Un poco de entrenamiento... (Elizabeth)

Callé por un momento… y me detuve a pensar en sus palabras, quería comprenderlas y caer en cuenta de la extraña naturaleza de Kyle… yo estaba algo confundida y bastante extrañada a lo que recién me contaba él…

-Entonces… tú tendrás esta apariencia siempre –dije un tanto asustada pero irónicamente, con ausencia de temor-, pero… ¿No te sientes algo… limitado? ¿No te gustaría ser un humano normal?
No me percaté de la seriedad que pronto mi pregunta había tomado… no quería seguir

Suspiré cuando escuche las palabras de Kyle. No podía creer que de verdad fuese capaz de tratar de resistir el ver como el mundo poco a poco se iría acabando para volver a renacer. Me recargué en su hombro u fije mi vista en la blanca flor de la cueva. Pensé en la historia de Julieta, me imaginé todo lo que pudo haber pasado, todas esas memorias, risas, llantos… mi mente se perdió en aquellos pensamientos.

-Yo no soportaría ser inmortal… -dije para mi misma.

Me acurruqué en los brazos de Kyle y respiré profundamente, haciendo reflexión a mis palabras.

Suspiré... sentí como Kyle resentía el recuerdo de su familia, provocando en mí ese mismo sentimiento. Recordar a mi familia era todo un pesar para mí. Nunca me consideré buena hija, era rebelde y descontrolada, hacia las cosas mal y no les ponía atención. Si bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde... volví a suspirar para amortiguar el llanto; ceré los ojos y hundí mi rostro en el pecho de Kyle, abrazandolo fuertemente. No quería que me viera mal por el mal recuerdo que provoco en mí la masacre en Francia, la que provocó Bella Lumiel, cuando apenas tenía 8 años de edad.

De un momento a otro, sentí como Kyle tomaba una actitud muy parecida a la de mi hermano Alphones, el mayor de los otros dos, Alphred y Ariel (los trillizos); él siempre me consulaba cuando los gemelos (Christian y Christopher) y Raoul me molestaban (especialmente Raoul, ya que vivía celoso por la marca de dragón que yo poseía en mi hombro izquierdo). Ellos tres me protegían fielmente de todo y eran los únicos a los que les alegraba la idea de que yo fuese la única de la familia (después de tres generaciones enteras) en ser una Dragofidelus de sangre.

-Gracias, Kyle... no es nada serio, sólo... recodé algo -dije forzando una sonrisa tierna y besándole la comisura de sus labios. Sequé mis lagirmas y suspiré para tragrame el llanto; me daba verguenza ver que el tenía que soportar mi tristeza.

El tener a mis caballeros trillizos en la mente, me animaba demasiado y el saber que ellos estaban con Thatcher esperando a las vacaciones para verme de nuevo, era muy reconfortante. "Al, estarías orgulloso de verme ahora haciendo estos hechizos".

Escuché a Kyle y reproché. No quería irme, tan sólo había logrado hacer dos hechizos y eso me dejaba bastante decepcionada conmigo misma. Miré que esperaba a que dijera algo… talvez tenía razón en llevarnos a Mushu a otro lado, que debía descansar la pierna en otro lado más adecuado. Aunque no iba a darme por vencida tan fácilmente. Suspiré y me levante, parándome a un lado de Kyle para mirarlo con detenimiento.

-Puede que tengas razón por esta vez, Kyle –dije-, pero sólo logré hacer dos tristes hechizos…

Dejé las palabras al aire para ver como reaccionaba. Muy pronto, todo lo que aprendiera me servirían. Pasé mi mirada al fondo de la cueva, viendo que entre sus sombras ocultaba algo, sentí curiosidad. “Talvez pueda explorar más la cueva antes de irnos”, pensé; volví mis ojos a la entrada iluminada de la cueva, sintiendo que una fuerte brisa entraba, haciendo silbar el interior del lugar.

Solté la mano de Kyle, tomé mi varita y la alcé en alto, haciendo un Lumos y adentrándome más a la cueva con paso lento y precavido, estiraba el cuello para lograr ver más haya… todo era oscuro y profundo.

-¿Crees que haya al más en el fondo? –pregunté muy cuiosa.

Observé como Kyle avanzaba sin mirara atrás, apreté el paso para estar a un lado de él… me sentí retada y me tragué el ligero nerviosismo que me producía el adentrarme a las penumbras de esa cueva húmeda y polvorienta. Alzaba en alto mi varita para tener mejor iluminación y no tropezar al caminar. De vez en cuando miraba a mis espaldas para ver como la luz solar que entraba por la boca de la cueva, iba quedando atrás.

-¿Qué crees encontrar más al fondo? –apunté con la varita.

Miré a Kyle sin detenerme, su andar era más rápido que el mío y fácilmente me quedaba rezagada.

Iba bajando la temperatura conforme descendíamos, era más lúgubre y sombrío… varios ecos cobraban vida en los momentos más inesperados.

Cuando perdí de vista a Kyle, todos mis nervios se tensaron… me quedé helada y con la respiración contenida… avancé más aprisa para poder alcanzarlo… gritaba su nombre y miraba a todos lados.

…Ruidos extraños se oían a lo lejos… pensé en regresar…

Al escuchar los alaridos me estremecí… “Kyle… ¿Dónde demonios te metiste?”… Al voltear vi una figura sangrienta y repugnante, olía a humedad y sangre. Intenté correr o gritar, pero se me congeló todo el cuerpo… Tan sólo apreté los dientes y fui alejándome poco a poco.

-Algún día de estos, Kyle –suspiré de alivio-, ¡VAS A MATARME DE UN INFARTO!

Me abracé del cuello de Kyle (mientras corría, sentía que iba a caer), observando, bueno más bien, tratando de observar por donde pasábamos. Mi varita aún mantenía el Lumos y pronto divisé algo al frente de nosotros.

-Detente –salté de los brazos de Kyle y me apresuré a avanzar por mí cuanta.

Adelante había un doble túnel, a la derecha y a la izquierda. Me asomé por ambos, logrando ver nada más al fondo, sólo ecos sordos que le daban un lúgubre ambiente al lugar.

-¿Derecha? Ó ¿Izquierda?

Avanzábamos cada vez más y más, en silencio y con las varitas en mano. La temperatura descendía a cada paso que dábamos y mi piel se erizaba debido a eso. Los ecos producidos por nuestros pies resonaban por toda la cueva y pronto… a lo lejos se pudo oír… un nítido goteo… constante y tintineante… clink, clink… clink, clink… avanzábamos sin dificultad, pero el sendero de roca se transformaba en uno lodoso y rodeado por charcos turbios. Tomé mi varita con la otra mano, la levanté lo más alto que pude para ilumina el tramo por donde caminaba. Pude ver los enormes charcos y el lodo en nuestros zapatos. Adelante sólo había más oscuridad y el extraño goteo. Mire a Kyle con cuidado, viendo que estaba bastante concentrado, perdido en los hilos de sus pensamientos, suspiré y continué caminando, para eso, noté que los charcos se hacían cada vez más profundos. Antes de que en agua me cubriera completamente los pies, me quité los zapatos y las calcetas, guardando todo en donde estaba el cuerpo de mi lagartija colorada aún inmóvil e inconciente.

Cuando retomé el camino, el agua turbia ya nos cubría los tobillos y fue cuando logré divisar otro entronqué natural. En este caso, no eran dos caminos, sino tres. Me acerqué a los tres y como antes y pasé mi varita que mantenía el Lumos para ver a través de la oscuridad. Nada… sólo ese incesante clink, clink…, excepto una… que no pertenecía al entronque, que se escondía en la esquina más arrinconada del sendero, esta emitía una luz de color turquesa, una luz suave y hermosa. Sin consultar a Kyle, me adentré a esa y caminé con sigilo.

El sendero de aquella desviación que había tomado no estaba tan lleno de charcos como las anteriores, era fácil ver por donde pisábamos debido a la luz turquesa que la iluminaba (aun sin identificar de donde provenía exactamente). Varias enredaderas crecían cubriendo las paredes y el techo. Sin embargo, aquella desviación era aun más fría que las anteriores, obligándome a ponerme nuevamente las calcetas y los zapatos. Busqué envolverme con mis propias manos para mantener mi calor corporal. Cada exhalación que daba, mi aliento se dibujaba blanco, como pequeñas nubes evaporadas. Mire por mis espaldas esperando que Kyle me siguiera, cuando me di cuenta que el suelo se estaba inclinando, obligándome a parar antes de caerme por un descuido. Opté por continuar avanzando, sujetándome de las enredaderas que crecían libremente en aquel sendero. El goteo de agua en esa zona era aun más fuerte, como su tuviera aquel sonido a pocos centímetros de mi oído.

La palabras se atoraron en mi garganta, estaba yan impresonada que sólo podía sonreí de oreja a oreja, no podía creer en en una cueva húmeda, polvorienta y oscura, pudiese haber un secreto tan magnífico cómo era aquel jardín. Caminé unos cuantos pasos a adelante y miré por encima de mi cabeza, pero no podía encontrar el lugar exacto de donde provenía el frío y la azulada luz. Me incliné ante el río transparente y sostuve un poco de agua en mis manos. Jamas en mi vida había visto el agua tan limpia.

-Kyle, esto es hermoso en verdad -dije hechandome en el suelo con los brazos extendidos y cerrando los ojos-, podría quedarme aquí para siempre.

Una rafaga de viento helado cruzó el jardín secreto de cabo a rabo, me estremecí ligeramente y me envolví con la ropa de Kyle. Me quedaba demasiado grande, lo cual me hacía reí y me agradaba, ya que podía cubrir más de la mitad de mi cuerpo (por ser más baja que él).

-Está tan tranquilo aquí... no hay ruido, no hay gente, no hay peligro... tan sólo una paz increíble... -dije con un hilo de voz, uspiré y comencé a respirar profundamente.

Pronto comencé a quedarme dormida, cuando un cambio brusco de tenperatura me sobresaltó. De un helado viento, se tornó a un espeso calor sobre mi rostro. Gruñí incomoda; cuando abrí mis ojos... solté un grito ahogado, provocandome arrastrarme hasta la parde más próxima de la cueva.

En frente de nosotros se había ante puesto un gigantesco Dragón azulado, con enormes las casi del mismo tamaño que el largo de su cuerpo, sus escamas eran brillantes, duras y traslucidas, con unos cuantos toque de color truqueza y zafiro. Su rostro de reptil inculbaba miedo y respeto, parecía estar fueriso con Kyle y conmigo por entrar en su guarida. Ahora sabía de donde provenía en gélido viento y la brillante luz azulada.

El Dragón encurvo su alargado cuello para poner su rostro fúrico a metros de nuestros cuerpos. A susurros le pedí a Kyle que no se moviera en absoluto, para no hacerlo enfurecer más. Pronto el dragón gruñó fuertemente, soltando un vento cálido de su hosico.

No era extraño para mí el que el dragón no me atacara al verme perturbando su guarida. Esa habilidad era una característica de la sangre de la familia de mi padre, los Dragofidelus. Los hijos que pudiesen tener la marca de dragón en el hombro izquierdo , significaba que eran hijos descendientes del dragón Bahamute, padre de todos los Dragofidelus en eras pasadas. Aunque no podía entender lo que decía... tan sólo intuía sus gruñidos, gestos y rugidos, cómo quien interpreta a cualquier animal. Claro que lograr poder tener esa "interpretación" a aquel lenguaje desconocido me costó años de práctica y entrenamiento por parte de mi padre, ya que ahora se me era más fácil tratar de comprender.

-Lo sentimos mucho, no pensabamos que estuviese alguien aquí -dije levantándome y haciendo una reverencia tímida al dragón. éste volvió a gruñirme ferozmente ("¿Cómo fue que dieron con éste lugar?") creí entender-. Conocíamos la localización de la cueva, pero dimos con éste jardín por pura curiosidad, yo sugerí seguir la luz azulada y la caía del agua.
El dragón parecía estar tratando de tenernos paciencia, me miró con curiosidad y jaló con cuidado mi sueter y el de Kyle para quitarmelos de encima, dejándo al descubirto la figura en mi hombro... la olisqueó y bufó ("Dragofidelus").

-S-sí... soy Dragofidelus -dije con un hilo de voz- El dragón se inclinó al rostro de Kyle y lo olisqueó, luego volvió a bufar pero esta vez parecía muy molesto ("¡VAMPIRO! ¡¿CÓMO ES QUE ALGUIEN CÓMO TÚ PUEDE ESTAR CON UN VAMPIRO?!") por su expresión y repulsión que tuvo al instante al ver a Kyle, fue lo primero que creí que decía-. No es peligroso, creeme es de fiar, no importa que sea un vampiro... -El dragón estaba realmente molesto y gruño mpas fuerte ("Parte de tu piel tiene impregnada su aroma... y el tiene en su boca el aroma de tu sangre... ¡¿Cómo dices que es de fiar si a bebido de tu sangre?!") por cómo olfateó el rostro de Kyle y mi pierna, era probable que reclamara aquello-. Era por mi propia seguridad, si se hubiese contenido talvez estaría moribunda... -El dragón olisqueó mi ropa una vez más ("Traes un dragón oriental en tu bolsillo... ¿Por qué? Los dragones no somos mascotas") no estaba segura de que si era eso lo que quería decir, pero por su rostro escamado... eso había imaginado-. Lo sé, es compañero de mi padrino, vino conmigo este año a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería... está inconciente por que el provocó lo de la pierna...

-Kyle, no te atrevas a moverte más, empeorarás su mal humor... lo siento pero es cierto -me arrepentí de mi última frase ("Los vampíros son unos ascesios a sangre fría... pero si tanto confias en él, quiero que me lo pruebes...")-. No creo que sea lo m´pas conveniente, ya he dicho que Kyle es inofensivo... -("No te confies, el guarda un gran secreto... dile que se levante y caminé al centro... que demuestre su lealtad")-, ¿Y cómo demonios hará eso? -("Qué se las ingienie")-, De acuerdo... Kyle, ¿Podrías levantarte caminar al centro del lugar?... -miré confundida al dragón, puesto que aún no sanía quien era ("Glaciel")-, Por que Glaciel quiere que demuestres que eres de fiar, eres libre de demostrarlo como quieras...

Miré muy molesta a Glaciel (hielo en latín) por hacer tanto alboroto por la raza de Kyle, pero no era muy buena idea discutir conun Dragón tan gigantesco y con cara de pocos amigos. Galciel bservó detenidamente a Kyle, mostrando ser de gran respeto y tolerancia, se sentó a mi lado y volvió a gruñirle ("Empieza ya, vampiro... ¿O tienes miedo?")

-Kyle, él dice: "Empieza ya, vampiro... ¿O tienes miedo?" -miré muy nerviosa a los ojos del dragón que me observaba fijidamente-. Por favor ten cuidado, Kyle, no hagas movimientos en falso...

Temía que Kyle fuese a enfurecer más de lo debido al Dragón Glaciel... recé para que lograse superar la proeba del Dragón... "¿Por que demonios los dragones son tan rencorosos y testarudos?".

Observé detenidamente cada movimiento que hacia Kyle y Glaciel, jamas había visto una rivalidad instantanea ente dos... bueno, en éste caso no son personas... entre dos criaturas. Tenía el comocimiento de que los dragones eran famosos por su mal genio, su impresionante poder mágico y su magnífico cuerpo escamado. Glaciel se volvió hacia a mí, volviendome a gruñir, esta vez me decía que me parára a unos metros de la posición de Kyle para explicarle lo que él haría para demostrarle su lealtad. "No entiendo por que los dragones son tan desconfiados y rencorosos... el honor y la fidelidad se les sube a la cabeza", pensé.

-Kyle, quiero que en todo momento te quedes donde estás, no te muevas a menos de que te lo indique... -le pedí a Kyle una vez estando en la posición que me indicó Glaciel.

Supiré nerviosa y esperé a que Glaciel me diera la siguiente incicación, pero al paseres seguía peleandose con Kyle con la mirada y refunfuñando entre dientes... Carraspié la garganta para llamar su atención y que dejara de acosarlo tan bruscamente.

-Ahora... ¿Qué? -("¿Acaso es sabé algo de nuestra raza?")-. No, no le he contado nada sobre nuestra raza... -("Sería bueno que le contaras, si no, ese vamíro jamás entenderá el por que de ésta prueba")-. Pensé que ésta prueba era por desconfianza... -no me fue muy bien al decirle eso. Glaciel gruñó con todas sus fuerzas, obligandome a tapar mis orejas con mis manos para amortiguar el ruido-. ¡¡MUY BIEN, MUY BIEN... LE DIRÉ!!

Glaciel pareció jadear bruscamente. Por unos instantes pensé que así era, pero al verle con más detenimiento... me di cuenta de que reía. Suspiré impaciente y llamé nuevamente su atención. Glaciel recobró la cordura y me observó con furia, Refunfuñé paa mis adentros y me volteé completamente para hablar con Kyle... no era una plática muy divertida, ya que para mi tenía muchísima seriedad.

-Kyle... Glaciel cree que es necesario que te cuente un secreto de mi familia -dije dudosa-, supongo que te has dado cuenta ya, que el dragón en ningún momento me ha atacado, puedo entenderle e incluso parese defenderme de ti... -pasé una de mis manos por mi nuca y bajé la mirada-, eso es debido a que no soy... en un 100%... humana, hablando generalmente de la sangre... -("¿por qué actuas de esa forma al hablar? ¿Te averguenzas de ser lo que eres?")-. ¡No! ¡No me averguenzo...! -dije algo molesta-, hay que hacer notar que no es algo que se frecuente en una conversación ordinaria...

Volví nuevamente mis ojos a los de Kyle... No podía actuar con tanta presión, así que simplemente soltaría las cosas cómo una bomba, así las preguntas que Kyle realizara, serían más fáciles de contestar.

-Kyle... ¿Ves la marca que tengo en mi hombro izquierdo? Bueno, no lo soltaría tan rápido.