Soledad entre libros [Ewan Bennett]

Bajé desde mi sala común hasta la biblioteca, ya no quedaba ningún alumno allí, algo que me encantaba.
Sonreí y dejé mis libros sobre una mesa. Me acerqué a una de las grandes estanterías, y comencé a mirar los libros.
Como no había nadie, decidí cantar, aunque no alcé demasiado la voz.
Mientras lo hacía, pasaba mi dedo indice por el lomo de cada uno de los libros, leyendo el titulo y sonriendo.

Me detuve un momento y cogí uno de ellos, abriéndolo por la primera página.

Acababa de entrar a buscar un libro que necesitaba urgentemente para hacer un trabajo sobre Encantamientos, cuando oí a una chica cantar. Esto sí que no se veía, o más bien se oía, todos los días, así que busqué a la chica. Seguí su voz hasta una estantería y la rodeé, por lo que me la encontré de golpe.

La chica soltó un pequeño grito por la sorpresa y soltó el libro que sostenía, que conseguí coger antes de que cayese al suelo.

-Vaya, siento lo del susto, sólo quería ver quién cantaba- le aseguré sonriendo mientras le tendía el libro- por cierto, me gusta tu voz.

Mientras miraba el libro alguien me sorprendió de golpe, pensé que estaba sola, por lo que me asusté, dejando caer el libro y gritando.

-Dioses... Pensé que estaba sola...-Bajé la mirada avergonzada y me mordí el labio, no estaba acostumbrada a que nadie me escuchase cantar, y aun menos, a que les gustase mi voz -Gracias... - Dije en un susurro

Solté una risa por lo bajo, aún cuando no era mi intención, no quería molestarla, suficiente susto se había pegado ya como que para encima alguien se riese de ella.

-Y estabas sola, hasta que yo entré- dije sonriendo- no deberías hablar tan bajo, no se te escucha bien. Por cierto, soy Ewan, ¿y tú?- le pregunté con una sonrisa.

Oí como soltó una leve risa, aunque supuse que no lo hacía a mal
Volví a mirarle y sonreí levemente -Si bueno... No te escuché entrar... Pero claro.. Esto es tan grande..
Me aparté un mechón de pelo del rostro -Yo soy Evelyn... Pero puedes llamarme Eve

No me extrañaba que no me hubiese oído entrar, la puerta estaba a kilómetros del lugar donde estábamos, y los libros amortiguaban el sonido.

-Eve, queda bien, me gusta, ¿y qué hacías aquí antes de cantar, que yo entrase, te interrumpiese y te llevases el susto de tu vida?- le pregunté sonriendo levemente.

Me apoyé con cuidado en una mesa cercana, mirándole -Me gusta venir cada tarde... Y descubrir nuevos libros - Sonreí levemente y me retiré un mechón de pelo del rostro -Me encanta leer.. ¿Sabes?... Adoro descubrir cosas nuevas, libros perdidos...

Sonaba muy... sabio, por decirlo de alguna manera, seguro que iba a Ravenclaw. En parte eso me gustaba de las de su casa, las de la mía estaban demasiado ocupadas con sus ambiciones y sus ideales de sangre pura.

-A mí también me gusta, aunque supongo que soy demasiado selectivo con mis lecturas, no soy de esos que dicen, bien, ahora innovaré y leeré algo que odio y así quizás lo entienda y me guste- reí levemente- eso no va conmigo.

-Selectivo con tus lecturas...Suena bien... -Dije sonriendo ¿Podrías recomendarme algún libro?- Le miré directamente a los ojos por primera vez -O bueno... Quizás estas ocupado... Y estoy entreteniendote - Volví a retirar la mirada, algo nerviosa, odiaba esa parte de mi, la timidez excesiva. Probablemente el chico tendría mejores cosas que hacer.

Sonreí, no solía leer mucha literatura, o al menos ahora, no me daba el tiempo, estar en último año de Hogwarts era muy duro, pero yo estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para sacar las mejores notas posibles.

-Últimamente leo pocas novelas, no tengo demasiado tiempo, apenas consigo leerme los libros sobre Criaturas Mágicas o Transformaciones que quiero... si te interesa el tema te puedo prestar un par, pero bueno, eso ya es cosa tuya- le dije sonriendo.

Me acerqué a los libros y comencé a ojearlos mientras me hablaba, cuando terminó, me giré para mirarle -Claro, será un placer compartir aficiones con alguien- Sonreí -No hay mucha gente a la que le interese leer... Por eso busco mi propio mundos en los libros, es divertido imaginar que eres el protagonista- Quizás pensaba que estaba loca pero no me importaba, los libros me entusiasmaban -Incluso a veces, puedes crear tu propio final... -Dije en un leve susurro

Sonreí ante su explicació, los libros me gustaban, pero por lo general prefería la realidad.

-Prefiero crear mi propio final en el mundo real, me parece más emocionante que crear uno ficticio, a veces no sale como te gustaría, pero nunca está de más seguir intentando- dije sonriendo. No negaba que evadirme un rato con los libros no me gustase, pero prefería mi vida tal y como era.

-Si, tienes razón... En realidad, nuestra vida es como un libro, poco a poco, vamos escribiendo capítulos...- Le miré, tenía una bonita sonrisa -¿Qué mas te gusta hacer en tu tiempo libre...? - Comencé a jugar con un mechón de pelo, enredándolo con suavidad en uno de mis dedos. -¿Quizás asustar a chicas que cantan, en las bibliotecas?-Dije bromeando

Reí levemente por su comentario sobre qué me gustaba hacer en mi tiempo libre, aunque ahora que lo pensaba, no sabía muy bien qué hacía en mi tiempo libre, cosas normales esperaba.

-Pues es la primera vez que asusto a una chica cantante en una biblioteca, ha sido una buena experiencia, quizás la repita en un futuro, pero es demasiado complicado, tengo que encontrar a una chica que cante en un biblioteca y eso no se da todos los días- dije riendo.

-Pues lo mismo que todos los demás, no sé, salir con mis amigos, yo que sé- sonreí- ¿y tú?

-Bueno, yo vengo cada tarde, pero no creo que me vuelvas a asustar... Aunque seguro que encuentras a otra... Y quizás hasta cante mejor!- Le miré a los ojos sonriendo

-Me gusta pasear... Sentarme junto al río y cerrar los ojos, dejarme llevar por los sonidos de la naturaleza...- Bajé la mirada algo nerviosa -Tambien me gusta bailar, aunque no suelo hacerlo

Sonreí al oír lo que dijo, me divertía con sus comentarios, aunque sus gustos eran... poco comunes, muy serios por decirlo de alguna manera.

-Pues podrías enseñarme a bailar, a mí no se me da nada bien, además, mira el lado positivo, si me enseñas a bailar tú también bailas y entonces ganamos los dos- le dije riendo. Bailar nunca se me había dado bien. Si la canción era lenta, quizás tenía un pase, pero en las rápidas me ponía nervioso y perdía el ritmo, lo que producía que me pusiese más nervioso, lo que hacía perdiese aún más el ritmo, en fin, era una rueda enterna que sólo acababa conmigo haciendo el ridículo.

-Enseñarte a bailar? Oh vamos.. Estas loco.. -Me sonrojé y me di la vuelta

-No soy buena como maestra... Simplemente... Me dejo llevar por la música sabes?-Me giré de nuevo para mirarle

-Ademas.. Me da mucha vergüenza bailar con alguien! - Sonreí levemente -Se que soy una chica rara...

Sonreí, a mí también me daba verguenza bailar, ya fuera solo o con alguien, pero especialmente con alguien presente, porque hacía el ridículo.

-No eres rara, sólo tímida, pero deberías hacer un esfuerzo por superarlo, si haces una cosa bien y te gusta, no debería darte verguenza hacerlo delante de más gente. Seguramente te sale mejor que a los demás- le aseguré con una pequeña sonrisa.

-Si bueno... Quizás tengas razón... - Sonreí mirandole
-De acuerdo, te enseñaré a bailar... Que tipo de música prefieres?- Me acerqué hasta el chico mirandole a los ojos -Y si... Soy demasiado tímida, pero eso es algo dificil de superar... sabes?

¿Había aceptado?, ahora era yo el que quería hecharme para atrás. No pensaba hacer semejante ridículo, aunque sólo ella me viese y quizás incluso mejorase. Me negaba en redondo.

-No te preocupes, realmente no me apetece mejorar mis técnicas de baile, no es algo que me importe demasiado ahora mismo, si alguna vez tengo que bailar, te pediré consejo- le aseguré riéndo.

-Supongo que es difícil de superar- dije algo distraído una especie de bicho había captado mi atneción momentáneamente.

Hice una mueca cuando se negó, me parecía raro, ya que era el quien lo habia pedido, pero no dije nada, simplemente sonreí, asintiendo

-Está bien, como quieras, la profesora Beckinsen estará disponible para cuando al señorito le apetezca bailar- Comenté riendo

-A mi, me gusta como soy... Me conformo con un buen libro, y ver de vez en cuando la lluvia... No necesito mas- Miré por la ventana. -Aunque una charla así, de vez en cuando, también me gusta

Sonreí cuando me contó con lo que se conformaba, sonaba bien, pero de todos modos, lo que me relataba me parecía demasiado poco como para llenar mi vida.

-Reconozco que a veces, no es muy divertido ponerte a hablar con alguien, sobretodo si no aguantas a esa persona, pero no suele ser así, y por lo general es más divertido hablar con alguien de carne y hueso que la lluvia- dije con una sonrisa, aunque sonaba un poco hipócrita viniendo de mí, ya que yo era el solitario por excelencia.

Me acerqué hasta el chico y le miré a los ojos

-Las cosas mas insignificantes, son las que de verdad importan-Giré levemente la cabeza hacia un lado, sonriendo, mientras me retiraba un mechón rebelde -Seguro que tu tambien tienes algo que te encanta, que a la mayoria de la gente le resultaria lo mas normal del mundo... .- Puse una mano sobre su hombro con cuidado -¿Me lo vas a contar? Puedes confiar en mi

La frase de la chica sonaba a esas frases hechas, listas para ser enmarcadas y guardadas para la posteridad, pero que en realidad no decían nada importante.

-Pues más allá de las criaturas mágicas no sé que más puede ser, siento decepcionarte, pero tengo unos gustos casi demasiado normales- dijo que podía confiar en ella, la cosa es que si le contaba mi secreto, saldría pitando y no me interesaba. Estaba perfectamente en aquel momento.

Me aparté de nuevo, dejando de sonreir

-Está bien... Lo siento- Bajé la mirada -Entiendo que no quieras contarmelo- Volví a mirarle, sonriendo -Soy una pesada-Me reí mientras me sonrojaba ligeramente, no me había dado cuenta de que estaba hablando demasiado. Me acerqué hasta la ventana, dandole la espalda y apoyando mis manos sobre la repisa, me quedé en silencio.