Escapando del Chocolate caliente [ Arianne ]

Era una tarde nevada, la escuela daba un aspecto frío y oscuro, dentro de sus salas comunes, todos los muchachos estaban compartiendo un tazón de chocolate o quien sabe qué clase de brebajes, sin embargo, para Edmond eso era algo completamente aburrido, comparado con los demás Ravenclaw, el chico era demasiado arrogante y a veces, se sentía más Slytherin que Raven, de no ser por ese sombrero, seguramente estaría en la casa de las serpientes.

El exceso de calidez de su sala común le llevó a escapar de allí, equipándose con una bufanda, salió a ejercitarse por los páramos nevados del castillo y sus entornos, el paisaje era verdaderamente fantástico y la nieve... la blanca nieve... era lo mejor que había visto desde hacía mucho, seguramente no había nada más hermoso que esto.

Detuvo su trotar en donde le habían dicho que podría enviar lechuzas, era una extraña torre sumamente alta, cuyas escaleras parecían resbalosas, miró alrededor y decidió subir para conocer el lugar, el frío comenzaba a roer su musculatura y quizá dentro de la lechucería encontraría un poco más de calor, subió en buen ritmo, pero cuidadosamente escalor por escalon, hasta llegar a la puerta del primer nivel, y allí mirar hacia adentro, no quería encontrarse con ninguno de sus compañeros de casa quienes seguramente le invitarína a esa estúpida costumbre de compartir es chocolate... estaba algo irritable, y no sabía por qué, solo se sentía tal cual, quizá había sido porque su ropa interior era incómoda, o tal vez por no haber tenido clase de pociones el día anterior (pues solamente se destacaba en esa clase, en las demás era un asco).

Miró atento esperando no ver una bufanda o una túnica con detalles azules, y al no encontrarse con nada de eso, entró en dicho primer nivel y mirando sin sorpresa alguna, decidió seguir hacia el segundo nivel, subiendo escalón por escalón...

Arianne estaba enviando una lechuza a su padre, respondiendo a lo que él le había escrito hace sólo unos días. Eso de ser la predilecta de su padre le estaba dando factura. Obviamente su padre al ser digno de la casa de las serpientes en su época, no hacía nada sin conseguir algo a cambio. Y en ese tema no iba a ser la excepción.

Se da media vuelta para salir de ahí, le desagradaba ese lugar, muchos animales dando vuelta. Sin contar que el frio comenzaba a calar en ella. Le gustaba esa sensación, se sentía demasiado cómoda en él, por lo que sólo se cubrió un poco la boca con su bufanda y afirma el abrigo con la mano. Sin embargo al tratar de salir se topa con un chico de Ravenclaw, ella lo mira fijamente y bufa.

—Buenas —dice educadamente y trata de rodear al chico para poder salir de ahí

- Bonjour

Contesta el muchacho casi como un reflejo, pues inexplicablemente le salía un francés casi perfecto cada vez que no estaba pensando precisamente... este era un caso, pues a pesar de que estaba frente a una serpiente, los ojos de aquella angelical criatura le habían encandilado de tal manera que no sabía lo que pensaba o hacía, sin embargo ella parecía verse un tanto incómoda, intranquila... con deseos de marcharse de allí, al instante el muchacho se miró hacia abajo a si mismo, notando su insignia, bufó un tanto descontento al notar el rechazo de la muchacha y siguió subiendo los escalones para luego mirar hacia atrás y preguntarle ella

- Disculpa... sabes si hay alguien de Raven arriba?

El sabía que su comentario sonaba extraño, sin embargo no quería por nada del mundo toparse con la cordialidad de un Huffle, la insistencia de una Griff y menos aún con un sabelotodo de Raven que le lleve contra su voluntad a tomar chocolate caliente.

- Pues no me gustaría encontrarme con algún tipo que se pusiera a recitarme la historia de la magia de memoria

Agregó esperando que esos ojos volvieran a clavarse en él

Arianne se vuelve a mirarlo y deja escapar una pequeña risa por el comentario del Ravenclaw. Niega lentamente y le dice divertida.

—Pues estás de suerte, sólo había una serpiente ahí adentro y se está marchando por lo que no te recitarán la historia de la magia.

Se encoge de hombros y le mira por ultima vez para bajar lentamente cada escalón, pero en un acto de simpatía, vuelve a mirar al chico y agrega:

—Eso sí, hay bastantes lechuzas tratando de descansar y si buscas calor no creo que ahí lo encuentres, está todo abierto.

Rió como respuesta a la risa de la muchacha... esa serpiente que estaba allí arriba sola era quizá la mejor compañía que alguien confundido como él podría tener en aquel momento, por eso se sintió un poco mal al verla voltearse y dar un par de pasos, aunque hasta sus pasos eran perfectos y decididos, bueno, al menos ningún sabihondo se pondría a sermonearlo por haber faltado a todas las clases de la mañana.

- Oh.. creo que esto y a salvo entonces... nada de Ravens

Dijo como ese típico comentario que dices para rellenar un vacío y al mismo tiempo tratar de captar la atención de alguien... su acento se dejaba entrever a veces, insconscientemente, pues en ese estado, el no manejaba mucho lo que pensaba. Tras un instante, allí, como una señal, la vió voltearse y mencionarle lo de las lechuzas, y sobre el calor, no sabía como contestar a eso, pues la mitad de las respuestas que por su mente habían pasado le harían merecedor de un crucio o al menos un avada kedavra... sonrió de costado ante el comentario de la rubia muchacha de ojos hermosos y contestó

- Y tu conoces algún lugar?... digamos que es mi primer año aquí, y no he tenido el tiempo de recorrer todo este enorme terreno.

Trató de no sonar descortés, trató de no parecer desesperado, trató de no propasarse, solo sonrió trivialmente como solía hacerlo, claramente sin exagerar... miraba a la muchacha y bajaba un par de escalones para estar casi a la altura de ella...

- Claro... en lo posible la idea sería que ningún Gryffindor te atacara y te ordenara rendirle pleitesías... ni tener que escuchar una charla aburridísima de parte de un Huffle.. y para qué decir los Raven...

Manteniendo su inocente mirada, Arianne sonríe al verlo acercarse. "¿Qué pretende?" pensó divertida al escucharlo hablar. Estaba aburrida, podría jugar un rato con el aguila, al fin y al cabo no tiene nada mejor que hacer.

—Hay muchos lugares en Hogwarts, ya sabes, es muy grande —le dice tranquilamente, sonriéndole. Ha lo que recuerda que aún debía enviar otra carta—, pero si me acompañas a arriba, talvez pueda llevarte a un lugar para que tengas la ácida compañía de una serpiente, que obviamente es mucho mejor que la de cualquier otra casa.

La chica le sonríe y antes de esperar cualquier respuesta se devuelve por dónde había salido. Necesitaba enviar esa carta a su abuelo materno, estaba segura que él sabría algo de su madre. Al entrar nuevamente, y buscar una lechuza, se fija en el paisaje, blanco y puro y se vuelve para hablarle al chico, que obviamente la había seguido.

—¿Lindo, no?

Estaba en lo correcto al decir que el lugar era enorme, pues Edmond había tardado un mes mas o menos en saber como llegar a cada uno de los salones en los cuales le tocaría clases, sonrió a la chica y claramente la compañía de aquella serpiente, por más ácida que fuera sería perfecta, aunque no debía fiarse del todo, uno nunca sabe lo que está pasando por la mente de una Sly.

Antes de que alcanzace a dudar en contestarle para finalmente contestarle que si con alguna frase extremadamente planeada, cautelosa e insinuativa, la muchacha pasó por frente a el y se dirigió hacia arriba nuevamente, dejando la estela de sus rubios cabellos al pasar, su aroma era peculiar, sumamente atractivo, por lo cual Edmond le siguió casi como un zombie, miró como la chica se acercaba a la orilla y miraba hacia afuera, hacia aquel hermoso paisaje nevado... ese paisaje maravilloso y puro... blanco... enternecedor, escuchó un comentario que más bien le pareció una pregunta, incorporándose a ella, a una distancia considerable le contestó

- No lo sé... no estaba mirando el paisaje precisamente ... aunque ahora que lo dices... es hermoso

Agregó mirándole por sobre el hombro hacia abajo, pues la muchacha era un tanto más baja que él y buscando a dónde sus ojos apuntaban, la faz de la chica era tanto o más enternecedora que el paisaje, Edmond miró el paisaje unos instantes y luego volvió hacia otro lado, dándole la espalda.

- Sabías lo fácil que sería para alguien, matarte si permaneces allí por mucho tiempo?

Preguntó dando a lucir un deje de su sarcasmo y aguda personalidad, que le caracterizaban y diferenciaban de los Raven.

La chica niega divertida, el Ravenclaw aumentaba su ego sin proponérselo pero ¿quién es ella para decirle que no la mire? Si al final para eso es bella, ¿no? Demuestra, de una de las tantas formas que existen, que es superior al resto.

—Pues sé que puedo ser más... llamativa que el paisaje, pero la idea es que lo mires a él. Aunque gracias. —La última palabra para ella no tiene mayor importancia, sólo ha agradecido sinceramente un par de veces en su estadía en Hogwarts y en ninguna de las dos le habían creído.

Hace lo que debe hacer, la carta llegará pronto donde su desconocido abuelo y algo tendrá que averiguar de la mujer que la abandonó por tantos años. Siente como el rencor hacia la que se decía llamar su madre, comienza a recorrer su cuerpo, pero trata de esconderlo recordando de que tiene compañía.

Se ríe por el comentario de él y le pregunta con un tono que sólo utiliza cuando quiere divertirse o en su defecto, cuando quiere conseguir algo. Inocencia.

—Bueno, sólo te veo a tí —dice ella—, ¿me harías tu algo?

- Definitivamente eres más llamativa que el paisaje

Contestó casi cortando su frase, para seguir mirando alrededor como las lechuzas descanzaban quietas.. tranquilas, apacibles y como de vez en vez se cambiaban algunas de lugar para acomodarse en otro sitio, pensó por un momento que dándole la espalda, podría evitar sentirse tan atraído hacia aquella ácida serpiente, a lo cual siguió escuchándola divertido y al mismo tiempo enternecido... pues el tono inocente de la muchacha causaba más de una reacción en él... no sabía qué responderle exactamente, o quizá no quería responderle exactamente lo que estaba pensando, tras reíd sonoramente se volteó hacia ella y dando unos pasos para quedar frente a los ojos, al cabello, a la piel y a la sonrisa que le enloquecían, gesticuló para luego decir con una mirada desafiante

- Si yo fuera tu no tentaría a mi suerte

Sabía que su comentario tendría más de un alcance, más de un significado, mas se esmeró en darle el tono adecuado, ese tono lento, calmo y ronco que más de alguna vez había funcionado, aunque el estaba seguro que con ella sería diferente. Tras terminar de decir esto, se vió cerca de la serpiente, más cerca de lo que la había tenido nunca antes, y allí sintió que estaba siendo demasiado volátil... aunque... le gustaba

Alzando una ceja la chica lo mira. No quería despertar a las lechuzas con la carcajada que pedía salir de ella, por lo que delicadamente se ríe. Golpea suavemente el hombro del chico un par de veces y agrega:

—Yo que tú... —comienza a repetir relajada aunque en sus ojos se veían una clara diversión—, tampoco tentaría a la mía, querido, no hablas con una pequeña viborilla sino con una verdadera serpiente.

Estaba claro que había entendido el mensaje del chico, pero lamentablemente para él, ese es el campo de juego de Arianne. Ella, mirándolo fijamente, le sonríe y lo rodea para caminar tranquilamente hacia la salida.

—¿Me sigues o acaso ya te arrepentiste de mi encantadora compañía? —le pregunta sin voltear a verlo—. Por cierto, soy Arianne Sinclair, y el gusto es tuyo, desconocido.

- Conque una verdadera víbora... de esas a las que hay que temerles?

Dijo con en voz baja en un tono un tanto desafiante, para luevo ver esa hermosa cilueta anteponerse a él y escapando de su cercanía, la muchacha reía y reía, pues claramente había perdido el control y había entrado en su juego... pero no era un juego del que tuviera mucha necesidad o ganas de salir... por el contrario... me encantaba jugar...

- Bueno, desconocida, mi nombre es Edmond Dantés... y creo que el gusto es por sobre todo, tuyo

Agregó alcanzándola en la escalera, adelantándose a ella por un escalón bajando pensativo, al mismo tiempo que sentía qu eno podía voltear a mirarle, ella se divertía, y entre más descontrolado se viese, más rápido lo utilizaría en su contra, pero ... cómo resistirse? sus ojos me incitabn al descontrol y cada detalle cada gesto le enloquecían... bueno, una escuela de solo hombres le había servido de algo...

- Espero que no me lleves a un lugar lúgubre y oscuro como la mazmorra que las serpientes frecuentan... pues.. no podría admirar tu belleza claramente

Comentó en tomo meloso y casi romántico, de no ser por ese leve deje de sarcasmo que el sabía que ella reconocería

—Más bien, de esas que saben jugar y que lamentablemente para su presa, no le gusta perder —comenta mientras comienza a bajar con la delicadeza que al caracteriza.

Bajo la atenta mirada del chico, Arianne niega suavemente. ¿Que el gusto es de ella? Pero si es él el que casi mancha el suelo con su saliva. Bueno qué va a responder a ello, sólo saldría con comentarios irónicos que no tiene pensado emplear todavía. Dicen que los Ravenclaw's sonn inteligentes, pues con una chica adelante se ponen igual de idiotas que todos, y la chica lo ha probado varias veces.

—¿No quieres ir a las mazmorras? Lástima, y yo que pensaba que querías divertirte. —El comentario de Arianne fue mal intencionado, quería demostrar de cierta forma que ella siempre mantiene el control de las cosas y que logra que todos hagan lo que ella pide, aunque tenga que descolocar a sus presas—. Sin embargo, aún existe otro lugar donde puedes verme claramente.

Caminaba sin siquiera mirarle, se divertía de la idea de que él la estuviera siguiendo aún. Porque si era sincera no tenía idea a dónde podría llevarle. Pero qué más da, de todas formas ella ganaría, ¿no?

- Conque no te gusta perder... eso me gusta, lo hace todo más interesante

Dijo aún caminando evitando juntar su mirada con ella... pues ya no eran sus ojos lo que le cautivaban, miraba alrededor y la escalera se hizo corta, al igual que la torre, una vez estuvo abajo y al frente del umbral de saluda de esta, se volteó para mirarle, plantándose allí obstrullendo su camino, ella podía pasar por su lado sin problema alguno, mas el quería mostrarse frente a ella para demostrarle que podía controlarse, y que no había perdido ante ella... aún

Era demasiado fanático de las competencias, cualquiera fuera el tipo de esta, no podía rendirse, no le gustaba perder, era terco como una mula... bah a cada segundo se sentía más como un Sly que como un Raven... qué hacía en esa casa?... la aterciopelada voz de ella le iluminó los ojos y contuvo una risa que soltó levemente entre sus labios juntos, ella sabía qué decir y cómo hacerlo... conocía el juego.. y estaba jugándolo bien...

- Ah si?... y qué lugar es ese?... o acaso es un lugar secreto?

Dijo mirándole fijamente y desafiante, más desafiante aún, tratando de seguir en su juego sin caer en la vulgaridad.

- Ahora que lo pienso... es mejor un lugar oscuro.. así debo acercarme para admirar tu belleza...

Agregó con una media sonrisa

—Lo siento, chico, pero ya no aceptaste ir a lo oscuro, por lo que tendrás que conformarte con el lugar que ahora escoja. —Arianne le sonríe burlonamente y con verdadera tranquilidad lo empuja levemente para que la deje pasar.

Sólo hay una forma de jugar, y es la que ella quiere, con las reglas que ella escoja, si ahora había decidido que el chico tendría que pensar muy bien lo que dirá para que luego no de arrepienta como ocurrió en ese caso.

Divertida sigue caminando y sin darse vuelta a mirarle pregunta:

—Un lugar bien iluminado y con bastante calor para que no te de hipotermia, chico, ¿me sigues, no?

- Como digas, Arianne

Dijo siguiéndole mientras disfrutaba de la vista de su espalda, que era bastante generosa y agradable, mas la disfrutaba y al mismo tiempo disimulaba para no ser tan obvio, miró alrededor y la nieve era verdaderamente maravillosa, estar rodeado por ella... estaba seguro que desde el punto más alto de la torre de astronomía o de la misma lechucería, se debían de ver como dos puntitos en la nieve, uno de color verde y el otro azul, rio a entredientes al pensar en ello para luego incorporarse y decir algo picarezco

- Debes tener cuidado.. el exceso de calor hace peor que el exceso de frío

Obviamente se referia a lo fría que ella podía ser a veces.. y a otras cosas que de seguro ella había comprendido, el no solía ser así, sin embargo le agradaba, no, le encantaba jugar el mismo juego que ella jugaba tan bien... caminó más rapido hasta caminar al lado de ella, donde le tendió su brazo y le miró con una media sonrisa

- Dónde me llevarás??

Formuló con un deje de inocencia casi tan poco creíble como la de ella

"Eso me gustaría saber a mí" se dice la chica apenas escucha la pregunta de su acompañante. Eso de improvisar no es para nada agradable, ella está acostumbrada a saber las cosas de antelación y no trabajar bajo presión, aunque como no sabe como actuaría en esos casos, encuentra que hasta el momento ha llevado bien la situación.

—Tranquilo, no te desesperes —le dice divertida, golpeando levemente su brazo, sin siquiera tomarlo.

¿Por qué? Porque ella es así, no necesita de caballerosidades cuando sabe perfectamente que lo que menos desean es ser eso. Por lo que decidió seguir caminando, sin siquiera mirarlo, sabiendo que él aun la seguiría.

—Y no te preocupes por los excesos, yo siempre estoy muy bien, lo decía por ti, que te ves helado.

Por un momento Edmond tuvo una confusion enorme en su mente... de cierta manera la serpiente era muy multifacética... cuando se había volteado a mirar el paisaje nevado parecía débil, frágil y casi enternecida, pero cuando se le hablaba más provocativamente era segura, agresiva y experimentada... parecía no doblegarse ante los comentarios, fueran los que fueran que le hiciesen, el muchacho estaba algo confundido ante cada una de las palabras de la joven, cosa que lo llevó a pararse en seco y quedarse mirándola, viendo si acaso ella notaba que él había parado, en realidad el necesitaba hacerle demasiadas preguntas, muchísimas y de muchos tipos diferentes... sentía una cercanía por ella... pero al mismo tiempo una lejanía... era eso posible?... era un mar de confusiones y de dudas que quería aclarar... mas tras detener su caminar tras ella decidió seguirle nuevamente, ella era un saco de sorpresas... era muchas mujeres en una sola... Arianne era definitivamente, fantástica

- Quizá si tomaras mi mano, tendría menos frío

Susurró cerca de ella esperando en cierta parte que no le escuchara, mientras la otra pedia a gritos que lo hiciera.

- Algo me dice que no sabes siquiera donde vamos

Dijo en el momento mismo para obviar lo que quizá ella ya habia escuchado

Arianne se ríe por el comentario. Lo había escuchado murmurar pero no lo había entendido completamente y encogiéndose de hombros lo dejó pasar, pero comenzó a poner más atención a lo que decía.

"¿Atrapada?" El chico había sido listo al darse cuenta que en realidad estaban caminando sin destino. Se voltea a mirarlo y le sonríe malévola.

—Bueno, tal vez así sea —dice ella sin importarle mayormente lo que él piense—, ¿tienes algún problema con ello?

Directa, sin pelos en la lengua. Porque puede tener muchas facetas, muchas caras, pero nunca perderá esa parte de ella. Ya no avanzaban, ahí en los jardines muy cerca aún de la lechucería, estaban rodeado de nieve y del frío aire.

—¿Qué hablabas en murmullos, querido? —le pregunta divertida, sabía que tendría que ser algo que no tendría que gustarle, porque por algo lo dijo tan bajo, ¿no?

Ella se había detenido frente a él y le había confesado que no sabía realmente donde le llevaba, pero al fin y al cabo tenía razón.. qué importaba?... a pesar de mostrarse segura, disfrazaba de seguridad sus inseguridades para no destruir su imagen de mujer fría y calculadora... realmente Arianne era sorprendente, a parte de perspicaz, preguntó rápidamente qué era lo que había susurrado, y Edmond no supo qué decir... ella estaba parada frente a él y le miraba inquisitiva, el no podía resistirse a sus ojos y a su rostro entero, a su faz y a su hablar.. a su personalidad, por dios! esta mujer le enloquecía... el muchacho casi sin hablar se acercó a ella y estando lo suficientemente cerca susurró

- Dije que para pasar el frío, quizá podías tomarme de la mano

Entonces en un gesto rápido y casi espontáneo estiró sus brazos para tomar las manos de la fría serpiente... esas pequeñas manos suaves y hermosas... bueno, había una ventaja con esto, pues no podía abofetearle ni lanzarle un avada kadavra sin sacar sus manos de las de él y el tendría el tiempo justo para correr

- Quizá la oscuridad sea innecesaria para admirar tu belleza de más cerca

Finalizó sonriendo de costado

Arianne arquea una ceja mientras mira como el chico toma sus manos, de la misma forma sube su mirada hasta los ojos del chico y murmura, sin ningún tipo de sentimientos predominando su rostro.

—Quizás deberías bajarte de esa nube. —Su voz sonó fría como el día, esperando ver su reacción, viendo si esa sonrisa de costado desaparecía de su rostro. Suelta sus manos de las de él y se cruza de brazos—. Si tienes las manos heladas, utiliza guantes y tus bolsillos.

Sonríe levemente, de forma indiferente. Se da media vuelta y comienza a caminar.

—Si aún así quieres ir a donde sea que lleguemos, sígueme, pero mantén una distancia. No cualquiera es digno de estar tan cerca. Por lo que deberías sentirte privilegiado.

Arrogante. ¿Otra palabra para definir tal situación? Pues muchas, pero esa es la más exacta para el momento. Y al dar la vuelta, la indiferencia del rostro de la chica pasó a una sonrisa burlona. ¿Seguía controlando? Por supuesto, se hace las cosas como ella desea. ¿Está claro, no?

- No sé si privilegiado.. o si en una nube... desde un principio te dije que solo estoy buscando un sitio donde alejarme del frío de esta nevada

Dijo siguiéndole y metiendo sus manos en sus bolsillos, mirando alrededor y sintiendose como un idiota al seguir a una Sly a un sitio que ni siquiera ella sabía donde era... estaban caminando en una dirección incierta, a un paradero desconocido, realmente se sentía apenado, pero qué más daba, no tenía nada mejor que hacer, y no pensaba volver con sus compañeros de Raven.

- Espero te decidas pronto donde ir... no sé si pueda seguirte tanto... "reptas muy rapido"

Agregó en tono sarcástico ante la idea de que ella era una verdadera serpiente, una de esas pocas que había hoy en día.. pues la casa de Sly se había ablandado bastante durante el último tiempo por lo que había oído, hasta el punto de admitir gente de "sangre sucia".

Arianne se ríe, divertida. El chico era interesante, por mucho que ella se mostrara indiferente, por lo que le sonrió por sobre su hombro y le guiñó un ojo.

—Bueno, veo que tienes agallas —comenta, caminando más lento—, seré buena contigo y reptaré lento para que puedas seguirme, Edmond

El chico supo actuar, algo que llamó la atención de la rubia, el tono sarcástico que él usó era muy digno de ella. "¿Por qué estará en Ravenclaw?", piensa Arianne curiosa.

—Pero si sólo quieres un lugar donde puedas calentarte puedo recomendarte unos buenos lugares para las aguilas —le dice, burlona—, la biblioteca es una opción, aunque yo no voy mucho por ahí, los Ravenclaw acaparan las mesas.

Vuelve a sonreír y ahora lo mira.

—Ah, no, espera. Estás escapando de los tuyos, aunque no sé si con quién te encontraste fuera mejor —agrega, como si estuviera meditándolo—. ¡Qué bah! Soy mucho mejor que un montón de sabelotodos.

El muchacho rio divertido, con un leve deje de ironía en su risa para luego ver como ella disminuía la velocidad y quedaba casi a su lado, pero siempre un paso delante... por lo visto a ella le gustaba controlarlo todo, y manejar cada situacion a la perfección... era controladora y le gustaba manejar a las personas como marionetas... era algo... admirable, sin embargo Edmond siempre se proponía sacar de sus cabales a esa gente, o descolocarlos para que perdieran su seguridad habitual

- Agallas?... ah, te refieres a eso que como de desayuno... siempre lo acompaño con una jarra de sangre de serpiente virgen

Contestó con un leve guiño de ojo para mirar alrededor y ver como el camino no les llevaba a ningún lado en concreto, en realidad le parecía interesante...bueno, en realidad cualquier cosa era más interesante que la sala común de Raven.

- La biblioteca?... estás loca... me vetaron de allí mi primer día de clase... qué sabía yo de que esas cosas eran reliquias que no se podían romper y/o quemar?

Agregó divertido para luego volver a mirar alrededor, pero centrando si vision en el mejor paisaje que su entorno podría presentarle, el de Arianne... su hermosa geografía y su cabello... fantástico... su piel tersa y suave... a pesar de ser más una arpía que una serpiente... era hermosa..

- Hasta ahora me has demostrado no ser tan ñoña como mis compañeros... paro tampoco pareces ser peligrosa... así que no sé si eres mejor realmente

Contesté tajante y fingiendo desinterés

Arianne lo mira y no pudo evitar reir por lo primero que dijo.

—¿Serpiente virgen? —Inmediatamente hace que piensa un poco, para agregar dramáticamente sorprendida—. Me gustaría saber adónde encuentras de ese tipo. Aunque al parecer eres tu el que las está haciendo desaparecer.

La chica seguía caminando, sin importarle realmente por donde iban. Aunque si lo pensaba bien, sería bueno entrar al castillo, el frío ya calaba sus huesos, pues hace bastante que ella estaba dando vuelta por el frío día.

Con una mueca divertida, mira al chico y con la cabeza le pide que la siga. Ya sabía a donde ir y por supuesto es mucho más agradable que nevados jardines.

—¿Vetado de la biblioteca? ¿Un Ravenclaw? —La idea causó gracia en la chica, quien no pdo evitar reir, otra vez—. Bueno, por lo menos aprendiste algo en esa primera visita. Y aunque no hubieses sido expulsado, tampoco se me hubiese ocurrido llevarte ahí.

De camino al castillo, la voz de Edmond llegó a ella e inmediatamente se detuvo. dio media vuelta y lo miró con una ceja arqueada. ¿Acaso le estaba diciendo que no era mejor que unos simples Ravenclaw's? ¿Cuál es la manía de todos de meterse con su ego de serpiente?

—¿Me estás desafiando, cariño? —le pregunta a ella acercándose felinamente—. ¿Crees que no soy peligrosa?

A unos centímetros de él, posa su mano en el brazo de su acompañante y comienza hacer un tranquilo movimiento regular, que subía y bajaba desde el hombro hasta el codo.

—Yo que tu —repite la palabras anteriormente dichas—, pensaría mucho antes de hablar, Edmond. —Se acerca a su oído y agrega—: Soy mejor que cualquiera de tus compañeros —para luego pasar su nariz por la mandíbula y mirarlo a los ojos al llegar al mentón—, ¿entiendes?

Rió ante su seguridad.. valla que ella si tenia respuesta para todo, era agradable compartir con una persona así... noo mejor dicho era... estimulante...

- Serpientes vírgenes sobran... el problema es que muchas lo encubren para no ser mi alimento... y otras... son simplemente testarudas

Agregó mirándola, pues tras dirigirse juntos al castillo (esto ya era notorio) detuvo su paso, cosa que notó inmediatamente, la muchacha se volteó quedando frente a él mirándolo con una cara desafiante y al mismo tiempo intimidante, deslizando su mano desde mi hombro hasta mi codo en una especie de amenaza que para él no era más que una caricia... sentía escalofríos pero decidió contenerlos, lo que menos necesitaba era que ella supiera que le hacía tiritar. Definitivamente no irían a la biblioteca, ella no parecía mucho ser de esas chicas que pasan en la biblioteca, su simple apariencia y personalidad lo demostraban... aunque algo hacía pensar a Edmond que esta chica, a pesar de ser así como era, obtenía sobresalientes en sus TIMOS y era algo asi como ejemplar... rebelde y cumplidora, sentir las palabras de la serpiente, como un silbido tentador en su oido le hizo tragar saliva lentamente... su tacto o roce en su rostro era fatal... sentía como era envolvido por ella... necesitaba decir algo antes de caer en su agarre---

- Definitivamente no me has demostrado serlo, cariño... no tengo por qué temerte.. aún

Seguía desafiando a la serpiente... sabía que le mordería, quería ser mordido... lo que no sabía era si acaso podría soportar el veneno...