En busca de diversión (Edmond Dantés)

El día había sido tedioso al igual que todos los días... Edmond se había perdido dos o tres clases de la jornada y llegó tarde a otra... pensaba para sí mismo "Debo aprenderme la ubicación de estos malditos salones" Mientras caminaba por los pasillos mirando alrededor, hacía un poco de frío por lo cual Ed llevaba su sweater de Ravenclaw, pero no su túnica, el chico no pasaba desapercibido a las miradas de la gente, pues para algunos era el chico de intercambio, que venía de Durmstrang, y para otros, era el chico que había sido expulsado por matar a alguien u otros mil chismes que se inventaron de él.

El jardín interior se veía bastante adecuado para pasar un rato agradable, pues la luz de la luna era maravillosa, y reflejada en las gárgolas o en los escasos árboles que ahí yacían, daba un efecto que te hacía sentir aliviado... relajado... lleno. Edmond conocía esto, por lo cual se dirigió al lugar sin mirar precisamente hacia adelante, cometió un gran error al no mirar en su camino, pues sin querer, chocó en un umbral, de frente con una chica, es decir, quedó a escasos centímetros de esta muchacha de cabello oscuro y ojos penetrantes, Ed se paralizó como una estatua, sin retroceder ni moverse, mirándola mientras tragaba saliva lentamente

- Lo.. Lo siento

Agregó mirando a la chica, y dando un paso hacia atrás

La chica tenía un aire conocido... era muy raro, pues Edmond no era mucho de andar recordando personas.. a parte, no tenía un aire parecido a ninguna chica que antes hubiera visto por Hogwarts... sus rasgos y su acento... habrá estudiado en Durmstrang?... Edmond se quedó mirandola de cerca, y pues la chica era bastante linda... más que eso, tenía un rostro angelical y una mirada penetrante... pero.. era una Slytherin, con ellos siempre había que tener cuidado.. pues la serpiente ataca cuando nadie la está viendo.

- Lo siento, pues yo también pensé... digo... entre clases

Agregó mirándole para luego de sentir unos pasos tomarse de su cintura y presionarla contra una muralla, desapareciendo ambos en la oscuridad generada en una esquina, mientras Filch paseaba por allí, deseando buscar alguien a quién perjudicar... Edmond ya había tenido problemas con él, y no tenía ganas de volver a encontrarse con aquel tipo.

- Por cierto... mi nombre es Edmond

Dijo aún apegado a ella contra la pared hasta que no sintió más pasos y se relajó dando un par de pasos hacia atrás.

- También andas perdida de clases?.. no pareces de por aquí

Inquirió suspicaz

El chico se disculpó, ella le iba a decir algo cuando escuchó unos pasos de alguien que se acercaba, pudo reconocer que se trataba de Filch, el hombre que siempre se paseaba por los pasillos para encontrar incautos y meterlos en líos, Nata nunca había tenido problemas con él, sin embargo había escuchado todo tipo de historias, a lo cual ella no tenía miedo solo no quería tener que comprarse problemas sin razón.

Antes de que pudiera reaccionar, Edmond fue más rápido, ella solo sintió que el chico la tomó de su cintura y con su cuerpo la presionó contra la muralla, tuvieron suerte de que justo en esa zona había sombra, lo cual hiso que pasaran desapercibidos por Filch, que siguió su camino. Por la cercanía entre sus cuerpos la chica se sonrojó. Él se presentó como Edmond.

- Yo soy Nata, Nata Reeve – le contestó, cuando pasó la tensión, él dio un paso atrás y ante la segunda pregunta – hace un rato terminé con mi última clase, no tenía ganas de regresar a la sala común – luego agregó – y tienes razón no soy de aquí, vengo de Rumania. – luego se aventuró mas y le preguntó – Te me haces conocido, ¿tú eres el chico que vino de Durmstrang?

Edmond al instante cambió su gesto, pues ella venía de Durmstrang... seguro conocía toooodos los rumores que sobre él corrían por la escuela... el chico no sabía qué decirle, miró hacia todos lados y con cara de resignación asintió con el rostro, pues no sacaba nada con mentirle a la muchacha, de seguro le conocía y solo estaba constatando... era extraño, pues en Durmstrang nunca le había visto.. o quizá si?... ya no lo recordaba, pues había tratado de suprimir gran parte de su pasado, en especial ese capítulo de aquella sombría escuela donde había tenido más problemas que buenos ratos.

- Y tu?... Te viniste hace mucho?

Preguntó con la intención de escuchar que si, hacía más tiempo del cual existían esos rumores acerca del chico, pero era casi imposible... bueno qué más daba?... de repente los pasos de Filch se sintieron denuevo y Edmond volvió a tomar la cintura de la chica para esconderse en la misma esquina, pudo sentirle respirar cerca y al instante el chico se sintió un tanto avergonzado, una vez Filch volvio a su madriguera salió libremente del lugar y se estiró, miró hacia el patio y vio nuevamente lo que le había hecho escapar de clase para ir a ese sitio.

- Y qué te parece aquí? te gusta?

Inquirió curioso mientras le miraba

Nata pudo ver que el chico se sintió un poco incomodo con la pregunta respecto a Durmstrang, confirmó lo que estaba pensando, sí, él era el chico del que tanto se había hablado en su antiguo colegio. Si bien, era la primera vez que ella hablaba con él, ella ya lo había visto antes, y cuando ocurrió el incidente, las habladurías comenzaron a sonar por todas partes, hasta su grupo de amigos hablaban de él.

- Entre a Hogwarts hace dos años, o sea para empezar el cuarto curso – la chica terminoo de decir la frase y pronto se escucharon nuevamente los pasos de Filch, al parecer de todas maneras quería encontrar a alguien a quien hacer la vida imposible.

Nuevamente Edmond tomó a Nata por la cintura y volvieron a la posición con la cual antes se habían escondido. Cuando pasó el “peligro” volvieron a salir del escondite.

- Hogwarts es un lugar distinto a Durmstrang – contestó Nata – si bien no conozco a mucho aun por acá te mentiría si te digo que la estoy pasando mal. – dijo con una sonrisa – también te mentiría si te digo que en Durmstrang la pase mal, me llevaba muy bien con mis compañeros, y los amigos que hice ahí son inolvidables. – ella había vivido muy grandes momentos en Durmstrang, se llevaba muy bien con la gente de ahí, pero reconocía que eran personas duras y que en especial si uno era hombre la cosa era más difícil ya que tenias que ganarte una reputación, si no estabas “muerto”.