Cazando (Sólo para valientes xD)

No sentía nada... sólo veía a través de una espesa bruma cómo me golpeaba contra algo, ni siquiera sabía qué.
Cerré los ojos, si me contenía un poco más... sólo un poco más... quizás me matara, y así no causaría daños a nadie.

Colérico al no conseguir lo que quería la golpeé una última vez contra el tronco del árbol, tan fuerte que este crujió y se partió, cayendo con un fuerte estruendo.

Luego lancé a la chica al suelo con tal intensidad que hice una grieta en él, y le pisé el cuello.

- Muy bien, tú ganas - sentencié - Te mataré sin haberte oído gritar.

A todo esto no había cedido en lanzar el crucio, pero ya era hora de cambiar al hechizo mortal.

De pronto, la bruma que cubría mis ojos y embotaba mis sentidos se disipó, dejando que una oleada de clara ira y odio me recorriera.
Mi magia normal dio paso a la oscura y pasé de no querer matar a nadie, ni siquiera había querido hacerlo con el vampiro, a querer destruir todo cuanto se pusiera a mi paso.

- ¡YA BASTA! - grité mientras cogía fuertemente la pierna que pisaba mi cuello y lanzando al vampiro lejos de mí.

No tenía varita, pero no la necesitaba.

Me arrodillé, abrí las palmas de las manos y pronuncié con intensidad.

- ¡DEVASTO!

El hechizo fue lanzado, y todo cuanto pillaba a su paso lo fue destruyendo. Debido a la rabia me costó muchísimo frenar su poder a un radio más que considerable, pero si lo hubiera dejado no sabía cuál habría sido su límite.

Me sorprendí de sus recuperadas fuerzas y caí con agilidad a unos metros de ella cuando me lanzó.
Entonces oí el conjuro y me apresuré a salir corriendo hacia un árbol, subiéndome a él.
Cuando la especie de onda expansiva lo alzanzó salté lo más alto que pude, alzándome a muchos metros del suelo.

Finalmente caí frente a ella cuando el hechizo ya había acabado.
Todo en un radio de más de treinta metros había sido desintegrado.

La miré desde arriba.

- Me vas a dar pelea para rato ¿cierto? - pregunté, apuntándola con la varita por si se le volvía a ocurrir atacar.

El vampiro esquivó por los pelos mi hechizo, saltando por el cielo hasta caer frente a mí. Miré la destrucción que había causado con una mezcla de horror por mi parte buena, y de satisfacción por la parte mala, antes de dirigir mi vista hacia él.
Mis ojos reflejaban un odio inmenso, pero no dejaba de llorar las lágrimas que representaban mi sufrimiento interno.

- Hasta que te mate – respondí con la voz metálica y distorsionada.

Luego me llevé las manos con fuerza a la cabeza, como si me doliera muchísimo, y cerré los ojos.

- Vete de aquí – añadí entonces con mi voz normal.

Aún luchaba por controlarme, pero no podría hacerlo si el seguía provocándome. No quería hacer daño a nadie, no quería… ni siquiera a él. Porque una vez que empezara… no habría forma humana de pararme.

Abrí los ojos de la sorpresa; su mirada reflejaba odio, pero sus lágrimas expresaban una enorme tristeza. ¿Qué le sucedía a aquella chica? ¿Acaso tenía doble personalidad?
No lo sabía y eso, junto con la magia oscura que estaba empezando a notar cada vez más fuerte, me intrigaba.
Sin embargo, oí de pronto el canto de un pájaro y alcé la vista al cielo.

Estaba comenzando a clarear.
Bajé la vista y retiré la varita.

- Por esta vez te salvas - le dije - Pero volveremos a encontrarnos.

Me di media vuelta y eché a andar. Luego le miré una última vez antes de salir corriendo, perdiéndome en la oscuridad.

Asesina...

Oí el canto de un ave y entendí que pronto llegaría el amanecer. El vampiro me prometió volvernos a encontrar, y sabía que lo cumpliría, pero al fin se había ido...

Asesina... tú los matáste.

Cuando dejé de notar su presencia, dejé escapar un grito desgarrador mientras mis manos apretaban con tal fuerza mi cabeza que parecía que me la quisiera partir.

Tú lo hiciste...

Tras eso me dejé caer en medio de la tierra destruída e hice lo último que podría hacer con cordura.
Cerré los ojos y murmuré:

- Desmaius.

Y la plácida incosciencia me llegó.
Más tarde llegaría a recogerme mi abuelo y me repondría el Obliviate, sólo eso me salvaría ahora.