¿Arena o nieve? [Angelina Riddle]

Llevaban ya dos días nevando. Me sentía feliz, pues donde yo vivía no nevaba nunca y a mi la nieve me pareció siempre fantástica. El primer día me lo pasé al completo pegada a la ventana de un pasillo viendo caer los copos sobre el alféizar. Por fin, hoy dejó de nevar, pero una gruesa capa blanca cubría por completo los terrenos del castillo. Cubierta por mi capa más gruesa y armada con mi mochila, me encaminé a primera hora hacia la playa. Tal y como esperaba, estaba también cubierta de nieve. Sonreía, buscando el mejor lugar donde colocarme, cuando me fijé en una figura al borde de la playa. Me acerqué hasta ella para presentarme.
- Hola, soy Angelina Riddle. Creía que yo era la única loca que venía a la playa en un día como este.- Le sonreí afablemente y tendí mi mano a modo de saludo.

La chica se presentó como Valerie, ya parecía ser Slytherin. Bueno, nunca se sabe, ¿no?
- Sí, lo soy, pero tú a mí no me suenas...-sonreí- aunque bueno, lo cierto es que no me entero nunca de nada, por lo que no me sorprendería ni siquiera de que fuésemos juntas a alguna clase...- Esta vez, una risita surgió en mi boca, divertida por mis propias palabras.

Agradecí mentalmente el tema de conversación. Lo cierto es que me encanta conocer gente, así que no quería perder la oportunidad.
- Bueno, me encanta la nieve y ahora que ha dejado de caer y ya no me convertiré en un muñeco de nieve si me quedo quieta, me pareció buena idea pasarme por aquí a pasar el rato, leer, dibujar...¿Y tú, qué te trae por aquí?- le pregunté, bastante interesada.

Parecía que yo no era la única que se había quedado con ganas de salir ayer. De todos modos, estar de pie era bastante incómodo, por lo que saqué de mi mochila una gran toalla en la que cabríamos las dos sin ningún problema y la extendí sobre la nieve. Miré a Valerie.
- ¿Quieres sentarte? Tranquila, no te mojarás, le he hecho algunos arreglillos.- yo misma tomé asiento sin preocuparme por la nieve. La tela no dejaba que ni el frío ni el agua la traspasase, por lo que era de lo más agradable.

Miré a la chica sentarse y luego respondí a su pregunta.
- Estoy cursando quinto, tú pareces mayor que yo... ¿me equivoco?- dije con una sonrisa antes de mirar al horizonte. Las vistas desde allí eran preciosas y la línea perfecta que separaba el mar del cielo se dibujaba perfectamente.

- Así que en séptimo. Bueno, parece que me encuentro en presencia de una persona "adulta"- reí, pues me hacía gracia el hecho de que para los magos la mayoría de edad fuesen los diecisiete años. Para los muggles eran los dieciocho o los veintiuno así que para mí solía ser un tema bastante cómico.- y dime, ¿es muy difícil el último curso?