Un poco de entrenamiento... (Elizabeth)

Los gogoteos del agua me aturdían la cabeza, no podía respirar y no tenía la fuerza para salir a la superficia y tomar aire, tan sólo intentaba moverme para safarme de la fuertísima corriente. Sentía cómo me ardía el pecho de tanto tiempo sin respirar, me mareaba y me reventaba la garganta por falta de oxigeno; algo me tomó de sorpresa que aumento la fatíga y el dolor en el pecho: Rocas.

La rocas del cvamino iban golpeandome todo el cuerpo. De pronto sentí cñomo si dos gigantestas manos me golpearan en dos sentidos diferentes. Era un entroque en el río. Uno llevaba a un camino y el otro a uno diferente. La corriente aumentó la velocidad drásticamente y me llevó lejos por uno de los canales.

Intenté abrir mi ojos pero el oxigeno ya no me bastaba. Por instinto abrí la boca pero una gran cantidad de agua entró a mi cuerpo, llenando mis vias respiratorias de éste líquido.

Ya no tenía suficientes fuerzas, mis pulmones dolían inhumanamente, cómo si se hubiesen preparado para explotar en cualquier segundo. Hice un último esfuerzo de salir a la superficie, intentando usar mis manos para bracear y elevar mi cuerpo. Justo antes de que pudiese salir a respirar aire nuevamente, mi hombro derecho fue glpeado por la corriente, azotándolo contra una gran roca que había en el camino. Un dolor punzante y petetrante se hiso presente en ese punto de impacto y sentí cómo perdia la movilidad del brazo completo, el hueso que se conectaba al hombro tronó y se desprendió de la articulación. Me había dislocado el hombro por el golpe.

No pude contenerlo, un grito salió desde el fondo de mi pecho, expulsando mi última reserva de aire y permitiendo que otra cantidad impresionante de agua cristalina y gélida se abriera paso a mis pulmones. La entrada de ésta fue brusca y agresiva. Dejándome sin oportunidad de expulsarla.

Eran demasiados golpes en mi cuerpo, demasiada agua acumulada en mi interior y demasiado tiempo sin respirar. Simplemente mi cuerpo reaccionó cómo era debido: Una perdida total de la conciencia, de alguna forma el cerebro tenía que proteger los demás organos, antes de que el tiempo se agotara y los pulmones se colapsaran.

Justo antes de perder la conciencia vi el cuerpo de Kyle, peleando contra la corriente para poder alcanzarme... sentí cómo si un gran objeto azulado pasaba a un lado de mi a gran velocidad, buscando estar más adelante de mi por alguna razón.

off// voy a cambiar de tipo de narrador xD ni modo de narrar estando inconciente n.n!

on//

Si bien se podría decir que la esperanza se había perdido, el tiempo transcurría sin piedad y la corriente atacaba enfurecida a los dos chicos. Elizabeth ya se había dado por vencida, el dolor y la falta de oxígeno la habían derrotado, pero el vampiro no cesó. Finalmente logró alcanzarla y la sacó del agua, pero la corriente seguía arrastrándolos lejos de su paradero real. El dragón no se había quedado sentado, al darse cuenta de lo que pasaba, se elevó en el aire, estándo al raz del techo para observar todos los movimientos (era demasiado arriesgado entrar al agua si la niña estaba en malas condiciones), pero una vez viendo los caminos dobles, el dragón entró por el camino contrario. Él conocía perfectamente la cueva y sus secretos mejor que ninguna otra criatura. Una vez viendo la segunda desviación en el canal, entró por ella y alcanzó a la chica. Él vampiro ya la tenía segura en sus brazos cuando el salió del agua. Galeciel le gruñó al chico, haciendole señas con la cabeza y las alas, intentando así decirle que sujetara de él. Lo peor estaba por llegar...

off// que aburrido narrar en tercera persona, ^^

on//

Sentía... sentía dolor, me dolía todo el cuerpo. No lograba respirar cómo uqería, mis ojos me pesaban, no podíía nisiquiera hablar. Era frustrante... De pronto, sentí cómo algo borboteaba en mi garganta, buscando la forma de salir inmediatamente de mi cuerpo, también buscaba una salida por mi nariz... no aguantaba la presión em mi pecho. Tenía ganas de dejarme ir y no despertar. El borboteo insistió más y más. Hasta que en dos segundos, toda el agua que había tragado, salió por mi boca. Sentía cómo todo comenzaba a darme vueltas.

El dolor en mi hombro dislocado era intenso, pero era tan el malestar en mi pecho que no pude ni moverme. Me costó trabajo poder sacar esa gran cantidad de líquido de mis pulmones. Tocí bruscamente, hasta que la última gota de agua fue expulsada, respiré, jadeando desesperadamente. Quería reincorporarme, pero etaba tan débil que apenas pude levantar mi cabeza. Grité de dolor. Accidentalmente me retorcí y mi hombro terminó se safarse de su articulaión. No quería ver, no podía... estaba agotada, desorientada. Mareada a más no podre, sentí que volvía a desmayarme.

Apenas logré recobrarme un poco, cuando mi visión regresó a la normalidad. Al principio no logré distinguir lo que veía, poco a poco las sombras de colores iban tomando su respectiva forma... vi a Kyle, empapado, con su cara destrozada de preocupación y una mueca de alivio. Intenté sonreírle pero mis labios no cedieron, estaban entumiedo y fríos. Me estaba congelando. Pronto sentí un denso aliento cálido en mi espalda, no pude moverme a ver quien era, pero no hacía falta. No estaba muy contenta que digamos... Glaciel me había tirado al río y casi moría... si no hubiese sido por aquel chico...

-Kyle... -dije con voz rasposa.

Quería agradecerle, quería abrazarlo... solté otro grito desgarrador. Sentía mi pecho moreteado, igualmente entumido. Cómo si me hubiesen golpeado una y otra vez sin cesar.

Sin darme cuenta, había vuelto a desmayarme. Todavía mi cuerpo no tenía las fuerzas suficientes cómo para mantenerme activa cómo antes… estaba agotada. Me despertaron unos extraños alaridos. Creí que sólo alucinaba por el cansancio… no estaba segura de cuanto tiempo habría pasado pero después de un rato fui despertando, poco a poco mis parpados lucharon para abrirse.

Lo primero que logré ver era el rostro de Kyle, tenía… algo extraño, me costó reconocer que era. Intenté reincorporarme para hablar con él, pero me dolía el pecho. Me dejé tendida donde estaba… volví a estrujar mi rostro. Llevé mi manos izquierda a mi cabello para quitármelo del rostro… me di cuenta, mi brazo estaba cómo nuevo, no dolía y podía moverlo cómo antes, sonreí apenas, estaba aliviada. Esperaría unos minutos más en lo que las fuerzas me regresaban al cuerpo.

Mientras esperaba, traté de recordar lo que me había pasado antes de perder la conciencia al ser golpeada contra las rocas del río… Me costaba, había cables sueltos que no lograba conectar, cómo en momento en que Kyle había entrado al agua… en donde había ido Glacial cuando fui arrastrada por la feroz corriente, lo que había ocurrido en el momento en que logré expulsar el agua de mi cuerpo… Me estremecí, sentía frío, me acurruqué en donde estaba, oculté mi rostro en mi pecho, esperando que ese extraño escalofrío cesara.

-¿Kyle? –le hablé al fin. Había demasiado silencio. Tan sólo escuchaba el correr alborotado del río-, ¿Estás bien? ¿Dónde está el dragonete? –me sentía aun molesta con él.

Reconocí ese tenso ambiente en el aire, ese algo que no cuadraba, lo que me ponía los pelos de punta… algo había pasado, pero ¿Qué? ¿Kyle me lo diría si preguntaba?