Paseando al Alba

La miré y saqué la lengua por un lado.

-Pues sí que me he caído, unas cuantas veces, de hecho me caí hace unos días y me di en una costilla. ¡Pero no me pasó nada! ¡Yo soy muy fuerte! ¡No puedo estar quieta, es imposible, moverse es demasiado divertido!-exclamé, habría estado dispuesta a hacer la rueda lateral si hubiera sabido cómo.

Reí.

- Yo creo que más que ser fuerte, tú lo que tienes es muchísima suerte - respondí divertida - Y demasiada energía...

Suspiré y me dejé caer sobre la hierba.

- Con lo bien que se está así, observando el cielo, las nubes... - sonreí - Míralas que monas ellas, tan blanquitas, esponjositas... y de formas tan diferentes.

-¡Pues claro! ¡Ver las nubes es maravilloso! Pero no todo el rato, hay que estar en movimiento. Si no el cuerpo se te cansa y se hace vago. ¡Venga, Alexa, no seas vaga y vamos a jugar!-exclamé como quien le decía a su hermana mayor.

Gruñí, exactamente como si fuera un lunes por la mañana y estuvieran tratando de despertarme.

- No soy vaga - rebatí - Yo hago mucho ejercicio, salgo a correr, nado y entreno todos los días mis hechizos - me estiré, desperezándome - sólo estoy cansada.

- Sin embargo... ¿qué propones para jugar? - le pregunté interesada, girando la cabeza para mirarla mientras sonreía.

-No sé, no, ¡Da igual! ¡Podemos saltar, correr...! ¡Podemos jugar al escondite! No, al escondite no que hay que quedarse quieta! ¡A la cogida!-exclamé. Le toqué un brazo y salí corriendo.-¡Tú la llevas!-reí.

Alcé una ceja cuando Robin salió corriendo para que fuera a pillarla, ¿Pero que no le había dicho que salía a correr a menudo? Precisamente ese juego para mi era de lo más sencillo...
De todos modos, me levanté y comencé a perseguirla, pero ni mucho menos a mi máxima velocidad.

- Auch... ten piedad Robin, que sabes que estoy cansadita... - le dije con cara de no haber roto un plato en mi vida mientras seguía corriendo tras ella.

-¡No, no! ¡Que me has dicho corres con frecuencia! ¡Tú tienes que tener piedad conmigo!-reí.-¡Sólo es un juego!

Le saqué la lengua.

- Eso te pasa por llamarme vaga - me reí - Hala, ¡ahora a correr!

Puse fingida cara de malvada mientras aumentaba un poquito la velocidad.

- No podrás escapar de miii.... - dije teatralmente mientras seguía riendo. xD

-¡Jijiji! ¡No me vas a coger, porque tú estás cansada y yo no!-exclamé riendo.

- ¡No me retes Robin! - le advertí aunque en broma - ¡Los Slytherins somos muy competitivos!

- Además... yo no he sido la que se acaba de quedar dormida por el cansancio... - le recordé, todo esto sin dejar de ir tras ella.

Estábamos bordeando todo el lago a una velocidad bastante considerable, ganándonos las miradas extrañadas y divertidas de los pocos alumnos que paseaban a esas horas.

-¡Jijiji, y los tejones somos muy escurridizos!-reí. En ese momento tropecé con algo y me caí de boca al suelo.-¡Auch! Pero yo soy torpe como un pato.-luego me di la vuelta, quedándome tumbada y me eché a reír.-¡Qué divertido!

Cuando Robin se cayó me preocupé, aunque verla reírse me tranquilizó.
Dejé de correr y me paré a su lado.

- ¿Estás bien? - le pregunté, antes de echarme a reír y añadir : ¿Ves como tenía razón al decir que la gente que se mueve mucho tiene tendencia a sufrir golpes?

Me senté y me crucé de brazos hinchando los mofletes.

-Jo, Alexa, si te llevas por eso jamás harás nada.-dije.

Alcé una ceja.

- Ey, que diga que esa frase es cierta, no significa que le haga caso - le dije, sacándole la lengua - Porque, además, también está el dicho de "quien no arriesga no gana" - sonreí.

-Jijijiji, ¿Te das cuenta de que te estás contradiciendo? Bueeeno, descansemos un rato.-dije volviéndome a tumbar.

- Hala, ahora la vaga eres tú - reí.

- Y no me contradigo - me quejé, mientras me sentaba a su lado - Yo sólo digo lo que es, no que le haga caso. Por ejemplo, yo puedo saber qué es lo que está bien pero no hacerlo - sonreí.

Suspiré.

-Qué cabezota eres, Marea.-dije con los ojos cerrados.-¿Por qué no cambiamos de tema?

Rodé los ojos.

- Espero que eso no lo dijeras porque te mareo... - dije, mirándola inquisitivamente antes de echarme a reír - Venga, va, como quieeeras..... - cedí.

Me quedé unos segundos pensando en qué tema sacar.

- Mm... la última vez me hablaste de tu padre - comenté - Pero no me dijiste nada de tu madre... ¿tienes hermanos? - le pregunté.

Me incorporé y la miré.

-No, no tengo hermanos. Bueno, sí, ¡Tú!-exclamé dando palmaditas con una sonrisa.-Mi mamá es taaan buena. Siempre me cuida y me da besitos y abrazos cuando me ve.-solté un ''ji, ji, ji''.-Y confía mucho en mí. Es ama de casa.

Sonreí.

- Pues si confía en tí, no la defraudes - le aconsejé en mi papel de hermana mayor.

- ¡Y si! yo quiero que seas mi hermanita pequeña - dije ilusionada, revolviéndole el pelo un poquito - Yo tampoco tengo hermanos ^^

-¡Por supuesto que no la defraudaré!-exclamé.-¡Ahora me tienes a mí!-di unas cuantas emocionadas palmaditas más y me lancé hacia ella para abrazarla.

Le correspondí el abrazo, divertida.

- Qué mona que eres, pulguita - le dije con cariño.

- Me hace ilusión tener una hermanita ¿sabes? ¡Porque así podré hacer experimentos! - comenté en broma, riéndome - No es en serio, el único experimento que haría contigo sería probar mis bizcochos, que siempre que los hago me los acabo comiendo sola - sonreí.

Solté una risita.

-¡Bizcochos! ¡Qué rico! Pues... Pues... Un día iremos a mi casita y prepararemos bizcochos y mi especialidad, ¡Tarta de chocolate!-exclamé dando palmaditas.

Sonreí.

- ¿Se te dan bien las tartas? - pregunté interesada - ¿O sólo las de chocolate?

-No sé, sólo he hecho las de chocolate porque son las que más me gustan.-dije pensativa.-Es que mi mamá y yo tenemos una receta secreta.