Dame otra cerveza... [Melinda]

Él en seguida aceptó mi desfío, ¿a que chico no le gusta una competición? Le ví alejarse y empezar a hacer bolas de nieve, y yo me puese a hacer más también, tendría que contraatacar, y más si era el mejor lanzador de bolas de nieve de Durmstrang aunque eso tendría que comprobarlo... Luego miré divertida lo concentrado que estaba haciendo bolas, era tan guapo... ¿como me podía gustar tanto un chico al que acababa de conocer? No lo sabía, pero me gustaba... Me encantaba... Me quedé embobada mirando la nieve mienras pensaba en él, en su dulzura, en su atractivo, en él... Cuando de repente un montón de bolas de nieve pasaron por encima de mi, alzé la vista y le ví corriendo hacia mi. Solo me impactaron un par de sus bolas, porque muy buena puntería no había tenido, y a mi no me había dado tiempo a contraatacar, me había quedado sorprendida mirándole, cuando vino corriendo con algo de nieve en el pelo y la túnica empapada.

Luego tropezó y cayó sobre mi, yo me reí, había sido una caída bastante graciosa, y él no se podía haber hecho daño ya que entre la nieve y yo habíamos amortiguado su caída. Él estaba sobre mi, le miraba a los ojos, era perfecto, estaba tan cerca de mi que deseé besarle de nuevo, me acerqué a él, y él se acercó a mi, cerré los ojos, pero no sentía sus cálidos labios, en su lugar sentí algo frío que se derretía en mi cara. Abrí los ojos y me quité la nieve de la cara. Me levanté y le busqué con la mirada, estaba detrás de una piedra.

-Esta me la pagas Edmond.-Dije riendo, luego cogí una bola de nieve y me acerqué corriendo hacia donde él estaba.

Había escapado, estaba escondido, escuché sus palabras y estaba seguro de que ella vendría a vengarse, sus palabras me lo aseveraban, solo traté de esconderme notoriamente visible para que viniera a mi, riendo divertido pues hacía mucho que no disfrutaba tanto de una tarde tan entretenida con alguien... Melinda sabía como entretenerse, de una forma inocente y no nociva para la salud... bueno... estaba comenzando a pensar que su presencia en mi iba a ser nociva, pues no me podría acostumbrar a estar sin ella.

- Ven, aqui te estoy esperando

Contesté gritando desde atrás de la piedra mientras preparaba más y más bolas de nieve, tenía que tener algo como para defenderme de su ataque, era chistoso, quizá era el alcohol o quizá era la extrema alegría de estar al lado de alguien tan maravilloso como Melinda, pero estaba alegre, eufórico... divertido, era fantástico, me asomé por sobre la piedra y Mel venía corriendo, me levanté precipitadamente y salí corriendo mientras tiraba bolas hacia atrás, lamentablemente, la adrenalina no quitaba los efectos y el mareo del alcohol, por lo cual, casi ninguna bola acertaba en ella, corrí para tratar de escapar, pero tanto movimiento tras estar completamente tranquilo hizo que me diera un calambre, y tras dar un par de saltitos, caí sobre la nieve, revolcándome en esta mientras tomaba nieve para hacer bolitas y tirarle desde mi posción,

- No me rendiré!

Grité riendo

Por un momento dudé si es que el chico no era capaz de esconderse en serio o lo hacía a posta, pero al decir que me estaba esperando supe que lo hacía a posta, sonreí al darme cuenta, no se podía ser más cantoso, pero era divertido, muchos de mis amigos consideraban jugar con la nieve algo infantil, y tenía que guardar mi ilusión sobre ella, pero con él podía ser yo misma, sin miedo a que me dijera que era una chica tonta e infantil.

Estaba ya bastante cerca de él cuando vi que tenía un montón de bolas de nieve preparadas para lanzármelas, así que me agaché y hice unas cuantas bolas más, liuego me levanté y volví a ir hacia él corriendo.

-¡Te vas a enterar!

Luego él se levantó y saió corriendo mientras lanzaba bolas hacia atrás, algunas me dieron, pero la gran mayoría no, él reía, y cayó al suelo, ahora me tocaba a mi. Me acerqué hasta donde estaba en el suelo y le miré, luego cogí una bola de nieve y la metí debajo de su abrigo.

-Jajaja esto si que es una buena venganza.-Dije sentándome a su lado y quitándole la nieve del pelo.