Retorno a Hogwarts [LIBRE]

Allí estaba otra vez. Habían pasado 8 años, pero la entrada a Hogwarts permanecía igual que siempre. Incluso las estatuas de los cerdos alados a ambos lados de la puerta seguían alli, con su eterna mirada neutra. Tras echar un vistazo a mi alrededor, me adentré un poco más en la senda. Las imágenes de los momentos que había vivido allí vinieron rápidamente a mi cabeza: recordé cuando me hice una brecha con el ciprés de la izquierda, estaba huyendo de una maldición Desmaius. Sonreí. Había olvidado lo que me gustaba Hogwarts, la felicidad que era capaz de inspirar en mí. Me desperecé y busqué una roca en la cual apoyarme, el viaje había sido largo. Deje mis bártulos y me senté en ella. En ese instante, mi expresión se tornó hosca. Allí estaba. El sitio donde empezó todo. Esa serie de horribles visiones a la que la gente le llama 'don'. No entendía cómo podía odiar tanto a una parte de mí mismo. Jamás podría perdonarme la muerte de Phoebe, después de tantos años. Agaché la cabeza y me quedé meditabundo.

 -Hmm...

Había salido a pasear con Luc, y ahora el perrito y yo jugábamos en el jardín al pilla-pilla. Me había caído varias veces corriendo tras él e intentando cogerlo, pero ahora me perseguía él a mí y yo no paraba de reír.

Miraba de vez en cuando hacia atrás para ver cómo iba Luc, y en una de esas veces, me choqué con alguien y caí de culo al suelo.

-¡Ay!-exclamé. Miré hacia arriba.-¡Oh!-me levanté enseguida.-Discúlpeme, señor.-dije haciendo una reverencia. Luc le ladró a modo de saludo.

Un impacto me sobresaltó. Miré a mi alrededor y ví que una chica había tropezado conmigo. Me levanté y le tendí una mano. Parecía joven, vestía el uniforme de Hufflepuff. Tenía un perro como mascota, el cual no dejaba de ladrarme.

 -¿Estás bien?-dije dirigiéndome a la alumna- No te preocupes, jovencita; aunque no hace falta que me llames señor. Soy Wyatt Halliwell, el nuevo profesor de transformaciones. ¿Cómo te llamas?

-Oh.-murmuré mirando su mano, que estreché enseguida.-Entonces sí debo llamarlo señor.-dije agachándome y cogiendo a mi perrito en brazos.-Él es Luc y le cae usted muy bien, y yo me llamo Robin Sunset Waltz.-me presenté agachando la cabeza un momento como si fuese a hacer otra reverencia.