Conflictos en un momento de relajo. [Roikan-Suir]

"El lago". Llega a la mente de la chica cuando pensaba en donde ir a relajarse un poco. "Sí, ¿qué mejor lugar que ese?" Se dice mentalmente, al ver que una parte de ella no quería ir. Pues Arianne no es de las que le tiene miedo a lo desconocido y si algo de ella le exige todo lo contrario a lo que quiere, no le hará caso. Simple. No se escondería de algo que no conoce, no es de las típicas chiquillas precavidas.

Comienza a caminar tratando siempre de evitar a los sangre sucias. No hay nada en todo el castillo que le desagrade tanto. Claro, sin contar a los traidores de la sangre. Eso son los peores. Darle la espalda a los tuyos por lo que en algún momento nos persiguieron y asesinaron. Idiotas, no hay otra palabra para definirlos.

El sol estaba radiante y su humor de perror. "¡Qué desagradable!" piensa al ver que el lugar estaba lleno de niños revoloteando, jugando. Perdiendo el tiempo. Bufa al saber que debió hacerle caso a esa voz en su cabeza, pero ya ada podía hacer más que devolverse a la sala común.

Da media vuelta pero no alcanza a dar dos pasos cuando se encuentra sentada en el suelo. Abre los ojos y se encuentra con unos niñitos de Hufflepuff algo asustados. Ellos la habían empujado. Ellos.

—Estúpidos, niñatos —exclama y se coloca de pie para agarrar del brazo a uno.

Ingravidez, asi era como me encontraba, en el agua apenas habia gravedad y era una sensacion magnifica, si el lago no estuviera helado como estaba, pero habia hechizos para evitar esa sensacion, asi que ahora estabamos yo y el calamar gigante, que se escondia en algun lugar del endemoniadamente lago oscuro.

Sigo nadando hacia un lugar donde apenas tengo visibilidad, de repente, tras hacer un lumos escucho una especie de ruido entre el fondo y tras eso un potente golpe que me saco del lago enviandome bastante lejos, y tras romper la capa de agua sali despedido por los aires.

De mi espalda surgieron mis dos alas blancas, de casi dos metros, que frenaron la caida cuando estaba por la superficie de la agitada agua las hice desaparecer y comence a caminar encima de la misma, como si fuera solida para mi.

-Maldito calamar, a la proxima sere yo el que te envie a la superficie.

Los Hufflepuff son bastante leales, tres de los chiquillos pudieron haber escapado de su furia pero al atrapar a uno de ellos decidieron quedarse. Sino fuera por como es, Arianne posiblemente se hubiese hablandado. Lastima. No es una persona sentimental que encuentra que la acción de ellos es de valientes. Sigue pensando que fue inoportuno y estúpido.

Sin embargo, un ruido llamó su atención, un ruido proveniente del lago y que fue como si algo hubiese sido expulsado de éste. Voltea a ver pero nada se encuentra y al volver su atención a los novatos de Hufflepuff, se encuentra con que éstos se han escapado.

Furiosa como estaba, gritarles fue una opción, pero ella no podía permitirse este tipo de actos impropios para alguien del nivel de ella. Sabe que volverá a encontrárselos y tiene muy en claro que con una simple amenaza los niñitos no volveran a meterse con ella. Sonrío irónica al pensar que hizo una buena acción, tal vez la única en mucho tiempo.

Sa da media vuelta para entonces verlo, un chico, caminando por el lago. Y entiende de inmediato que era él el que había provocado tal escándalo, haciendo que los tejones se escaparan de su veneno. Trata de seguir su camino, pero es en ese momento que se da cuenta de donde se encuentraba tal chico.

Y la envidia corroe su cuerpo, la ira nubla su vista. Él acaba de provocar a Arianne no sabe cuánto. Por lo que decide jugar un momento.

Estaba bastante empadado y el frio comenzaba a notarse, el hechizo solo funcionaba dentro del agua asi que no tardaria en resfriarme, con un leve chasqueo de dedo una oleada de luz recorre y seca mi cuerpo.

No tardo mucho tiempo en saber, aun desconociendo el porque, que iba a tener problemas, y por primera vez no crei tener la culpa, ya que no habia hecho nada malo, pero bueno, eran una de las cosas a las que se acostumbra un asesino, era una de esas situaciones que estabas a punto de vivir y que sabias que pasaria algo malo...

Tras cruzar por la superficie del lago comienzo a andar, me revuelvo el pelo y me pongo las manos en la cabeza mientras sigo mi camino, no muy lejos veo a una chica, no habia que tener bastantes dedos de frente para averiguar que era una Slytherin, pues desprendia aquel aura caracteristica de ellos, pero como siempre, solian ser las mas guapas, malas y bellas, y con eso jugaban contigo, asi que era facil caer ante ellas.

-Hola.-saludo educada pero friamente, sin ningun sentimiento, si decia algo en un tono amigable me contestaria mal, como hicieron muchas veces y si lo hacia mal me contestarian aun peor asi que todo seria neutro.-¿Que tal todo?

Estaba frustrado y cabreado, aquel calamar ya me habia evitado bastante tiempo, pero no era cosa de ir atacando a todo lo que se moviera, si, soy un asesino, pero solo mato por necesidad, no por gusto, eso me diferencia de mucho otros, no sabia quien era la chica pero debia de reconocer una cosa, su belleza pocas veces habia sido igualada, pero mi forma de ser no cambiara, no lo hizo durante diez años, lo iba a hacer ahora...

Mientras él se acercaba, Arianne trataba de relajarse, de evitar que su ira se propagara más de lo necesario y que finalmente, terminara actuando de forma inapropiada. Sonríe coquetamente mirándose las uñas. Un aire despreocupado siempre sale bien para cuando quiere conseguir algo. Y lo que quiere en ese momento es saber del chico. Sencillamente, quería saber como hacía lo que hacía, quién era y por supuesto, conocer su punto débil. Y finalmente, hundirlo.

Nunca había sentido tanta envidia de algo, pues siempre lograba lo que envidia y normalmente, mucho mejor, pero en este caso no veía lógica al que su futuro acompañante pudiera andar sobre el agua.

—Hola —saluda a sus palabras frías. Precavido, es la palabra que inunda su cabeza al escucharlo hablar y su sonrisa se ensancha—, pues nada interesante que contar... por ahora —contesta y lo observa fijamente—. Soy Arianne, Arianne Sinclair —se presenta y estira su mano manteniendo esa sonrisa coqueta que sólo utiliza cuando lo requiere—, es todo un placer.

Por lo visto parecia amable pero, aunque era bueno en legeremancia no queria saber mas de la cuenta, que fuera lo que Merlin quisiera, pero si sabia que tarde o temprano esa belleza que tenia influiria en mi de un modo u otro.

Y aunque sabia que las apariencias engañan y que nadie es lo que muestra exteriormente me comporte cordialmente con ella, aunque fuera una completa y total desconocida para mi.

-Yo soy Roikan Suir, pero llamame Roi.-bese su mano como si de un antiguo caballero medieval me tratara.-El placer es mio Arianne.

Ya volvia a empezar, pasaba de ser frio a totalmente calido en apenas un segundo, y asi no iria a ninguna parte por lo que deberia de dejarme llevar ya que controlarme era una perdida de tiempo, puesto que al final siempre mostraba una pizca de mis sentimientos.

-¿Que te trae al lago?

Era un caballero, pero sus ojos seguían mostrandose reacios por momentos. No, Arianne necesitaba totalmente su atención y si se ganaba algo de su confianza mejor para ella. Por lo que disminuye su sonrisa, para convertirla en una pequeña mueca de medio lado, algo arrogante, propio de Slytherin, pero que no mostrara lo que pretendía.

—Roi —repite memorizando, no tiene el privilegio de olvidarse de pequeños detalles—. Bueno Roi estaba muy aburrida en mi sala común y decidí salir a relajarme —le contesta tranquilamente, mirándolo directa y mostrándose cálida—, y veo que no me he equivocado al tomar éste rumbo. ¿Y tú, por qué tan solo?

¿Equivocarse? No, nunca, ella no se equivoca, sólo toma malas decisiones. Como ocurrió hoy al pensar en visitar el lago cuando nunca lo hace. Si hubiese aceptado que ese lugar era una mala idea no tendría que estar haciéndose la interesante con alguien a quien envidia. Aunque claro, ella nunca aceptará tal hecho.

—¿Podemos acercarnos más a la sombra? —pide, tocando delicadamente la piel de su rostro—. No me agrada mucho estar al sol, pues me saldrían pequeñas pecas —susurra y lo mira nuevamente con algo de picardía—, y no creo que se vayan a ver muy bien, ¿o no?

Sí, sombra. Necesitaba sentirse segura en la oscuridad, en la que siempre ha vivido. El sol, más que nada, la hacía sentir insegura.

Escuche sus palabras, parecia que no solia venir aqui, pero bueno, el hecho es que lo que hubiera hecho que Arianne estuviera aqui seguia estando, si no, se habria ido, y lo unico que habia aqui en unas cuantas decenas de metros a la redonda era yo...quizas me hubiera visto saliendo en el lago...o quizas, y era lo mas probable, solo estuviera aqui por coincidencias y nada mas...

-Me gusta la soledad, se esta mas tranquilo que con todo el gentio de alumnos para aqui y para alla, con sus gritos y voces que penetran mi mente, no me gusta el ruido, prefiero un lugar en el que apenas exista el sonido.-dije con una sonrisa sincera.-Ademas, queria sacar del lago al calamar gigante, pero el que me saco fue el, por segunda vez, pero no habra una tercera.

Escuche lo que dijo sobre el sol, asenti con la cabeza, y preferia mas la oscuridad que la luz, ya que en ella era mucho mas facil relajarse y ocultarse. Cuando me hizo aquella especie de pregunta retorica me quede en blanco pero no por la pregunta en sí, sino por aquella mirada que denotaba ¿picardía o solo era mi imaginacion?, por un segundo no pude decir nada, pero rapidamente respondi como no debi de hacerlo, con una total sinceridad.

-No creo, seguirias siendo un angel, pero con pequeñas pecas, pero angel al fin y al cabo.

Joder, por mucho que lo intentara Krystal tenia razon, al final siempre me rendia ante los pies de las mujeres, y si eran hermosas, caso de Arianne aun mas rapido, pero resisitira todo lo que pudiera...

-¿Tienes alguna pregunta mas?

Mientras se acercaba a la sombre sonríe maliciosamente sin que él pudiera verla. Arianne estaba consiguiendo que su frialdad esté desapareciendo y su ego aumenta considerablemente por ello.

—Gracias por lo de ángel —logra decir con algo de dificultad, ella no es de las que andan agradeciendo al mundo de los halagos que le hagan, pero esa ocasión lo amerita—, aunque mi padre dice que soy una pequeña demonnio. —Habla cosas casi sin importancia, detalles de vida que, aunque en este caso ocurrieron, no tenían mayor relevancia.

Se acercan a un árbol y ella afirma su espalda en él. Mira alrededor y busca a alguien que pudiera reconocerla. Nadie. Por lo tanto, nada podía arruinar lo que quería.

—Concuerdo contigo en lo del silencio. Uno puede pensar mejor, buscar esa tranquilidad que tal vez se necesite. Si no es porque te encuentro aquí de verdad me hubiese acriminado con unos niños de Hufflepuuf que me tiraron mientras jugaban. —Hechos reales, hechos que puede comprobar. Con su confianza es más fácil hundirlo, envenenarlo.Y Arianne disfruta de ello—. ¿Cómo es eso de sacar al Calamar Gigante? —le pregunto haciéndome la interesada, punto que no le costó tanto. Estaba llegando a lo que quería y no pudo evitar sonreír.

En el fondo estaba casi riendome a pleno pulmon, escuchaba lo que pensaba, y no me equivoque desde el principio, queria jugar conmigo, pero esta vez seria ella la que serviria de juguete y yo el que jugara con ella, pero por ahora debia de mostrarle una cara que no sacaba a la luz, puesto que me solia causar daños, pero ahora parecia que seria lo contrario.

-Solo estaban jugando, no puedes ponerte a gritarles con ellos por eso, al fin y al cabo, supongo que serian unos crios, deben de tener un poco de libertad, si no puedes tener la libertad de ser un niño, no tendrias una infancia.

Y eso lo sabia muy bien, al fin y al cabo, yo habia estado en un horfanato, en el cual, las reglas eran las reglas, y quien las incumplia, estaba uno, dos o hasta una semana en aislamiento, y casi sin comida, y yo estube muchas veces ahi.

-Es una pequeña pelea que tenemos entre ambos, mientras probaba mi metamorfomagia salio a la superficie y me cogio, me pillo de sorpresa y casi me mata, pero le sacare a la superficie y sere el primero en hacerlo.

Ya solte otro dato que no debi de hacer, la metamorfomagia, pero si me habia visto, deberia de haber visto aquellas alas, asi que por logica podria haberlo deducido ella sola, no no y no, ya me estoy dejando llevar por su fisico y su falsa habla.

"Controlate Roi, o en este juego el cazador sera el cazado".

—¿Gritarles? —pregunta arqueando mis cejas— ¿Tengo cara de andar gritando a niños, Roi? —cuestiona algo divertida—. Pues no, no grito al menos que sea... necesario.

Su tono fue algo provocador. Está bien, el algo es un eufemismo, la chica fue directa dentro de la misma indirecta. Sonríe diveritida.

Pero cuando comenzó a hablar con respecto a sus luchas contra el calamar, hubo un detalle que llamó su atención, un punto que no había tenido en cuenta y se sorprendió. Una sorpresa que no pudo ocultar, algo que logró que la envidia que sentía avanzara más rápido por su pequeño cuerpo.

—¿Metamorfomagia? —La mente de Arianne trabajaba a mil por horas, recordando lo que sabía de ellos, buscandole sentido al hecho de caminar por el agua.

Si antes me dejo sin palabras ahora ya estaba totalmente callado, su respuesta fue una clara directa, como creia estaba ¿provocandome? ¿jugando conmigo? Lo que estaba claro es que parecia divertirse a mi costa y la verdad si era lo que estaba pensando esto pintaba mal para mi, a saber cuanto tiempo podria aguantar.

Cuando escuche su pregunta supe que no se dio cuenta, pero que tendria que decirselo, ya que una parte de mi queria dejarse dominar por ella, y aunque era menor que la otra parte que queria estar en un silencio perpetuo, era ironicamente la dominante.

-La metamorfomagia es una cualidad que nos permite modificar nuestro cuerpo para manejarlo a voluntad.-me separo un poco de ella.

Con un leve chasquido, que ni hacia falta, aparecieron dos grandes alas de color blanco que casi irradiaban un toque de luz sobre todo mi cuerpo.

-Esto es la metamorfomagia.-conteste con una sonrisa y haciendo desaparecer las alas.-Es muy util y practica, y como ya vistes antes, puedo caminar por el agua gracias a ello, alterando las plantas de mis pies para que sean mas ligeras que el agua y por tanto no hundirme.-dije leyendo su mente.

Ahora otro dato mas se me escapo, lei su mente, esto iba de mal en peor y cuanto mas la miraba mas nervioso me ponia, no por temor, si no por quizas, ¿atraccion? Al final yo caeria ante su juego, y de eso no habia duda alguna.

"No puede ser", piensa entre molesta y sorprendida. No tenía que ser una Ravenclaw super dotada para darse cuenta que el chico leía su mente.

Es que Arianne sabía, sabía que tenía que haberle insistido a su padre que le enseñara Oclumancia, pero no, él no lo encontraba necesario porque la probabilidad de que algún inútil de la escuela supiera Legeremancia era casi imposible. "Casi" recuerda, "He ahí la palabra clave".

—Veo —comienza a decir acercándose lentamente a él—: que me he equivocado contigo. Ahora todo tiene más sentido, Roi.

Frente a él, Arianne lo encuentra algo nervioso y sonríe al saber el porqué. Está tan acostumbrada a esas reacciones por parte de las personas, que decide divertirse un poco.

—¿Nervioso, cariño? —dice caminando alrededor de él. Hasta quedar detrás de él— ¿No dicen que los Gryffindor son valientes? —habla en su oído, siseando, como buena serpiente que es y tomando con sus manos los hombros del chico.

Ya capto lo que quise decir, ya sabia que era metamorfomago y ademas que sabia legeremancia, asi que ya daba muchos datos que mis enemigos no tenian y si los tenian morian pronto.

¿Que se equivoco conmigo? ¿En que contexto? ¿Que era lo que ahora tenia sentido y antes no? Apenas podia pensar con claridad y Arianne se acercaba demasiado a mi, no es que no quisiera que no se acercara o que me diera repulsion, es que cuanto mas lo hacia no tardaria en ruborizarme y el maldito nerviosismo no me dejaba ni casi hablar con normalidad.

Si estar cerca de ella era dificil que se pusiera a llamarme cariño y a susurrarme en el oido no lo facilitaba, por suerte me ruborice, pero ella no pudo verlo, pero si se dio cuenta de un nerviosismo que crei ocultar.

-N-no es nerviosismo, es m-mas impaciencia que otra cosa.-dije tartamudeando levemente, estar tan cerca de alguien como ella y que yo me sintiera atraido hacia Arianne no ayudaba en nada.

No era una mala escusa, era la peor del mundo, y sabia que no era tan tonta como para tragarsela, pero habia que intentarlo, por lo menos eso, intentarlo.

—¿I-impaciencia? —preguntó imitando su pequeño tartamudeo aún hablando en su oído. Burlándose de su mala excusa— ¿Y por qué estás impaciente?

Roikan es bastante más alto que ella, al nivel de que Arianne tenía que colocarse de puntillas para poder llegar a su oído. Sin embargo, supo tomarlo como ventaja y tranquilamente, aún con las manos en sus hombros, comenzó con leves movimientos circulares en ese lugar, como si estuviera haciendo un pequeño masaje.

—Asi que Legeremancia y Metamorfomagia... y me imagino que también Oclumancia. —Ella hablaba relajadamente, pero aún con esa pisca de malicia en su mente—. Entonces, Roi, debes saber lo que pensaba hacer contigo. Y aún así quisiste jugar. ¿Iluso? No lo creo. Pienso que te tienes más confianza de lo que verdaderamente puedes dar. Ten en claro, cariño, yo siempre gano; esto es una clara muestra de eso.

Siseante y peligrosa como una serpiente. El león sólo caía en las redes de esa víbora y ella lo disfrutaba de sobremanera.

La excusa habia sido cazada al vuelo, aunque ni con un cartel brillante seria mas obvio de lo que ya era, aquellos movimientos que hizo en mis hombros me estaban poniendo tenso, no sabia reaccionar a esas cosas, diez años sin una muestra de amor ni de cariño, solo odio, sangre y muertes pasaban factura.

Arianne no solo era guapa, y peligrosa, sino que ademas tenia mucha capacidad para asociar ideas rapidamente por lo que era otro obstaculo mas en una carrera en la que no se si saldria bien parado. Sus respuestas me dieron ganas de reir, vale cierto era que en el exterior y era como me solia sentir la mayoria de veces estaba demasiado nervioso y ruborizado y tambien excitado, pero en el interior yo era mucho peor que cualquier demonio, y parecia que queria darse a conocer esa faceta.

-Arianne, diste en el clavo, pero debo de reconocer que si sabia a lo que me enfrentaba y que queria intentar devolverte el juego, pero se ve que esto no es mi fuerte. Aun no te he enseñado una pizca de quien soy ¿has jugado tu conmigo o quien creias que era tu victima eres en realidad tu? Pero reconozco que el juego me tiene en vilo.

Aunque lo que estaba claro era que el simple roce con Arianne, me provocaba una gran excitacion y eso no podia negarlo.

Lo escucha hablar y sonríe. Esto era divertido, hace bastante que ella no disfrutaba de una conversación de esa forma. Tener esa sensación de poder le encantaba, pero la idea de que aún ella puede salir perdiendo la tentaba aún más. Por lo que prefiere seguir jugando, tratar de sacar al verdadero Roikan y saber, verdaderamente, donde se estaba metiendo.

Ensancha su sonrisa y baja poco a poco una de sus manos por la espalda del chico. Al llegar al límite con el pantalón, volvía al cuello y así una y otra vez, mientras decía:

—¿Yo? ¿Víctima? —susurra—. No lo creo, no soy yo la que está nerviosa. No soy yo la que se está excitando. Yo estoy manejando la situación, querido. —Se acerca un poco más a él y con su mano libre, hace como si sus dedos estuvieran caminando desde el hombro hasta el cuello del chico—. Al menos que puedas demostrar que estoy equivocada, que saques esa parte tuya que aún no conozco —agrega maliciosa, y con ese doble sentido que le gusta utilizar en estas ocasiones— Tal vez ahí pueda meditarlo, Roi.

Lo peor de todo es que Arianne me influenciaba y casi me controlaba y como no iba a hacerlo, con aquellos dedos que provocaban escalofrios por todo mi cuerpo...Y no podia ser menos, sabia como utilizarme y lo estaba aprovechando pero en el fondo yo no era mas que un asesino frio y sin sentimientos, pero Arianne estaba decidida a sacar mi verdadero yo, y seguiria incomodandome hasta que lo consiguiera.

Asi que debido a que no podia negarme a cumplir sus deseos lo hice, pero sabia que no podia acabar bien, pero la dama siempre tiene la razon.

Solo hizo falta un segundo para que una gigantesca oleada de aire saliera desde yo estaba hasta todas las direcciones, mi rostro estaba serio y casi lleno de ira y furia, mis ojos de color rojizo y en ellos ya no habia compasion.

-Ahora te aseguro que soy inmune a todo lo que me hagas.-conteste con una risa sadica.-Si querias saber que soy en realidad te lo dire, un frio e impasible asesino, que no duraria en matar a nadie si hubieran motivos para ello. Puede que me ganaras antes, pero ahora si quisiera de una forma u otra te controlaria y creeme, prefiero jugar a tu juego que al mio.

El cambio fue drástico, uno o dos segundos como máximo y el chico que tenía al frente no se parecía en nada al nervioso muchacho al cual Arianne estaba controlando. Y ella, con su sentido de alerta a mil, sólo atino a sonreír. Pero esta sonrisa fue distinta a las coquetas o arrogantes que había estado dando, sino más bien, parecía la única forma que tenía para no demostrar esa intranquilidad que la embargó.

—¡Vaya! —dice mordiéndose el labio inferior y observando los cambios del chico—. Veo que no hablabas por hablar. ¡Qué cambio Roi! Ahora sí que será... interesante.

Sin embargo, al ver que había conseguido lo que quería, como siempre ocurre, Arianne da media vuelta y comienza a caminar alejándose del chico. ¿Que si le importa lo que él piense? No, pues apesar de todo, ella sigue jugando. Sigue disfrutando de la situación. Además, que le estaba demostrando a él, que seguiría haciendo lo que ella quería, así es siempre, ¿por qué tendría que cambiar ahora?

-Porque no soy como los demas.-conteste a su pregunta antes de que se marchara.-Yo a diferencia de todos los demas ni tengo la edad que aparento, ni soy lo que aparento, y no te sigo a ti porque queria hacer lo que tu me ordenes, sino porque quiero saber porque me pides que haga lo que tu quieres.

Sonrei aun mas sadicamente, apunte hacia ella con la varita.

-Carpe Retractum

El lazo naranja se ato a su ropa y con un tiron fuerte volvia a estar a pocos pasos de mi.

-¿La pequeña serpiente huye del Leon? ¿No te parece que no es propio de ti? ¿Te dejas ganar asi de facil? Pensaba que seria mas interesante jugar, pero veo que me equivoque y eso que tenia muchas esperanzas....-suspire de nuevo.-Tu querias irte y probablemente yo tendria que seguirte como un pequeño perrito faldero, como si por hacerlo me llevara alguna recompensa, pero ahora el leon decide que la serpiente no huira.

[Off: Me voy a dormir dulces sueños :3 PD: Magnifico rol :3]

Roikan comienza a contestar a su pregunta, lo que hace que Arianne se detenga y voltee a mirarlo. Lo mira, curiosa y con la cabeza ligeramente inclinada hacía un lado, entiende que estuvo jugando con fuego. Pero sonríe, porque agradece a Circe ser hechicera, porque así puede sanarse de las quemaduras.

Sin embargo, la chica verdaderamente se vio sorprendida cuando su acompañante, con la varita en alto, lanza un lazo anaranjado que la atrapa por la ropa y la acerca a él.

—Yo no huyo, Roi, nunca lo hago. Sólo estaba marchándome al ver que ya había conseguido lo que quería, sin importar el motivo por el que lo hacías, de todas formas actuaste como deseaba que lo hicieras —Sonríe, mirándolo directamente a sus ojos, ahora, carmezí—. Sin embargo, si querías que me quedaba, buena forma para retenerme.

Arianne no estaba tratando de coquetearle, sabía que sería inutil. Era cosa de verle y entender que el juego se le estaba complicando y no podía agradarle más la idea.

—Bien, cariño, ¿qué sacas con tenerme aquí? ¿Demostrar que tienes el control? No lo creo, yo puedo seguir jugando y sé que seguiré ganando. ¿Mostrar lo poderoso que eres? ¡Te felicito! Nunca pensé que alguien supiera magia en un colegio que enseña... ¡Oh! Magia.

El sarcasmo siempre le había agradado y en esta situación no fue la excepción. Los ojos de Arianne mostraban lo que verdaderamente sentía, diversión mezclada con un poco de temor a lo desconocido, un temor que él posiblemente vea, que no es lo suficientemente poderoso como para serle un problema a ella.

"Comienza el verdadero juego" piensa para sí, y bueno para él también, sonriéndo con malicia.

—¿Qué haces en Gryffindor entonces, chico?

[OFF: Gud Nait! xD]

Sus palabras me eran bastante indiferentes, mas que el polvo que pisaban mis pies, como otra victima mas que intentaba suplicar por su vida, y yo era el que se la arrebataba y no me paraba a pensar si estaba bien o mal, habia que hacerlo, habian motivos por lo que es racional hacerlo.

-Tu tienes el control porque yo te dejo que lo tengas, no soy manipulable, no desde hace mucho, no puedes hacer nada para que me deje llevar, salvo una pequeña curiosidad que aun no consigo descifrar el porque me obliga a seguirte el juego, pero soy consciente de lo que hago y porque lo hago.-sonrei maliciosamente.-No me hagas reir, ni todo el colegio seria rival para mi, ni si quiera el gran y malvado Lord Voldemort pudo matarme ahora que soy mucho mejor que aquellas veces sere yo el que le mate a el, asi que no tengo nada que demostrar soy poderoso y soy consciente de ello, pero no voy alardeando por doquier.

Con cada palabra mi cuerpo se llenaba de ira, asi que simplemente volvi a ser quien era un Roi falso, pero que no mataria nunca, mis ojos volvieron a su color, mi rostro volvio a mostrar algun apice de sentimientos, quizas porque asi satisfaceria mi curiosidad y quizas a ella, pero bueno, la cosa era que no queria hacerle daño asi que no volveria a sacar quien era a menos que me provocaran lo suficiente.

Arianne lo escucha con atención, con su rostro serio e inexpresivo, comprendiendo cada palabra, asimilando el hecho de que él sí es peligroso. Por más que trata no puede sonreír, sabe que saldría una mueca extraña y que terminaría demostrando lo que siente: ira, envidio y aunque le duela aceptarlo... temor. Porque sí, tendría que estar loca para no temer a la actitud de ese Roikan, a la confianza que se tiene, al poder que emana. Y molesta, prefiere seguir jugando, sin medir las consecuencias.

—¡Bravo! —exclama, sarcástica, levantando los brazos, aún con la frialdad en su mirada—, pero que gran... show.

Sí, la envidia la corroía, la envidia la cegaba, la envidia la instaba a seguir jugando. ¿Qué hacer en esos momentos? Demostrar que nada es tan importante, hacer como si nada hubiese ocurrido, aún cuando él pueda ver en su mente como realmente se sentía, peligrosamente envidiosa de un Gryffindor.

Si su hermano supiera se estaría burlando de ella, por lo débil que demostró ser. Porque sí, ella sabe que sentirse de esa forma es una muestra de una estúpida debilidad que siempre ha tratado de ocultar.

—Lástima que tu otro yo sea iracundo, hubiese sido interesante conversar un poco con él.

Parecia que Arianne, no supiera a lo que se estaba enfrentando pero bueno, ella sabria cuando llegara la hora de la verdad, no me andare con piedad, si tengo que matar a los que fueron alguna vez mis amigos no tendre remordimientos, pero les concedere el honor de morir rapidamente y sin sufrimiento alguno.

-No suele hablar mucho, solo tortura y mata.-dije sinceramente.-No me importa mucho que uses ese sarcasmo, me interesa mas saber porque me tienes envidia.

Yo no era objeto de envidia, cargar con muchos asesinatos a la espalda no era plato de buen gusto para nadie asi que no comprendia que veia ella en mi para que sufriera envidia de mi, realmente no habia mucho que envidiar.

Sabia que de mi pregunta no se escaparia aunque corriera y no iba a dejar que no me dijera la respuesta.

La molestia de Arianne se terminó expresando con esa pregunta. Por que sieéndose sincera ella tampoco tenía muy en claro que era lo que específicamente le envidiaba. ¿El que sea metamorfomago? ¿El que sepa Oclumancia y Legeremancia? No, debe ser algo más allá, lo más probable es que sea porque a pesar de todo ve a Roikan ser él. No como ella, que tiene que ocultarse tras ese entusiasmo de tener que convertirse algún día en una seguidora del Lord.

—¿Envidiarte? —comienza a decir, sin importarle lo que pasó por su cabeza— ¿Qué tendría que envidiarte?

El veneno de su voz, el desdén en su mirada, la mueca de desagradado sólo van dirigidas a él. Sólo a él. Se acerca al chico y lo mira de pies a cabeza.

—No tendría qué. Yo tengo todo, todo lo que pueda imaginar y más. Si lo único que nos diferencia es que tu eres un asesino.

Arianne da media vuelta y comienza a caminar, tratando de relajarse, pero es imposible.