaban, descuartizando a uno delante del resto, obligando a que se mataran mutuamente...
Fue realmente divertido oír sus gritos, palpar su agonía... pero ahora me tocaba el postre.

Llegué al bosque mucho antes de lo previsto, pues quería reconocer la zona antes de encontrarme con aquel chico de intenciones suicidas. Luego de inspecionarlo todo me subí a la rama de un árbol y esperé con paciencia mientras silbaba la Sonata de Claro de Luna de Beethoven. Una bonita melodía para una interesante noche...

Observaba el astro al cual le dedicaba la canción cuando percibí en la lejanía el ruido de pasos. Aquel individuo ya había llegado.
Lo observé desde mi escondite, perfectamente situado entre las sombras para que no pudiera verme de ninguna manera. Era un chico rubio, atractivo, aunque no demasiado alto. Estaba fumando, lo que delataba su intranquilidad.

- Buenas noches, Corvi... - le saludé con mi característica voz grave, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Seguí silbando la canción mientras saltaba a otra rama con el sigilo propio de los vampiros, esta estaba igualmente escondida que la anterior.

- La luna está espléndida, ¿No crees?

(Cuidado con lo de leer mis pensamientos ¿Viste mi ficha?)


- Siempre tan impacientes los humanos...

-"Será por lo efímero de su existencia..." - pensé, riendo con malvada diversión antes de dejarme caer frente a él con agilidad, irguiéndome después cuan imponente era.

Bajé la vista y miré sus ojos de aquel particular tono violeta, mientras que los míos relucían como la sangre fresca de una herida recién abierta. Paré de silbar la melodía unos instantes mientras lo analizaba. Efectivamente, era más bajo que yo, bastante más, pero a pesar de eso trataba de mostrar su seguridad terminando de fumarse el cigarrillo tranquilamente.

Esbocé una sonrisa de medio lado.

- ¿Me querías para algo? - le pregunté, recargándome con descarada despreocupación contra un árbol.

(Qué le pasa a mi firma? xDD) (Y con respecto a "mi" magia... creo que después de poder contra Alexandra está más que claro que "soy" muy poderoso también)


El chico se acercó, deteniéndose frente a mí. En su misteriosa mirada se reflejaba aquella especie de atracción que sentía y que lo invitaba a seguir caminando hacia mí. Y yo no iba a detenerle.

Me separé del árbol y acorté las distancias con pasos seguros, sin dejar de mirarle en ningún momento, hasta que acabé a escasos centímetros de él.

- Mm... ¿Conocerme? - le susurré casi en su oído, ampliando mi sonrisa - ¿Para qué...?

Después de la pregunta me separé levemente, con un cigarrillo de los suyos entre mis dedos, el cual le había quitado en un imperceptible momento. Lo encendí sin necesidad de sacar la varita y me lo llevé a los labios, dándole una larga calada.
Exhalé el humo lentamente mientras esperaba su respuesta, mi sonrisa tornándose en una descarada.

( No sé si fiarme xDD, porque Corvi no se lleva bien con los mortífagos y.. *se va a leer un rol* ... se lleva bien con Robin )


Sonreí interiormente cuando el chico me quitó el cigarrillo para luego pegar sus labios a los míos en un ardiente beso. Le correspondí sin reparos, llevando una mano a su barbilla para alzarla y tener mejor acceso a su boca, profundizando el delirante contacto mientras lo iba llevando contra un árbol debido al aumento progresivo de la intensidad.

Una vez contra él me separé para dejarlo respirar, pues yo podría haber seguido besándole. Coloqué mi otra mano sobre el tronco, a un lado de su cabeza, y sonreí mientras pasaba mi lengua por su labio inferior con tentadora lentitud.

- ¿Seguro que era para esto..? - le pregunté, mi cuerpo contra el suyo, mi rostro a escasos centímetros...



(Nunca me imaginé que sería capaz de escribir algo así XDD)

Me costaba tanto respirar que creí que moriría. Pero sería una muerte tan dulce...
Entonces advertí que se separaba de mí, y fijé mis ojos violeta en su rostro. Y entonces me hizo aquello... Saboreó mi labio inferior con tal delicadeza y lentitud que sentí que me derretía.

Intenso..., pensé, aunque la cabeza me daba vueltas. Si así es la oscuridad... no quiero que se haga nunca de día.

Noté que me tenía atrapado entre su cuerpo y el árbol, pero no me sentí amenazado. Solamente excitado. Enfebrecido. Necesitado.

- ¿Decepcionado... ? - inquirí casi en un susurro, al tiempo que le daba acceso a mi cuello.

Podría ser peligroso. Podría resultar mortal. Pero yo quería correr ése riesgo... Algo dentro de mí me decía que merecía correrlo. Y no pensaba oponerme a ése algo...



(OFF: pues te queda para rato xDD Y ufffffff, qué intenso, chico. Lo he sentido hasta yo, jajajajajaaa. Con Robin... no sé. Es algo extraño. Si has ido leyendo y tal, Corvi no sabe qué hacer sobre lo que siente con ella. Y sí que se lleva bien con una mortífaga en particular a la que tu Matt conoce muuuy bien xPPP Aunque tal vez lo vuestro joda su relación con ella, wajajajaa)

Sonreí, relamiéndome insconscientemente al observar sus labios enrojecidos por el beso y cómo me ofrecía su cuello en un acto arriesgado. Acerqué mi rostro hasta su piel.

- En absoluto pero... - susurré, mi aliento contra su oído mientras pasaba mi lengua por el lóbulo de su oreja - Aún puede ser más divertido..

Tras decir eso volví a unir nuestros labios con intensidad y coloqué una de mis rodillas entre sus piernas, solamente rozando aquella parte que podría hacer delirar a cualquier hombre. A la vez llevé mis manos a su corbata y la deshice, dejándola caer hasta el suelo.
Cuando tuve su cuello libre para mí, y ya hube explorado hasta el fondo aquella cálida cavidad que era su boca, llevé mis labios hasta su clavícula y la besé, succionando después levemente.

- Mm... ¿Eres lo suficientemente valiente... - le pregunté entre besos y lamidas a su piel - ...como para que te muerda?

Sería deliciosamente excitante probar algo de aquella sangre que tan bien olía.



( A mi lo que me preocupa es que a Corvi le de por vengar a Robin ¬__¬)
(Por cierto, eso de que me queda para rato... ¿hasta qué punto? xDD y tampoco creo que haya quedado tan intenso, ¿O si? LOL) (Me veo leyéndome un fic yaoi para inspirarme =__= ¿sugerencias? jajaja)

Sonreí complacido al oír aquel gemido que escapó de sus labios ante el íntimo contacto de mi rodilla con su miembro. Y amplié aún más la sonrisa cuando noté sus manos en mi cintura, en un ruego porque siguiera haciendo aquello.

- Shh... no seas impaciente... - le dije contra su piel, lamiendo a lo largo de su mandíbula.

Aunque contradiciendo a mis palabras le recompensé subiendo un poco la rodilla, de manera que el roce fuera más notorio. Luego bajé mis labios por su cuello mientras que la mano que no tenía apoyada contra el árbol descendía por su pecho.

- Y si... si no no te habría preguntado... - respondí.

Respiré entonces su excitante olor, dejando que mi aliento bañara aquel punto donde su pulso acelerado me llamaba. Y finalmente le mordí, pero lo hice de una manera muy suave, incitante y erótica, lamiendo a continuación su sangre, deleitándome con su sabor. A la misma vez froté su entrepierna con mi rodilla, con la intención de crearle una mezcla de delirante dolor y placer.




(¬__¬ Me encargaré de cansarte lo suficiente como para que no se te ocurra atacar (?) LOOOL jajaja)
(Y gracias... supongo <____<, aunque creo que preferiría que Matt estuviera con una chica pero bueno... xD escribes bien)
(Con respecto al fic, bueno, informarme no lo necesito, más bien es inspiración para narrar, así que si quieres... XDDD)

(joder lo que me toca narrar... ;___; )
(Esta es mi primera escena gay, así que tampoco esperes mucho XDDD, ah dios, solo tengo que escribir y no pensar en lo que pongo x____x)


Podía sentir el calor que desprendía su abultado miembro a través del pantalón, así que succioné un poco más de su sangre antes de seguir con lo siguiente.

- Te dije que no fueras impaciente... - le recordé, subiendo a sus labios para darle un beso desenfrenado, de aquellos que te dejan sin aliento y nunca olvidas... Aunque sospechaba que aquel chico no iba a olvidar nada de lo que ocurriría a continuación...

Seguidamente fui bajando por su cuello, dejando un recorrido de besos y a veces mordidas mientras iba desabrochando botón a botón su camisa, con calculada lentitud para alargar su agonía. Me detuve particularmente en su clavícula, para luego llegar a sus pezones y pasar mi lengua por ellos en suaves semicírculos
Mis manos bajaron por su abdomen, acariciándolo, tocándolo, tratándo de memorizarlo, hasta que se detuvieron en su cadera. Mientras, mi boca seguía el camino de descenso, lamiendo ahora su ombligo, introduciéndose en él con picardía...

Mi largos dedos jugaron con el borde de su pantalón, perdíendose a veces dentro de él. Terminé entonces de jugar con mi lengua por su vientre y dejé mi rostro frente a su miembro cubierto por la tela. Sonriendo con descaro y mirándole a los ojos, deposité un beso en aquel lugar.

- ¿Por qué debería tocarte...? - le pregunté con aquella voz cautivadora que habría vuelto loco a cualquiera, presionando con mis labios su entrepierna que pedía por ser liberada - ¿Vas a gemir para mí a cambio?



( X_______X no puedo leerlo jajaja XDD, ¿qué tal?)

(Sólo tú y Alex podéis entender lo que me ha costado escribir este post ;__; )
(A ti te quedó bien (dentro de lo que yo soy capaz de apreciar XDD) y no es corto <__<)


La mirada del chico reflejaba toda la intensidad del momento, y su gemido me sacó una sonrisa de medio lado. Aquello era realmente divertido, pero pensaba hacerlo aún más..

Mis dedos llegaron al botón de su pantalón, desabrochándolo, y sin perder ni un momento de vista las reacciones que su rostro mostraba, mordí la cremallera y lentamente la bajé hasta el final. Sus pantalones cayeron, pero no hice lo mismo con el bóxer. En vez de eso me erguí nuevamente, mis manos siguiendo mi subida en un recorrido por su pecho, y volví a besarle, iniciando por enésima vez aquel pasional juego de lenguas, en un contacto que cada vez se me hacía más insuficiente, más limitado, porque quería más… lo quería todo.

Me deshice entonces de su camisa, deslizándola sensualmente por sus hombros, acariciándolos en el proceso. Dejé mis manos en aquel punto donde la espalda perdía su nombre y lo apegué a mí, su erección presionando contra mi muslo, su boca totalmente disponible a la mía…

A ese beso le siguió otro, cada vez más intenso, más arrollador… Me separé para dejarle respirar, pero en cambio desvié mis manos a su bajo vientre en un delirante toque.

- Espero que sepas aguantar porque… a mi me encanta jugar…

Tras esas palabras susurradas contra sus labios como una promesa de lo que ocurriría a continuación, me deslicé nuevamente hacía abajo. Con descarada lentitud liberé su miembro de la tela que lo aprisionaba, acariciando sus nalgas en el proceso.

Arrodillado entre sus piernas y mirándole a los ojos con picardía, fui besando la cara interna de sus muslos, lamiéndola, casi rozando su perineo… Subí a su ombligo y descendí, pero volví a alejarme hacia un lado, obviando deliberadamente aquella parte que reclamaba mi atención.

Después de un rato de leve tortura - oh si, eso aún no era nada - , miré su erección como si acabase de reparar en ella. Sonriendo como sólo yo sabía hacer, acerqué mi boca a la punta, pero únicamente dejé que mi aliento golpeara contra ella, sin ni un más mínimo roce.

- Mmm… ¿Qué debería hacer con esto? – le pregunté con fingida inocencia.

Sonreí ante su gesto, se le veía tan… comestible. Luego sus palabras me hicieron reír.

- Qué directo… - respondí – Pero a mí me gusta hacerlo todo más… sutil, elegante. Porque también puedo decir que lo que voy a hacer ahora es meter tu miembro en mi boca una y otra vez hasta llevarte al orgasmo… - tras decir eso le miré descaradamente y, sin apartar mis ojos de los suyos, hice exactamente lo nombrado; me introduje de lleno su miembro en mi boca, hasta el fondo, sin mostrar pudor alguno, con tal intensidad que podría haber dejado sin respiración a más de uno con ese simple gesto. Hice una serie de vaivenes fuertes y ardientes, arriba y abajo. Pero acabé liberando su ahora humedecido y palpitante miembro para seguir hablando con voz ronca por la excitación:

- Pero en cambio prefiero decir que primero voy a lamer la base de tu pene, para luego recorrerlo con mi lengua en toda su longitud… - entonces hice aquello, mi lengua trazó un camino alrededor de la base de su miembro para luego subir lentamente por el tronco – y que después voy a cogerlo con la mano para masturbarlo mientras que con mi boca chupo tu glande…

En ese momento dejé ya de hablar para centrarme en mi trabajo. Una de mis manos se cerró sobre su pene, estimulándolo, mientras que chupaba y lamía su glande con dedicación, succionando, introduciéndolo en mi boca como si de un delicioso helado se tratase.
Después de un largo rato descendí hasta sus testículos, pasando mi lengua por ellos, masajeándolos, para luego seguir explorando intensamente por aquella zona situada tras ellos y que tan sensible es en un hombre, el perineo.
Metí más mi cabeza entre sus piernas y humedecí todo el camino hasta llegar a su entrada, la cual lamí circularmente. Una de mis manos no había dejado en ningún momento de masturbarle, y ahora la otra bajaba para acariciar sus nalgas mientras que mi lengua le penetraba suave y lujuriosamente, recreándose en aquel interior que pronto albergaría algo mucho más grande.

Habría sido bastante más fácil hacer aquello sobre una cama, o al menos teniendo a Corvi girado, pero aún quería poder observar sus expresiones cuando le mirase a la cara. En cada uno de mis movimientos se notaba la maestría de estos, siempre hechos a la perfecta velocidad como para llevar al límite a aquel que ahora era mi acompañante.

Mi lengua abandonó su ano para volver a su miembro, pero fue sustituida por una mano que acarició y presionó, pero sin llegar a introducir ningún dedo. Mientras volví a tragarme su pene profundamente, mis labios presionando a su alrededor, retomando la velocidad de la primera vez pero sumándole la estimulación de una de mis manos sobre su base - a veces sobre sus testículos -, y la otra en su entrada.

Alcé la vista y miré a Corvi a los ojos, quería que viese mi mirada ardiente por la excitación después de haberle hecho todo aquello, mientras aún seguía metiéndome su miembro, y yo quería ver su rostro probablemente sonrojado por el placer. Me preguntaba cuánto más aguantaría antes de que su esencia llenase mi boca, pero lo que sí tenía claro es que no me iba a perder ni una sola de sus expresiones durante el orgasmo.

Quería que se corriera, que gimiera, y que su cara se contrajera de éxtasis… por mi.




(Perdón tú por mi tardanza xDD, menudo testamento LOL)
(Hala, me voy a dormir jajaja si he hecho algo muy mal me lo dices que lo corrija, que a estas horas mi mente ya no coordina bien)

OFFnuevo: (Como ya te dije por MP, dale las gracias de la mitad de esto a Alex, ella es como una guía de instrucciones y yo el montador (?) jajaja)

Sus reacciones me encendían. Era terriblemente erótico ver cómo se derretía, casi literalmente, ante mis atenciones dadas a su miembro, lo que me hacía disfrutar a mí teniéndolo en mi boca, metiéndolo, sacándolo, acariciándolo…
Cuando dijo aquello mis labios abandonaron lentamente su pene y me erguí, aunque mi mano siguió cerrada alrededor de este, sin cesar de moverse.
Lo besé ardientemente, porque mi excitación había aumentado mientras le hacía aquello a su parte más íntima. A la misma vez fui desabrochándome la camisa, mostrando mi pálido pero bien formado pecho, pues podría haber seguido sin desvestirme, pero quería sentir su piel contra la mía, el roce de su cuerpo…
Cuando esta cayó al suelo me separé de él sólo para susurrar sobre sus labios.

- Como desees… - le dije, mi voz cargada por la incontenible pasión, mordiendo suavemente su labio inferior - Pero cumple tú mi pedido y no cierres los ojos. Mírame en cada momento, y no frenes tus gemidos, quiero oírte…

Entonces me alejé un poco para desprenderme de mis pantalones, dejando mi cuerpo únicamente cubierto por aquellos ajustados y negros bóxers que no dejaban nada a la imaginación. Mis ojos vagaron por el cuerpo desnudo de Corvi, devorándolo con la mirada. Ansiaba hacerlo mío, sin controlarme, sin delicadeza, pero algo me llevaba a limitar mi agresividad y a centrarme más en tratar de provocarle el máximo placer, en llevarle al éxtasis.

Así me deshice finalmente de mi última prenda, quedando tan expuesto ante él como él lo estaba ante mí. Dos cuerpos desnudos en el Bosque, con la Luna como única y misteriosa testigo…

Me acerqué nuevamente hasta él y volví a unir sus labios con los míos en aquella danza que ambos nos sabíamos ya de memoria, con la diferencia de que esta vez su piel rozó con la mía en un delirante toque, pero un roce aún más cargado de locura fue el de nuestros miembros, ambos excitados, ambos duros por la expectación.

Mi mano descendió por su espalda y se asentó más abajo de su culo, acariciando, tentando… hasta que me decidí a tocar nuevamente su entrada, aún humedecida tras el paso de mi lengua por ella. Lentamente introduje un dedo, dejando que se acostumbrara, moviéndolo, reconociendo su interior.

En ningún momento dejé explorar su boca, succionando a veces sus labios, mordiéndolos otras tantas. Cuando noté que se adaptaba a esa intrusión, metí el segundo dedo, dilatando su entrada con suavidad. Más profundamente, con más intensidad…

Dejé entonces de besarle sólo para mirarle a los ojos, observar sus labios enrojecidos, notar su expresión corrompida por el placer… y metí un tercer dedo, porque necesitaba prepararlo para lo que venía después. Esta vez la invasión fue mayor por lo que mi boca se entretuvo en su cuello besando y lamiendo con lujuria para distraer a Corvi del posible dolor, aunque dudaba que el excitante roce que nuestros miembros aún hacían le diese oportunidad de centrarse en mucho más.



(¿Aceptable? Y tus post no son malos, ya te lo he dicho un millón de veces xD)

(OFF: ¿y bien? _._ No veo la conexión en algunas partes, pero bueno...)

(Este me salió corto xD)


Cuando Corvi hizo aquello, dejando nuestros rostros tan juntos, su mirada límpida y cargada de pasión abriéndose a mí, no pude hacer otra cosa que volver a invadir sus adictivos labios. Pero esta vez mis dedos abandonaron su interior, asegurándome antes que estaba lo suficientemente preparado.
Situé ambas manos en sus muslos y, aprovechando que se había puesto de puntillas, terminé de alzarlo, haciendo que colocara sus piernas alrededor de mi cintura en un roce que quemó mi piel, apoyándolo fuertemente contra el árbol.
No era la postura más cómoda, pero yo tenía la fuerza suficiente para aguantarle, y en un bosque tampoco se podía pedir mucho más. Además, no pensaba apartar mi vista de sus ojos ni un solo momento, por lo que no era una opción ponerlo de espaldas.

Con mi mano coloqué mi miembro en su entrada y empujé, pero muy poco, sólo metí la cabeza, notando esa deliciosa estrechez comenzando a cerrarse alrededor mío. Un gruñido prácticamente felino escapó de mis labios. Pero tenía que controlarme, resistir a la tentación de dejarme llevar por la lujuria.

Cuando vi que sus paredes se amoldaban bien, me introduje lentamente en su interior, con mucha suavidad, hasta el fondo.
Jadeé y ataqué por enésima vez su boca, me hacía tanta falta sentirla contra la mía… Pero también era mi intención calmar un poco su dolor.

- Dime cuando empiezo a… moverme – le dije con voz ronca, demostrándole definitivamente que no quería hacerle daño. Iría al ritmo que él quisiera.

(OFF: el mío es más corto _._)

Sentía su dolor, era consciente de este, por ello me quedé quieto cuanto tiempo necesitó, besando su cuello con dulzura, pasando mi lengua por detrás de su oreja mientras dejaba que él clavase sus uñas en mi espalda, no me importaba.

Lo que me daba rabia era no poder acariciar su piel para distraerle del dolor, porque quería hacerle sentir lo mejor posible. Por esta razón, aprovechando que lo tenía en brazos y sin salirme de su interior, lo llevé hasta el lugar donde habían caído mis ropas.
Lo acosté con cuidado sobre ese lecho improvisado y besé sus labios, subiendo después sus piernas a mis hombros para facilitar la entrada y provocarle una mayor estimulación a su próstata.

Luego comencé a moverme, embistiendo suavemente, sin prisas, una y otra vez en un lento baile de cuerpos cargado de seducción. Mis penetraciones eran profundas, expertas, buscando darle el mayor placer que hubiera sentido, buscando ese punto que le llevaría al éxtasis, variando para ello la velocidad y el ángulo con el que entraba.

Roce de pieles, movimientos de caderas, besos ardientes... El ambiente estaba cargado de olor a sexo, de gemidos y jadeos descontrolados. Creo que en ese momento hasta el bosque sintió envidia del acto tan perfecto que estábamos llevando a cabo.




(Cómo se nota que mi inspiración ha decaído... .___.U)