Destino: Baño de chicas de la segunda planta (LIBRE)

Me mordí el labio inferior, aún en el suelo.

¿Qué demonios...?-pensé levantándome torpemente del suelo. No sabía si coger mi varita, tampoco tardaría tanto en hacerlo si me hacía falta... Dejé la mano a mitad de camino.

Paseé la mirada del vampiro a mi amigo y de mi amigo al vampiro. Estaba confusa, pero enseguida entendí, al menos la mitad del asunto. Sabía que Corvi finalmente se había encontrado con el vampiro... ¿Pero por qué el ambiente me parecía tan ''extraño''?

-Corvi... Tenemos que irnos...-susurré, apenas me salía la voz. Quería darme la vuelta y echar a correr, pero no podía irme de allí sin Corvi.

El chico se levantó y yo no dejé de mirarle en ningún momento mientras él con su vista recorría apreciativamente mi cuerpo. Cuando volvió a alzar la mirada hasta mis ojos le correspondí la sonrisa con absoluta diversión, dándole a entender que había notado su exploración. En un gesto despreocupado metí mis manos en los bolsillos del pantalón.

Robin en cambio se notaba confusa, y muy, muy asustada.

- Venga, no tengas tanta prisa ¿No tienes ganas de ver lo que he preparado? - le pregunté, fingiendo decepción.

Me giré elegantemente y eché a caminar por el túnel, pero antes de salir me volví hacia ellos, observándoles por encima del hombro, concretamente a él.

- Tendrás que descubrir tú mismo el tipo de fiesta, Corvi... - susurré - Yo creo que os puede gustar...

Dicho esto alargué una mano, invitándoles a seguirme, con mi sonrisa de tranquila seguridad pintada en el rostro.


(Ya descubrirás que ha preparado Matt, te llevarás una sorpresa xD)

Vacilé.

Por un lado, estaba seguro de haber oído a Robin susurrar que nos fuéramos de allí. Pero, por otro lado, me sentía atraído por las palabras del vampiro. ¿Qué clase de fiesta sería? ¿Había dicho que nos podría gustar a la hufflepuff y a mí? ¿Debía confiar en él y seguirle?

Tragué saliva con fuerza, no pudiendo decidirme. ¿A cuál de los dos debía hacer caso? Pero es que tenía tanta curiosidad... "La curiosidad mató al gato.", decía un conocido dicho muggle.
Sólo es echar un vistazo, Corvi, me dije. Y, de cualquier manera, aquí no hay ningún gato.

Respiré hondo y me adelanté para seguir al vampiro...




(OFF: es que lo que me imagino... es todo horrible, joer xDDDDDDD ¿Te vas ya a dormir? o,o)

Miré a Corvi con un gesto que expresaba claramente preocupación. Me puse detrás de él y agarré su camiseta.

-Corvi, por favor...-supliqué. Pero avanzó y yo lo seguí sin soltarlo, me había prometido que o salía con él de allí, o no salía.

¿Pero por qué no me hace caso? Yo nunca miento, y siempre confío en todo el mundo. Pero ahora que no...

Me aguanté las ganas de sollozar pero no pude evitar que me cayeran unas lágrimas por las mejillas, lágrimas que no podían ver porque aún seguía detrás de Corvi, sujetándolo por la camiseta.


(Off.-Pues si te lo imaginas me lo cuentas porque mi cabeza no da para más en estos momentos u.u Yo sí que me voy ya o me moriré aquí mismo xD)

(Qué poco os fíais de mi XDD, pero si Matt es bueno (?) )


Corvi dudó, y eso me hizo mirarle alzando una ceja mientras los guiaba al exterior.

- ¿No confias de mí? - le pregunté en aquel tono de voz que seguro recordaría, invitándole a que las imágenes de una noche en particular regresaran a su mente.

A pesar de las lágrimas de Robin, porque si, prácticamente podía oírlas caer por sus mejillas, los llevé a ambos al exterior...

Todo estaba en penumbras. Apoyé una mano sobre el hombro de Corvi con sutileza antes de chasquear los dedos.
Y la luz aumentó.

Una sonrisa de satisfación se mostró en mi rostro ante lo que había montado en aquella cámara que una vez había presenciado la pelea de Potter contra el Basilisco.

En una palabra podría describir aquello como esplendor... el esplendor que correspondía a lo que podían ser los aposentos de un Heredero de Slytherin.

Las paredes estaban cubiertas por sendas cortinas verdes con el escudo de Slytherin que caían desde el techo hasta el suelo, completamente seco, pulido y limpio. La estancia estaba dividida en dos niveles, el primero de ellos contenía una amplia y cristalina piscina, con un pasillo en medio para avanzar, alimentada por unos chorros de agua que salían de unas cabezas de serpientes de piedra.
Al seguir por aquel camino que partía la piscina en dos, y subir por unas escaleras de mármol gris, lo que te encontrabas era una larga mesa repleta de lo que serían los platos más exquisitos que un humano pudiera imaginar. Al fondo de aquel nivel había montones de estanterías repletas de libros, con algunos sillones y sofás para sentarse, y un piano de aspecto antiguo.
Y finalmente, en lo más alejado del todo, se hallaba una inmensa puerta de roble.

- ¿Veis? - les dije, girándome a mirarles a ambos - No hay nada de malo. Sólo comida - señalé los platos - Buena lectura - los libros - Y la posibilidad de darse un muy relajante baño...

- ¡Ah! y se me olvidaba... música - di una breve palmada e inmediatamente la Sonata de Claro de Luna comenzó a inundar la estancia, siendo tocada por unas manos invisibles en el piano. La melodía trajo consigo un ambiente relajado e hipnótico, y una serie de recuerdos evocados...

Me crucé de brazos, recargándome contra el muro con estilo, y esperé a que dijeran algo, mi mirada pasando por Robin y deteniéndose en Corvi.


(hala, ahora si me voy a dormir xDD
¿Sorpresa? no creo... jajaja)

(OFF: me sorprendiste, si. Si supieras la de cosas que se pasearon por mi mente... xDDD Y juro que jamás lograré estar a tu altura... >_< ... TT.TT)

(Off.-Sube la autoestima¬¬ A ver cómo supero yo ese post kilométrico)

Yo miraba al suelo e intentaba contener los gemidos con bastante éxito, mientras seguía a Corvi sin soltarlo. Se oyó un chasquido y cerré los ojos con fuerza, pero no pasó nada, o eso parecía. Sólo después de abrir los ojos me di cuenta y lo vi todo.

Las luces se habían encendido y pude ver por primera vez la Cámara de los Secretos. Pero no me la había imaginado nunca así.

En las paredes había cortinas de color verde, y pude ver una piscina enorme... Pero no me asombraban demasiado, mi miedo era... Llegamos a un lugar en donde había una mesa llena de comida.

Pero si los vampiros no comen este tipo de... Ese pensamiento me hizo tragar saliva y no pude dejar de pensar en que tarde o temprano nos iba a matar, pero Corvi no me hacía caso a mí sino al vampiro, y seguía avanzando...-¡¿Qué es eso?!

Había visto otra zona en la que había un piano y unos cuantos sillones... Pero en cuanto vi lo siguiente no me fijé en nada más. Estanterías llenas de libros. Montones y montones de libros.

Me había quedado embobada con aquello y ya no pensaba en nada más. Solté la camisa de Corvi y me acerqué a una de las estanterías, lenta, muy lentamente.

-Vaya...-murmuré. Alargué un brazo hacia ella pero paré a mitad de camino y luego lo dejé caer muerto a un lado. Pero me mantuve allí, quieta, mirando la inmensa cantidad de libros que había.

Les adelanté y avancé por aquel pasillo de roca que dividía la piscina, subiendo después las escaleras con elegancia. Una vez en el segundo nivel me acerqué hasta uno de los sofás, el más cercano al piano para poder percibir cada nota de la melodía, y me dejé caer sobre él con despreocupación, sonriendo.

- ¿Por qué? - repetí la pregunta, mi mirada analizando detenidamente a Corvi bajo aquella luz espectral - ¿Y por qué no?

Era divertido ver el asombro de ambos.

- ¿Qué os estábais esperando? ¿Gente encarcelada? - aventuré - ¿Aparatos de tortura? ¿Restos de descuartizamientos? ¿Una piscina de sangre en vez de agua...?

Solté una risa, seguramente estarían pensando en algo por el estilo. Apoyé mi brazo contra el respaldo y sostuve mi cabeza con la mano, observando que ambos habían puesto especial interés en los libros.

- Adelante, sentáos, o coged lo que queráis - les invité, señalando unos sitios a mi lado - Ya os dije que esta "fiesta" estaba preparada para vosotros...

Dicho esto hice aparecer un cigarrillo y lo encendí, llevándomelo a los labios mientras cerraba los ojos, en un gesto de plácida tranquilidad. Le di una lenta calada...



(Digo lo mismo que Robin, deja de menospreciar tus post ¬¬, cada uno los hace a su estilo, ninguno de los vuestros está mal )

(Off.-Madre de Dios XD)

Al tiempo que escuchaba las palabras del vampiro, un nudo se me creó en el estómago y fue haciéndose cada vez más grande. Descuartizamientos... Chillé llevándome las manos a la cabeza y me dejé caer de rodillas al suelo con los ojos cerrados con fuerza.

Temblaba, los libros me habían distraído pero volvía a estar en la vida real y estaba asustada de nuevo. Aunque algo me hizo abstraerme de nuevo.

Corvi empezó a hablar de La Celestina y yo asentí ante lo primero. Yo había leído que la autoría de la obra podía atribuirse a Juan de Mena, o incluso, a Rodrigo de Cota. Después empezó a recitar un diálogo del libro. Yo jamás lo había leído pero escuchárselo a él había sido precioso.

-Maravilloso...-murmuré para mí misma. Sin darme cuenta, me había relajado. Volví mi vista a la estantería y vi a mi altura, aún seguía de rodillas en el suelo.

''Criaturas Mágicas de Todos los Tiempos y Lugares'' Dudé un momento en si coger el libro o no, dejando mi mano a medio camino, y al final decidí cogerlo. Pesaba, pero no me importaba, los más gruesos eran los que más me gustaban. Lo abrí por una página que decía ''Bicornios''.

-Jamás había leído sobre esto...-murmuré.





(Off.-Me temo que Robin saldrá de ahí traumatizada XD)

(Siento haber tardado tanto, pero acabo de regresar a casa .__.)
(Por cierto, qué poco os fíais de Matt... LOL)


Robin chilló ante mis palabras y yo la miré analíticamente. Pero si sólo había hablado... ¿Cómo podía ser tan fácil de asustar?

Luego volví mi mirada a Corvi, el cual había cogido un libro del que hablaba con admiración. "La Celestina" por supuesto. Me había leído todos los libros que en aquellas estanterías se encontraban, y evidentemente sabía bastantes cosas sobre la historia de estos. Lo que me asombraba es que aquel chico mostrara tanta pasión en sus palabras.

Escuché su relato con atención mientras seguía fumando lentamente, mis ojos fijos en el movimiento de sus labios. Cuando acabó el diálogo, jugué con el cigarrillo entre mis dedos y sonreí.

- "Pues, señora y gloria mía, si mi vida quieres, no cese tu suave canto. No sea de peor condición mi presencia, con que te alegras, que mi ausencia, que te fatiga" - dije como toda respuesta a su pregunta, mirándole a los ojos mientras exhalaba el humo con el estilo que da la práctica.

Mantuve aquel contacto visual durante unos instantes, como si tratase de leer sus más íntimos pensamientos, antes de desviar la mirada hacia Robin.

- Probablemente no hayas leído la gran mayoría de cosas que hay aquí - contesté - Así que, te repito lo que dije anteriormente, tenéis total libertad para investigar.

La Sonata que tanto me gustaba acababa de terminar su última nota, así que me levanté del asiento y caminé hasta el piano, sentándome frente a él. Apagué el cigarrillo y coloqué mis largos dedos sobre las teclas, cerrando los ojos. Suavemente, y abstrayéndome de lo que me rodeaba, comencé a tocar una dulce melodía llamada One man's dream…
Mi expresión nunca tomaría un aspecto tan relajado, plácido e inocente como lo hacía cuando tocaba...

(OFF: tranquilo... jiji xD)
(OFF2: bueno, Robin tiene sus buenas razones. Y lo mío... es por influencia suya xDD)

(Off.-Ya estamos echándole la culpa a Robin otra vez XD. Esto... Dime cómo quieres que Robin se fíe de alguien que casi la mata de dolor xD Que se acuerda de todo lo que le hizo Matt y por orden XD Otra cosita... ¿No sería mejor que me fuera?)


-Sólo tengo catorce años, es imposible que me haya leído tantos libros.-dije con cara seria y sin mirarlo.

''Claro de Luna'' terminó, y verdaderamente lo lamenté porque era una composición preciosa que me gustaba bastante, aunque Debussy no fuera de mis favoritos. A pesar de ello, me había enfrascado en el libro y no daba cuenta de lo que ocurría a mi alrededor.

Hice una mueca de disgusto cuando leí: En la mitología, los bicornios son criaturas demoníacas que comen carne humana

En este caso prefiero los unicornios.-pensé. Llegó a mis oídos una melodía maravillosa, que devolvió la confianza a mi alma, calmando mi espíritu, cuando vi que esa música no sonaba por sí misma, sino que era el vampiro el que la tocaba. Corvi ya se había acercado, y yo hice lo mismo sin dudarlo tras dejar el libro en su lugar en la estantería. Como había hecho la primera vez que lo vi en Hogsmeade antes de...

Cerré los ojos un momento para apartar esos pensamientos de mi mente y bajé la guardia completamente. Estaba tan tranquila, que fue entonces cuando me di cuenta de algo. Parecía que entre ellos doa había una conexión muy especial y sonreí para mis adentros.

(¿Irte?, no entiendo xD, ¿cómo piensas irte? Y cuidado con lo de Debussy, porque estoy hablando de la Sonata de Beethoven, porque la otra es demasiado alegre <__<. Se me olvidó ponerlo)


Mis dedos se movían libremente, como si no respondieran a ninguna orden mía, mientras que yo mismo me hallaba tan metido en la música que estaba abstraído de aquello que me rodeaba.
Todo sentimiento que mi alma pudiera contener estaba puesto en cada nota, en cada parte de la melodía...

Toqué, dándolo todo, y no abrí los ojos hasta segundos después de que el último sonido de la canción dejara de resonar en la estancia.
Pero el rojo sangre de mis irises había desaparecido... en su lugar un gris del color de la plata más pura destelleaba con misteriosos brillos y contrastes.

Miré a ambos jóvenes con una suave sonrisa, pues los dos se habían acercado a oírme. Corvi se había sentado a mi lado, y observé su rostro de masculinas pero bellas facciones desde aquella corta distancia.

- ¿Qué tal? - pregunté a nadie en concreto - Dicen que la música amansa a las fieras...

Mientras hablaba incoscientemente miré las palmas de mis manos, aquellas que habían cometido tantos y atroces crímenes, pero que también eran capaces de hacer las más grandes maravillas...

(Off.-Oye, no me digas eso XD Lo digo para dejar a estos dos solitos para que hagan ''cositas'' xD. ¿Y cómo irme? Pues dándome la vuelta y volviendo al baño XD Yo también quiero saber con qué estaba ocupado o.o)

Cuando terminó de tocar deseé que volviera a hacerlo de nuevo. Pero lo miré, y fijándome en sus ojos, detecté que habían cambiado de color.

-Ha sido maravilloso...-susurré con voz de completa calma.-Sí, la música amansa a las fieras.-concedí. Menos a Corvi, que se le notaba muy nervioso, al menos yo lo sentía. Realmente estaba muy extraño.

Se levantó diciendo que sería buena idea comer. Yo no tenía hambre, pero al ver su rostro obedecí. No sabía qué le pasaba. Caminé hasta él.

-Corvi, ¿Te encuentras bien?-parecía que mi malestar había sido transferido a él, al igual que mis cicatrices.-Deberías mirarte a un espejo para que te calmasen tus propios ojos, estás hecho un manojo de nervios.-dije suavemente en voz baja, por el simple hecho de que estaba tan relajada que no tenía ganas de hablar más alto.

(Os lo dejo a vuestra imaginación... =P)


Mi sonrisa se tornó descarada cuando Corvi dijo aquello, pero se levantó rápidamente a buscar comida. Cualquiera habría notado la tensión entre nosotros, y no precisamente por llevarnos mal...
Su cercanía a mis labios me había dejado con las ganas de terminar de acortar las distancias.

Me levanté y pasé tras él, mi mano acariciando su cadera fugazmente.

- ¿Y cuál prefieres que toque? - susurré próximo a su espalda, antes de separarme y mirarle con picardía.

Luego me dirigí a la mesa y me situé presidiéndola, pero sin sentarme.

- Serviros lo que queráis - les dije, pues de todos modos yo tampoco podría apreciar ninguno de esos platos.

De fondo escuchaba con diversión la conversación entre Robin y Corvi, ¿Se creerían que no les oía?
Y yo no pensaba que Corvi se encontrara mal, porque si era así... yo estaba mucho peor....

No pude evitar dar un ligero respingo cuando sentí su mano acariciar mi cadera.
Y ante su pregunta, los colores se me subieron de golpe y enmudecí.
¿Qué cuál prefería que tocase? ¿Es que acaso no estaba claro o qué?

Robin me miraba interrogante y tuve que contestarle.

- Estoy bien - logré farfullar.- Y no sigas o nos oirá.

Aunque la idea de que me oyera... No, de que oyera mis pensamientos... -si yo se lo permitía, claro- me resultaba de lo más excitante.
Por lo que, mientras seguía girado hacia la hufflepuff, me concentré en pasarle lo que pensaba. Como una especie de mensaje telepático.

"Quiero besarte... Tocarte de nuevo... Merlín, si me lo permitieses te haría lo que quisieras. Te deseo.", sentencié.

Todavía continué evitando su mirada cuando me senté en la mesa, a un par de sillas de él, a su izquierda.
No me atrevía a enfrentarle. Supongo que por no querer ver burla alguna en su rostro.



(OFF: ... _._ No me gusta. Tanto con prisas como con presión trabajo fatal. Y os aseguro que no es lo mismo xD)

(O.O Yo ya no sé qué pensar, sinceramente XD)

-Mentiroso.-murmuré.-No nos oirá, nos está oyendo, es un vampiro.

Caminé despreocupadamente hacia la mesa y vi que Corvi tenía un gesto de concentración en el rostro, ¿Qué estaría haciendo? O mejor dicho, ¿En qué estaría pensando? Me encogí de hombros y fui a sentarme frente a Corvi pero unas sillas más allá. Miré mi plato, la comida olía deliciosamente pero no me atraía, no tenía hambre.

Me apoyé en el respaldo y cerré los ojos. ¿Qué hora era ya? Miré mi reloj de pulsera pasando por mi varita, sin saber por qué me dio por agarrarla con fuerza un momento, pero después volví a soltarla. Era la una y media de la madrugada.

Suspiré y miré a Corvi, seguía estando nervioso. Hice un mohín y me levanté de la silla, para luego ir hasta él, apoyar las manos en la silla.

-¿Por qué no te sientas a su lado?-le propuse en voz baja. Sabía que el vampiro cuyo nombre aún desconocía, me escucharía aunque hablase así pero no me importaba.

Sonreí al notar cómo Corvi se sonrojaba por mis palabras. Qué... ¿mono?
Sin embargo, rompiendo con aquella apariencia nerviosa que en esos momentos tenía me sorprendí cuando empezó a hacer aquello.
Mi mirada se clavó en él, aunque la suya me estuviera evitando. Cómo contrastaban aquellas palabras tan jodidamente descaradas con su comportamiento esquivo hacia mí...

- "Y yo te diría que mis manos quieren tocar tu piel, que mis labios ansían unirse con los tuyos, y que mi cuerpo desea expresar en tí toda la pasión desenfrenada que siento..." - pensé, sabiendo que él lo oiría - "Pero en cambio mi respuesta será mucho más simple: Hazlo."

Luego Robin se acercó hasta Corvi y le propuso aquello. Mi mirada no le había abandonado en ningún momento, y así seguiría hasta que se atreviera a mirarme, encontrándose en mi rostro una sonrisa ampliamente dibujaba que le invitaba a cumplir sus palabras.

(OFF: menudo calentón lleva mi Corvi encima. Será mejor que le pongas remedio, Matt xDDD)

(Off.- O.O ¡Delante de mi pequeña Robin no, pervertidos! XD)

Sonreí al ver a Corvi levantarse y lo seguí con la mirada. El vampiro tampoco apartaba su vista de mi amigo. Corvi no se sentó a su lado, sino que justo después de llegar frente a él, lo besó.

Me quedé con la boca y los ojos abiertos del impacto. Ya había notado que había algo entre ellos dos pero jamás había visto algo semejante. Recordé aquel último beso que había compartido yo con Alex, con mi serpiente, había sido... Intenso, y me había gustado mucho...

Suspiré y me giré. Eso no era un espectáculo para que yo estuviese mirando me apoyé en el suelo con las piernas cruzadas y apoyé la cabeza en mi mano, el brazo reposando sobre una pierna. Me quedé escuchando en mi mente ''Claro de Luna'' para esperar a que acabasen.

Empecé a rascarme el brazo en el que había tenido una cicatriz hasta hacía unos pocos días y me quedé mirándolo un momento, recordando que pensaba que jamás se iría aquella marca que me había hecho el vampiro que ahora estaba besando a Corvi.

Cuando Corvi se levantó, supe lo que ocurriría a continuación. Observé su cuerpo detenidamente mientras se acercaba, aquel cuerpo que había sido mío una vez, que había recibido mis caricias, mis besos, mis provocaciones y mi descontrol... Mi vista se detuvo en su paquete, que se apreciaba notoriamente excitado a través del pantalón, y mi lengua humedeció mis labios con anticipación.

Su boca invadió la mía y yo le correspondí el beso con intensidad, en un feroz juego de lenguas, de jadeos entrecortados. Llevé mis manos a su cintura y lo tiré sobre mí, sentándolo a horcajadas, en un roce tan íntimo como ardiente.

Lo apegué aún más, queriendo sentir cada centímetro de él, el contacto volviéndose terriblemente demandante, mis manos luchando por resistirse a colarse dentro de su camisa. Tuve que dejar sus labios para no hacerlo mío allí mismo, separándome escasamente, mi aliento chocando con el suyo, mi mirada clavada en sus ojos.

Lentamente, como deleitándome con las palabras, dije en un erótico susurro que sólo oiría él:

- Te necesito.

Sabía que había otra persona en la estancia, pero no me importaba. El dueño de mi atención era ahora mismo aquel chico cuyo sabor aún conservaba en mi boca.

Escuchaba lo que hacían y me estaba empezando a perturbar, me obligué a ''subir el volumen'' de Claro de Luna en mi mente y a imaginarme que Alex estaba allí, a recordar cuando me había besado por última vez. Me tapé la cara por si acaso mientras caminaba hacia las estanterías para coger el libro de antes y luego volver a donde estaba.

Allí me concentré en el libro y logré alejarme de la realidad. Pero sólo hasta que oí un ruido, como si alguien hubiese caído a la piscina... Cerré el libro mientras levantaba la cabeza, luego vi a Corvi en el agua... Pero se hundía, porque no lo vi más. Abrí mucho los ojos y solté el libro mientras me levantaba rápidamente gritando su nombre.

Estaba ya en el fondo de la piscina y yo me tiré de cabeza sin pensármelo dos veces. Nadé hasta el fondo, lo cogí por debajo de los brazos y luego lo subí hasta arriba otra vez. Pero al llegar al borde de la piscina, no pude sacarlo. Miré al vampiro.

-¡Ayúdalo!-exclamé desesperada.-Por favor, ayúdalo.