Nuevo curso en Hogwarts.

Después de que desapareciera la piedra decidí volver a mirar a Grace y vi que se había quitado la túnica y se la había colgado del brazo.

Se me secó la garganta.

- ¿Qué? ¿Tienes calor? - pude preguntar cuando me volvió la voz.

- Sí, a veces son muy molestas - comenté.

A mi de momento no me molestaba, bueno, nunca me ha molestado, pero había veces que me la quitaba. No era muy consciente de si hacía calor o frío.

Me paré en medio del pasillo y me quedé mirando por un gran ventanal cómo salía el sol a esa hora.

- Bueno... - comencé a decir -, me gusta quedarme sentado leyendo un buen libro, no salgo mucho de fiesta...Soy demasiado tranquilo - sonreí -. Pero confieso que me gustan hacer bromas de vez en cuando. Cada noche escucho música antes de dormirme, incluso me quedo dormido con la música puesta...y, en fin, hay infinitas cosas que me gusta hacer.

La miré fijamente.

- ¿Y qué hay de tí? - pregunté.

Asentí con la cabeza.

- Pasear bajo la luz de la luna está bien, sobre todo ir por la playa con el mar en calma - dije y luego mostré una sonrisa -. Te gusta el Quidditch, ¿estás en el equipo de Slytherin? - pregunté con curiosidad.

- Claro que sí, ¿a qué mago no le gusta el Quidditch? - solté una pequeña carcajada -. Además, estuve en el equipo de Gryffindor hacer dos años, pero le cedí mi puesto a otra persona.

Apoyé la espalda en la pared al lado del ventanal y crucé los brazos sobre el pecho.

- Mmm, digamos que yo lo veía y...los demás también lo veían, que era mejor que yo - expliqué y la miré.

- Jugaba de guardián - le respondí mientras seguía mirándola y mostré una pequeña sonrisa.

Observé que Grace estaba muy cerca de mí y arqueé una ceja mientras la miraba de arriba abajo disimuladamente.

- Sí - dije con una sonrisa en la cara -, interesante.

Alcé una de mis cejas. No sabía qué preguntar de buena mañana, mi mente aún no estaba del todo despierta.

- Puedes contarme lo que sea - dije mientras me encogía de hombros -. No sé muy bien que preguntarte, aún me siento somnoliento.

Sonreí a medias.

Miré en derredor y vi que nadie pasaba por allí. Estarían todos llenándose los estómagos con la comida del desayuno para luego ir a clases.

Sin poder evitarlo bostecé; me tapé la boca con la mano.

- Ay - solté después de bostezar -. Es hablar de dormir y ya bostezo como un loco - me río y miré a Grace -. ¿Todavía no tienes hambre?

Solté una risotada cuando le pegué el bostezo.

- Lo siento - dije y saqué la lengua bromeando -. Creo que esperaré a que mi estómago empiece a rugir.

- No se me ocurre nada ahora, no estoy inspirado.

Miré de nuevo por el ventanal y el sol ya había salido casi del todo. Suspiré y dejé de apoyarme en la pared. Me tambaleé un poco cuando ya no tuve apoyo sobre mi espalda.

- Estoy más dormido que despierto, me parece.

- Ha sido un despiste - dije y me pasé una mano por el pelo -. Bueno, ¿qué tal otro paseo y luego ya vamos al Gran Comedor?