La caida, conflictos y recuerdos... [Rol Final de Andrew xP]

Ocho de la noche... El sol se estaba poniendo, y me encontraba cerca del lago, contemplando aquella hermosa puesta de sol, el cielo y las nubes se volvían una intensa fusión de naranja del calido día, con el morado de la fría noche.

Esta vez mi aspecto era solo un poco difernte, mi brazo izquierdo no estaba cubierto, mi pantalón era color negro, y mi cuerpo estaba rodeado de una larga capa negra que llegaba hasta el suelo, pero no cubría mi cuerpo al frente.

El cielo, mostraba aquel hermoso espectaculo, que probablemente sería el ultimo para mis ojos, estaba totalmente solo, e inevitablemente, apreté mis manos con fuerza dejandome caer a la tierra y cerrando los ojos, al abrirlos, gruesas lagrimas salían de ellos, resbalando por mis mejillas y cayendo al suelo, un silencioso llanto fue imposible para mi contener.

-¿Por qué?... ¿Por qué?... ¡¿Por qué estoy llorando?!-Me preguntaba a mi mismo, casi gritando.

Mi mirada era triste y confundida, mezclada con un aparente enojo, pero conmigo mismo, se posó en mis manos, las cuales extendí frente a mí, algunas lagrimas cayeron en mis manos, y simplemente cerré los ojos con fuerza, pero sin lamentarme, solamente dejé escapar aquellas lagrimas.

Sin embargo, debía tomar fuerzas, aun llorando, me puse de pie, mirando desafiante hacía el imponente castillo que estaba a unos veinte minutos caminando desde donde estaba, aquel castillo que debía caer esa noche, la cuál había llegado ya, oscureciendo el cielo.

Decidido y sin vacilar, comencé a caminar, no al castillo, sino hacía el bosque, cambiando ahora mi faceta a una autoritaria y fría, aunque en mi rostro, las huellas de las lagrimas continuaban marcadas y mis ojos estaban humedecidos por llorar.

Llegue a la entrada de una pequeña cueva, ahí, me esperaban tres personas encapuchadas con mascaras plateadas, uno de ellos comenzó a burlarse de mí por notar que había llorado recientemente, no expresé enfado alguno, pero aquella persona cayó muerta casi al instante, atravezado por una pequeña daga metalica, su mascara se hizo una pequeña esfera, fundiendose con la daga e introduciendose en el suelo, era manipulación metalica.

Tras una conversación corta, uno de los dos restantes desapareció, mientras el otro mortífago comenzó a avanzar a mi lado, ambos caminabamos de manera elegante, dejando que nuestras largas sotanas ondearan al son de nuestros pasos y el viento moviera con suavidad mi cabello.

Salimos del bosque y frente a nosotros se mostraba imponente el castillo de Hogwarts, con las luces encendidas, pues ya era de noche, nos detuvimos a unos cuatrocientos metros aproximadamente, viendo detenidamente el lugar, yo podía ver más libremente, al no tener una mascara en el rostro, ya no importaba si era descubierto, era ya el momento, tome mi varita y apunté al cielo.

-¡Morsmordre!-Exclamé.

El cielo comenzó a brillar de un color verde palido, algunas lineas se dibujaban y la marca tenebrosa iba tomando forma en el cielo, no importaba donde se estuviera, cualquiera en Hogwarts podría darse cuenta que un ataque de mortífagos era inminente.

Baje mi varita y cerré los ojos, ese momento tan temido por mi había llegado, detras de mí, comenzaron a llegar montones de mortífagos, cien o quizas más, todos moviendose en forma de esas pequeñas nubes de humo, que dejaban un gran rastro y aterrizando de manera ordeanada y sincornicada, finalmente todo estaba listo, pero, yo estaba al mando y aun no daba la señal de ataque, esperaría un poco más...

[OFF: Bueno, empiecen a postear que ven la marca o algo así, todavia no comienza el ataque xP, pero el rol ya]

Había estado en la biblioteca toda la tarde después de clases, quería saber más sobre la historia de la comunidad mágica de Inglaterra, así que esa tarde leí mucho, aprendí otro poco, supe que en este momento estaban en guerra “valla momento para llegar a estudiar aquí” me dije mientras seguía leyendo sobre uno de los más poderosos magos tenebrosos de toda la historia, también venían con ilustraciones, su modo de ataque y muchas cosas interesantes sobre ellos, también en el libro venía un apartado para la historia de los Potter “recuerdo ese apellido, es mi compañero de clases” me deje a mi mismo mientras seguía leyendo, después de toda la tarde, cuando el sol estaba a punto de ocultarse decidí que sería mejor dejarlo para después, guarde el libro en su lugar y me dirigí hacia la torre de Ravenclaw, pero en el camino, al voltear por la ventana vi la misma ilustración que aparecía en el libro que acababa de leer, lo llamaban la marca tenebrosa y significaba peligro “¿Qué demonios está pasando aquí?” me preguntaba mientras veía por la ventana y según las ilustraciones que había visto, las personas que se estaban reuniendo en torno al castillo eran mortífagos, y eran muchos “Esto no puede significar más que una batalla” me dije a mi mismo mientras contemplaba la escena “no hay tiempo para vacilaciones Gael piensa rápido y mantente firme, lo primero es avisar a la directora” mientras pensaba tan rápido como podía en una situación límite trate de utilizar el método más rápido de comunicación: Especto patronum. De mi varita salió una lechuza, a la que mande a el despacho de la directora, para que avisara a los demás profesores y estar listos para la batalla que se avecinaba, cuando estuvo en el despacho, en cuestión de segundos le dije a la directora o eso esperaba yo, pues no podía ver si estaba allí realmente- Directora hay muchos mortífagos rodeando el castillo, tenemos que hacer algo- después de estas palabras, sin esperar respuesta mandé mi Patronum a mi sala común para avisar a mis compañeros, tardo también unos segundo en llegar y cuando lo hizo les di el mensaje- Miren a la ventana, llegaron mortífagos, es el momento de pelear- después de esto mi Patronum desapareció y yo me quede unos momentos sin saber que hacer, esperando que alguien hubiera recibido mis mensajes en especial la directora. Seguido de esto me encaminé a una de las salidas al los terrenos.

Estaba yo en mi cuarto. No tenía sueño para dormirme tan temprano y más con todo lo que me ha pasado última vez. Estaba sentado en la cama, pensando con la luz apagada. Los demás chicos seguramente estaban haciendo sus tareas. Hermione seguramente estaba en la biblioteca como siempre.

Tenía un presentimiento... como hace dos años cuando me atacó Voldemort en el cementerio y mató a Cedric. Pero esta vez iba a ser algo sério.

Afuera, podía ver por la ventana como si el cielo estaba en aquella epoca de la aurora boreal o algo así. El cielo estaba rojizo en donde se podía ver la apuesta del sol y violeta hacia de donde venía la noche. No sé porqué, pero estaba un poco inquieto y por primera vez en mucho tiempo sentía que la cicatríz me quemaba. Seguramente Voldemort estaba cerca... porqué sólo entonces me pasa.

De pronto, los chicos - seguramente entero castillo por lo que alcanzé a oir de sus voces estaba alarmado. En definitivo, algo pasaba. Me levanté de la cama y sólo alcanzé a ver que todos los chicos bajaron hacia el bosque prohibido. Por precaución - todavia no me había puesto la pijama - así que cogí mi varita que había dejado en la mesa y bajé hacia la sala común. Atravesé la sala común y salí del área de Gryffindor, bajé las escaleras hasta que llegué a la entrada donde estaba todo el mundo alarmado.

-¿Pasa algo esta noche? Pregunté al alumno o al profesor más cercano a mí. No presté mucha atención al cielo y con la agitación no me percaté de la marca tenebrosa en el cielo. Pero mi cicatríz sí me quemaba, señál de que Voldemort y sus secuaces están cerca.

Estaba entre todos los mortifagos,iba y no con la capa de los

mortifagos,una parecida,vi que hacia la marca tenebrosa,pense *esa voz,me suena*dije

mientras miraba al chico ke estaba de espalda,estaba ocultada entre todos los que

habia para que no me descubrieran.

Empece a moverme entre ellos,queria averiguar kien era el afortunado ke moriria a

manos de mortifagos esa noche,o eso pensaba yo

Cuando de repente vi quien era,Andrew,varias lagrimas me recorrieron el rostro,no podia

ser,porke tenia ke ser el,no podia salir en ese momento y decirle todo delante de todos

ellos,pero si hacerme una serpiente y llevarlo a mi,solo para saber ke pasaba

Asi lo hice,me hice serpiente cuidadosamente y mis ojos cambiaron a amarillo,el color

que andrew reconoceria a la primera,me enganche a su pierna y empece a subir hasta

que llegue a su hombro.Le empece a susurrar algo,en parsel y pense *Mierda,no

entiende el parsel*decidi moverle la cola en signo de "ven" a ver si entendia la indirecta

Luego de un arduo día de trabajo, me dirigí a mis aposentos a acearme y descanzar. El clima seguí muy lindo y liviano, asique levaba un vestido hasta un poco más arriba de las rodillas, sin mangas negro, con arreglos plateados. Caminé por todo el Vestíbulo, enviándo a la cama a algunos alumnos mayores que seguían vagando por allí, y continué mi asenso. Primera planta, vacía, al igual que la segunda y la tercera. En la cuarta Peeves estaba haciéndo lío en un aula libre, le mandé a callar amenazándolo con llamar al Barón Sanguinario, cosa que ya había hecho, por lo que me tenía algo de miedo. Pasé también por el pasillo de mi aula y cuando llegué a la Sexta planta, tomé un pasadizo que me dejó justo enfrente de la puerta de mi despacho. Lo atravesé y llegué a mi "sala". Me quité los tacones y aproximé al baño. Me despojé de el vestido y la ropa interior, a la vez que con la varita abría el grifo de la ducha. Mientras aplicaba champú a mi cabello silbaba, distraída. El viento mesía las copas de los árboles que hacían de límite del bosque prohibido, extrañamente el sonido llegaba hasta tanta altura. Luego de unos veinte minutos, sí, abusaba demasiado del agua., salí envuelta en una toalla hacia mi dormitorio. Abrí el armario y tomé un camisón, demasiado corto quizá, celeste lista para irme a dormir. Sequé mi pelo pero recordé que debía sacarme los aretes. Me dirigí a la sala, algo fastidiada. Junto a una mesa donde apoyaba algunos libros y reposaban viejas runas, había una ventana, que reflejaba una extraña luz verdosa, en la sala en penumbras me acerqué para ver de donde provenía, de seguro Peeves estaba molestando en algún aula con ventanas. Pero me tuve que tomar de la mesa para no caerme. Allí sobre el castillo, reposaba la Marca Tenebrosa, el craneo y la serpiente, entrando y saliendo por él. Sin más preámbulos tantié por el sofá, donde había arrojado mi vestido y encontré la varita.

-¡Accio zapatos y abrigo!- enuncié realizando un pequeño y seco movimieto de varita.

Los objetos levitaron de sus lugares y vinieron hacia mí. Me apoyé en el sofá mientras me ponía unas botas oscuras. Luego tomé un tapado negro y largo, demasiado delicado como para bajar y me lo puse, abrochándomelo con otro movimiento de varita. La cama debía esperar. Sabía lo que debía hacer. A medida que pasaba por todo el pasillo iba encendiéndo las antorchas.

-¡Expecto Patronus!- dije y de mi varita salieron muchas águilas, cada una con destino a los despachos de profesores.

Continué bajando y encnediendo antorchas hasta llegar al Vestíbulo y entrada del Gran Comedor, por la escalera de mármol. Muchos alumnos pequeños estaban asustados. Habría que evacuarlos. Llegué junto a Lupin, quién había cerrado la puerta.

-Creo que debemos poner a salvo a los pequeños.- le dije y sin esperar su respuesta me volví y subí unos escalones en la escalera de mármol. - Atención, atención por favor. Todos los alumnos diríganse al Gran Comedor, los más pequeños, es decir, de quinto hacia abajo, sitúense con algún alumno mayor. Los profesores quédense aquí.-

Bajé de la escalinata, a la vez que los alumnos comenzaban a movilizarse en eso divisé a Potter junto a un colega. En eso instantes, sólo por unos breves segundos, tuve miedo por ese chico, que sólo había visto en las comidas y banquetes y obviamente en el periódico, aunque era puras patrañas lo que se publicaba. Desvié la mirada y me aferré a mi varita viéndo hacia todos lados y pensando una salida para los alumnos menores.

era de noche, yo abia decidido dormir temprano pues por que no queria volver a llegar tarde a una clase, ya estaba tapdo con mis cobijas no podia dormir pues estaba preocupado por que en dos dias era luna llena, y en cuanto abia serrado los ojos bi la marca de los mortifagos, agarre un sueter, mis zapatos y mi varita, baje a la entrada y mire una gran cantidad de alumnos gritando y asiendo cosas con desesperacion mientras los maestros los inentaban de calmar, me puse a pensar:
- y si los mortifagos atacan hoy, si Hogwarts es destruido, no me puedo quedar asi tengo que aser algo
regrese a mi sala comun y tome un collar que me abia dado mi madre de pequeño, ella me abia dicho que era para la buena suerte, y si algun dia nesesitaba suerte era este.
regrese a la entrada y bi a alguien que anunciaba la llegada de los mortifagos, decia que eran mas de 100.
desidi esperar aber que decian los maestros o la directora

Corrí por los pasillos, cruzándome con chicos aterrorizados, podía sentir la adrenalina, todo era muy confuso, todos se dirigían al mismo lugar, la entrada, yo me guie por la gente que corría en esa dirección, todos estaban muy asustados, algunos decían algo de salir del castillo “Salir del castillo, valla locura nos tiene rodeados” pensé mientras bajaba las ultimas escaleras en dirección a la gran entrada, cuando llegue, habían ya algunos profesores que estaban intentado poner orden, también, al pie de la escalera estaba mi compañero de casa Jacob, parecía ansioso, yo estaba más preocupado por la situación, era increíble que todo mundo pensara en salir por la puerta principal, con todos eso mortífagos rodeando el castillo.

Jacob estas bien, todavía no han entrado?- le pregunte un poco nervioso mientras observaba la multitud y distinguía a Harry, y aunque no lo concia muy bien parecía perdido- Ahora vuelvo

Le dije a Jacob mientras me movía entre la gente para acercarme a Harry y poder hablar con él. Cuando estuve lo suficientemente cerca, puede escuchar su pregunta, parecía increíble, que poco observado.

¡Harry!- le grité cuando escuche su pregunta- Mira hacia la ventana y dime tu lo que pasa

Mi voz sonaba un poco histérica, la verdad toda esta situación me sobrepasaba, pero tenía que ser fuerte, aquí había niños pequeños que no podían salir heridos, y por lo que había leído, a los mortífagos no les importaba eso, cerca de Harry se encontraba el profesor de defensa, y a todo esto nos venía muy bien que estuviera por aquí, tenía que hablar con él y decirle mis ideas, no teníamos mucho tiempo y si todos los estudiantes se quedaban en el Gran Comedor serian presas fáciles.

Profesor, esto es una locura, no pueden tener a los estudiantes en el Gran comedor mucho tiempo, los enmascarados entraran tarde o temprano por la puerta principal y si están en el Gran Comedor los mataran a todos, tiene que haber otro modo de salir de Hogwarts- le dije con un poco de desesperación- yo sugeriría que si no la ay mande a los estudiantes más pequeños a sus salas comunes y la sellen.

Alumnos y más alumnos seguían bajándo yo trataba de calmar a los más pequeños. Hasta que tropecé con Taladius, que comenzó a decir cosas.

-Taldaius, ¿Cree que no lo he considerado? Sólo los enviamos allí por organización, lo que sucede es que no podemos dejar a los pequeños sólos, si algo sucediera, no podrían defenderse, y además creo que sería mejor que no estén separados. Disculpa.- le espeté y me voltié para dirigirme hacia los maestros.- Bien, precisamos uno en cada planta, desde las ventanas realizen la mayor cantidad de hechizos protectores que conozcan.- seguido de dicha indicación me acerqué a Lupin una vez más.-¿Crees que....él....venga?- susurré para que sólo el me oyera, con una voz suave y temblorosa, adornada de una pizca de pánico.

Eran las ocho de la noche. Esa noche, después de cenar, subí a mi recámara a descansar y a corregir algunos que otro papeles. Estaba yo acostado en mi cama, leyendo unos trabajos que entregué a los alumnos cuando siento que me picaba la parte superior de la espalda. No podía describir la sensación, pero me picaba y me quemaba fuerte. Dejé los papeles en la cama y fui hacia la ventana. En verdad... el Lord nos estaba llamando. Ví la Marca Tenebrosa allí, en el cielo, la calavera y la serpiente que salía y entraba de la boca de la calavera. ¿Pero para qué llamarnos y presentarse al colegio? Aquí hay gato encerrado.

Me dirigí a coger mi bata para ponerla sobre mi pijama, me cogí la varita y salí apurado para la entrada.

En la entrada estaban muchos chicos... esto ya es un alboroto total. Ví también a Lupin y a la profesora Victoire. Sabía de sóbra que esto iba a ser un ataco de los mortífagos, pero lo disimulé. Me acerqué a los profesores haciendome lugar para pasar por entre los alumnos que ya estaban alborotados. -¿Qué está pasando? ¡Todo el mundo tranquilos! Intenté hacer un poco de paz, pero para nada. Esto ya se está poniendo color de hormiga.

Vi que me ignoro asique volvi a humana,pero era demasiado tarde,solo queria hablar con el,lo ke no le pude decir en su momento
-Andrew!!-gritaba desesperada
-Andrew-repetia desesperada
Yo estaba del lado de los mortifagos pero lo iba a pasar mall
-Andrew porfavor,solo...necesito decirte una cosa-lloraba en el suelo,sabia ke me oia
-No voi a detenerte,por favor-Fue mi ultima esperanza x despedirme
Cai al suelo pensando ke no vendria pero con esperanza

Levante la cabeza i vi a Andrew
-Xfin te dignas a escuxarme-dije mirandole seria,le di un beso i un abrazo
-ke aces con ellos andrew-dije besandolo de nuevo,tenia la sensacion de ke seria la ultima vez
-Andrew te amo i no me arrepiento de decirlo,ni de amarte a ti-le dije mientras lo abrazaba
-Siento no haber acabado lo ke empece contigo-dije mirandolo
-jamas te das cuenta de las personas ke mas kieres hasta ke las pierdes,i tengo la sensacion de que te perdere durante mucho tiempo-le bese i spre su rspu

La puerta había cedió, y los mortífagos estaban entrado, lanzando maldiciones a diestra y siniestra, los hechizos volaban de un lado para otro, todo era un caos, algunos de los alumnos habían empezado a atacar a los mortífagos y defenderse de su ataque, pero lo que a mí me preocupaba eran los que no podían defenderse, los más pequeños a ellos tendríamos que sacarlos de algún modo, estando allí eran presas fáciles para los mortífagos, incluso podrían resultar heridos, tendría que haber alguna manera de protegerlos, de sacarlos del castillo, y entonces se me vino a la mente una salida segura “por las chimeneas, con polvos flu, espero que la profesora tenga algunos para sacarlos de aquí” me dije a mi mismo, mientras un hechizo pasaba rozándome la cabeza.

Profesora Devereaux dígame, Muffliato- lanze el hechizo en dirección a los Mortífagos por protección- que tiene por favor que tiene polvos flu y que hay una chimenea en las mazmorras- le dije un poco desesperado- Desmaius, Desmaius

Lanzaba hechizos a todo encapuchado que se veía cerca, estaba todo saliéndose de control y solo esperaba que la profesora me diera una respuesta positiva, pues era lo que yo veía como la única salida.

Me sobresalte y desperte de mis pensamientos cuando los mortifagos penetraron en el castillo, agarre mi varita comenze a atacar a los que se acercaban a los estudiantes menores con el hechizo de Incendio, era el mas sencillo que queria usar y no me gustaba tanta energia, ademas no causaria tantos daño a los estudiantes menores.

Me dirigi hacia donde estaba Gael quien estaba con la profesora Devereaux, y exaltado y en tono de apresurado les dije:

Profesora, Gael, no podemos dejar a los estudiantesm menores aqui, debemos hacer algo, pero ahora las salidas del colegio estan bloqueadas completamente, ¿Alguna idea?- dije mientras aplicaba el hechizo de Petrificus Totalus a un Mortifago que estaba cerca.

-Andrew!!-grite
-Y-Yo,te odio-Susurre,staba segura de que me queria
Rapidamente sali corriendo y comence a buscar a Andrew x todas las habitaciones pero al poco tiempo lo abandone,no queria verlo mas
Encontre a aldo i le hice una seña para que se acercara a mi

-Andrew!!-grite
-Y-Yo,te odio-Susurre,staba segura de que me queria
Rapidamente sali corriendo y comence a buscar a Andrew x todas las habitaciones pero al poco tiempo lo abandone,no queria verlo mas
Encontre a aldo i le hice una seña para que se acercara a mi

un mortifago a lo lejos me miro y me apunto a mi con su varita, no sabia que aser, me desespere, saque mi varita y dije:
-desmaius
estaba muy preocupado pues sabia que los mortifagos desmallados se regenerarian y nosotros no podiamos salir de el castillo, teniamos que aser algo me puse a pensar muchas cosas pero todo lo pense en una desima de segundo, y me dije a mi:
-tengo que aserlo no importa si me boy a azkaban, tengo que escojer entre azkaban o la muerte, prefiero azkaban
estaba dispuesto a usar maldiciones imperdonables para defender a Howarts

Nos habían atacado por todas partes. Apenas ahora me doy cuenta de lo que acaba de pasar. Esta es la obra de Andrew. Jamás me imaginé una reacción más tonta como ésta. Pero ya el hecho estaba consumado - por lo menos me podía haber consultado antes - y teníamos que luchar.

Sabía como atacan ellos - ya que era la mano derecha del Lord - y supuse correctamente que atacaron los torres - de astronomía y adivinación - y desde el séptimo piso rápidamente llegaron al quinto piso. Era cuestión de segundos para que lleguen a la planta baja. Unos mortífagos atacaban también la entrada asegurándose de que nadie saliera. A mí no me podían haber hecho nada ya que era uno de ellos, pero tenía que proteger a los alumnos y que nadie muera.

Pansy me había llamado, me hizo señas para que viniera. Me acerqué a ella. En el camino trataron de acercarse a mí unos mortífagos y unos dementores. Me lanzé un Expecto Patronum y de la punta de mi varita salió una Serpiente para que me protegiera durante la pelea. Me acerqué a ella y le pregunté: -¿Qué pasó? Le pregunté. -¡Tenemos que defender esto!

Cuando los mortífagos de la entrada lanzaron un Bombarda Máxima para retumbar la puerta se había incendiado la puerta. Para evitar menos llamas y que el castillo se incendiára lanzé un Aquaeructo, con un fuerte y potente chorro de agua para apagar el pequeño incendio y evitar que éste se agravára. -¡Aquaeructo! Un fuerte y potente chorro de agua salió desde la punta de mi varita y apagó el pequeño fuego que los mortífagos provocaron al entrar.

Todo había sucedido en cuestión de segundos: la marca, el descontrol, el ataque...
Se había convertido todo en una completa locura. Pero ahora sabía perfectamente lo que tocaba: defender el colegio. Tras ayudar a algunos profesores a reunir a los alumnos de menor edad en el Gran Comedor, decidí quedarme junto con las personas que se arremolinaban custodiando las puertas de dicha estancia. Aquello era un auténtico caos…Los mortífagos atacaban tanto las torres como la entrada, de manera que podían ir avanzando hacia el interior del castillo al mismo tiempo que bloqueaban las salidas para que nadie pudiese huir del recinto. El sonido de la batalla sonaba cada vez más cerca, no iban a tardar en llegar abajo. Sostenía mi varita mientras temblaba incontrolablemente, el miedo y las lágrimas casi me cegaban la vista y mis oídos solo percibían explosiones y gritos.

Divisé cómo las puertas del colegio se convertían en creaciones de acero oxidadas. Muy inteligente por parte de los mortífagos, un solo corte de aquellas criaturas podría dejarnos KO. En ese momento cesaron, por un momento, los ataques, mientras que una figura se abría paso entre las criaturas recién formadas. No llevaba mascara, ni capa, ni nada que impidiese al mundo desconocer su identidad. Estaba demasiado lejos de mí como para que pudiese distinguir su cara con claridad, aunque, extrañamente, me sonaban un poco sus rasgos.

Entonces alzó la voz. Y todas las neuronas de mi cerebro conectaron, recordando.

-Andrew…-susurré, para mí misma.-no puede ser.- Me quedé más paralizada de lo que ya de por sí estaba. No terminaba de comprender que la persona que un día intentó alegrarme una tarde aburrida ahora estuviese al mando de un ataque de mortífagos. Recordé cómo me había llevado al jardín secreto y un escalofrío recorrió mi espalda al pensar que había estado a solas con él. A solas con un mortífago. Sin embargo, se había comportado de lo más agradable. Nada cuadraba en mi cabeza, que parecía apunto de explotar.

Asimilé entonces sus palabras de que íbamos a morir todos y cada uno, a no ser que nos rindiéramos. En aquel momento lo único que permanecía claro entre mi marabunta de pensamientos inconexos era que no pensaba hacerle ni puñetero caso: no iba a rendirme. La opción fácil era rendirse, por supuesto, pero ahora era el momento de mantener la cabeza fría, sacar las garras y pelear.

El silencio comenzaba a hacerse realmente insoportable.