Un poco de entrenamiento... (Elizabeth)

De verdad me dolía la pierna… y aguantarme las ganas de irme eran realmente perturbadoras, mas no pensaba cancelar una clase con Kyle sólo por una patética herida en la pierna. Sentía la preocupación de Kyle en sus gestos, su voz y en sus claros ojos. Sentí pena al ver como iban a terminar las cosas y me opté a aguantarme el dolor y continuar con la práctica.

-No es necesario –protesté-, sólo necesito sentarme un rato… y con un simple vendaje queda mi pierna como nueva –sonreí.

Envolví nuevamente a Kyle con mis brazos y m recargué sobre su pecho lo mejor que pude. Sentía que no iba poder pararme un largo rato hasta que bajara el dolor. Maldita lagartija colorada, tenía que arruinar todo.

-Gracias -sonréi.

Sonreí al ver como todos estaban al tanto de mí, no recordaba la última vez que había tenido tanta atención por un simple accidente. Me estiré lo más que pude para despeinar a los dos niños chibi que me mostraban cariño. Volví a acomodarme en el pecho de Kyle y suspiré profundamente son dejar de ver a las criaturas que él había creado para mí.

-Prefiero el termino “Persistente” –reí cuando Kyle osó a decirme terca-, Suena mucho mejor ¿No lo creen? –miré a los niños chibi.

Volví a jugar vacilante con las manos de Kyle; se estaba volviendo un hábito bastante extraño… pero es que no podía evitarlo. Simplemente me relajaba y me agradaba.

Noté como Kyle seguía angustiado por mi estado, su mirada lo decía todo. No quería que se sintiera mal… no quería irme aún, así que sonreí picara y le di un beso en la mejilla mientras seguía jugando con sus manos. No pude evitar que mis mejillas se sonrojaran y que mi corazón se acelerara. Pero aun así me sentí bien al final.

-No te preocupes… esto no es nada a comparación de otros accidentes y desastres que he sufrido anteriormente –solté una risilla.

Me quedé observando sus ojos… eran bellísimos… pronto sentí que ya no podía seguir sosteniendo su mirada, era demasiado intensa como para hacer, me cohibí y reí nerviosa.

Su extraordinaria caricia me había hecho reí de forma tierna… mis mejillas se coloraron de un tono patético en rosa y mi sonrisa brilló de alegría; Kyle era realmente tierno conmigo y eso me hacia sentí muy bien, lástima que eso no ayudara mucho a mi pierna herida. Suspiré y miré el techo de la cueva, imaginando figurillas abstractas en el.

-Supongo que estaré sentada un largo rato –dije sin apartar mi mirada del techo-, odio estar sentada, jejeje, es muy aburrido… mejor hablemos de algo –le sonreí.

Me quedé fascinada con lo que recién hacía Kyle con mi pierna, di un grito de emoción y e asombro, abrazarlo fue inevitable… como me encantaba que me sorprendiera de esa forma. Pensé en sus palabras… la verdad es que tenía tanta curiosidad en saber más de él y de los vampiros… de su familia… Todo. Me acomodé en su hombro y mire sus manos mientras seguía jugando con ellas.

-Háblame de ti… la verdad es que sé muy poco sobre ti, sería lindo tener en cuenta detalles sobre tu vida –sonreí un poco apenada sobre el tema que tocaba, pero bueno, así se va uno conociendo con los demás.

Observé el árbol que se había quedado son corteza… si los árboles hablaran, lo más seguro es que fuera con el para agradecerle el favor que me hacía. Sería una experiencia única y alucinante pero no perdería el encanto mágico y hermoso.

La emoción que Kyle empleaba para hablar de su pasado era enternecedora hasta el momento en donde el tema de su hermana lo fue apagando hasta cortarle la voz. Sentí un pinchazo en mi pecho cuando vi que de sus orbes rodaba una lágrima en fuga. Mi impulso fue abrazarlo, rodeando su cuello con mis brazos y recargándome de tal forma que mi pierna no me hiciera estorbo. Me alejé ligeramente para verle el rostro y limpié su mejilla para dejar en su lugar un beso mío. Di una media sonrisa y hablé dulcemente:

-Si no deseas continuar con esta plática no hay problema –junté nuestras frentes, cerré mis ojos y continué hablando-, lamento si te hice recordar algo que no debería, Kyle… es fácil ver que tu hermana era MUY importante para ti, ¡Y cómo no!... eres un chico adorable -busqué palabras para hacerlo sentir mejor-. Una vez mi madre me dijo que, cuando alguien se va, esta nos deja algún elemento de guía para cuidarnos donde quiera que nos encontremos, simplemente es tratar de encontrar ese algo que representa su cariño…

Fue en ese momento que me percaté que una bella luz solar iluminaba la entrada de la cueva y brindaba una ligera calidez al interior, su luz se extendió cada vez más hasta reflejarse en nuestras facciones, sonreí ante esto, puesto era lo que esperaba; gracias a la luz que había hecho un buen acto de presencia, me percaté que en una esquina de la cueva, no muy lejos de nosotros, había una minúscula porción de césped, creciendo libremente y con pequeñísimas gotas de rocío, en la punta superior de un delgado tallo verde, brotaba una flor de blanco color.

-Las flores blancan simbolizan inocencia... -dije para mí misma en voz alta.

Cuando la vi, sabía que ese era el elemento del cual le estaba hablando a Kyle… era mágico y sublime. Sonreí dulcemente y regresé mis ojos al rostro de Kyle para ver su reacción.

Kyle se veía realmente feliz, me encantaba verle el rostro con aquella sonrisa dibujada en sus labios. Terminando de hablar, lo abracé nuevamente y despeiné su cabello… me quedé jugando un rato con el mientras me acomodaba sobre su hombro como si fuese una almohada, le encontré un gusto a estar cerca de él, era bastante ameno. Me sentí con una paz muy similar a cuando los trillizos y yo nos juntábamos a pasar las tardes frente a uno de los ventanales de la casa, viendo la lluvia caer.

-Kyle… -pensé un rato antes de retomar el hilo de la conversación-, ¿Cómo se llamaba tu hermana? –dije con suavidad para amortiguar el tono curioso, no quería hostigarlo con mis preguntas.

Me quedé jugando con sus manos frías y cerré momentáneamente mis ojos.

Cuando escuché el nombre de su hermana, me quedé con una gran emoción e mi rostro, ese nombre tenía tanta profundidad en todos los sentidos, era tierno, sutil, alegre, dulce… pero si lo pensabas bien, también mostraba valentía y dedicación; Como Julieta, la de la historia de Shakespeare; dulce y tierna, cariñosa y respetuosa, siempre con sus prioridades en orden y sin temerle a nada, ni siquiera a la misma muerte. Supuse que ese nombre debió haberle quedado como anillo al dedo. Kyle tenía gran sentimiento cunando retomó la plática… incluso podía jurar que su corazón latía de igual manera.

-¡Qué bello nombre!... me imagino que debió haber sido igual de hermosa… -pensé en lo que dijo sobre ponerle ese nombre a alguna hija-. ¿Sabes? Esa idea jamás se me había pasado por la cabeza… aunque tanto amor es el que te tienes a ella, que no dudo que se cumpla lo que recién has dicho.

Cada vez que Kyle abría la boca… me dejaba más sorprendida de lo que se ocultaba tras de él, simplemente iba encontrando a un chico, noble decidido y caballeroso como ninguno en toda la faz de la tierra.

Cuando escuché el nombre de su hermana, me quedé con una gran emoción e mi rostro, ese nombre tenía tanta profundidad en todos los sentidos, era tierno, sutil, alegre, dulce… pero si lo pensabas bien, también mostraba valentía y dedicación; Como Julieta, la de la historia de Shakespeare; dulce y tierna, cariñosa y respetuosa, siempre con sus prioridades en orden y sin temerle a nada, ni siquiera a la misma muerte. Supuse que ese nombre debió haberle quedado como anillo al dedo. Kyle tenía gran sentimiento cunando retomó la plática… incluso podía jurar que su corazón latía de igual manera.

-¡Qué bello nombre!... me imagino que debió haber sido igual de hermosa… -pensé en lo que dijo sobre ponerle ese nombre a alguna hija-. ¿Sabes? Esa idea jamás se me había pasado por la cabeza… aunque tanto amor es el que te tienes a ella, que no dudo que se cumpla lo que recién has dicho.

Cada vez que Kyle abría la boca… me dejaba más sorprendida de lo que se ocultaba tras de él, simplemente iba encontrando a un chico, noble decidido y caballeroso como ninguno en toda la faz de la tierra.

Sentí una comodidad extraña pero aun así me gustaba… simplemente sonreí y dejé que Kyle siguiera tarareando, cerré mis ojos y respiré profundamente, me sentía cansada; tanto susto, errores, golpes contra la pared, corajes, llanto y exaltación me destrozaron as energías. Necesitaba descansar un poco. Seguí jugando las manos de Kyle mientras dejaba que mi respiración se volviera profunda y suave… no quería dormirme… vaya perdida de tiempo, pero la comodidad y la voz de Kyle no me invitaban a nada más que eso.

-Te quiero, Kyle –susurré.

Como pude, traté de levantarme (sin moverme mucho) y besarle la mejilla, pero no le alcancé, y mi beso terminó en parte de cuello, casi llegando al mentón… refunfuñe y haciendo pucheros regresé a como estaba antes.

Volteé para ver mi pierna, y efectivamente, se estaba mejorando. Sonreí y miré el rostro de Kyle por unos segundos, estaba realmente agradecida de poder pasar esos momentos tan cálidos con él. Seguí pensando en todas las preguntas que tenía sobre él y su pasado, no quería hacerlo sentir incomodo por mi insaciable curiosidad así que simplemente fui pausando mis ideas y dándole prioridades a mis dudas.

-Oye, Kyle… tengo una duda –dije sin verle a lo ojos ya que estaban sobre mi pierna-, los vampiros además de sus sentidos tan agudos, fuerza y velocidad, ¿Qué más puede hacer?

Me volví a ver la entrada de la cueva y la flor bañada en rocío, la verdad es que daba una belleza única e incomparable, como si intentar decirnos que estaba presente entre nosotros por alguna razón.

Cada palabra que decía Kyle acerca de los vampiros, iba alimentando a mi curiosidad, y aunque pareciera que no me interesa lo que me rodea, la verdad es que es todo lo contrario, sólo que simplemente se debe presentar el momento justo para comenzar a indagar.

-Wow, no sabía que podías curarte rápido –me detuve a pensar en como sería la regeneración-. Oye, pero tú naciste de un vampiro y una humana, entonces… ¿Significa que eres como un adolescente común y corriente? Pero sólo que bebes sangre ¿O puedes también alimentarte de otras cosas? ¿No eres inmortal como todos los vampiros? –mi curiosidad se estaba desatando, pronto terminaría soltando más de un millón de preguntas al azar y sin saber si podría con tantas dudas a la vez.

Me acomodé para recargarme en su hombro y verle a los ojos; mi rostro hacía gestos de duda y asombro, arrugaba la nariz y la frente a cada pregunta que formulaba, o soltaba las manos de Kyle y miraba a todos lados tanto con mis ojos como con la cabeza. Demasiados movimientos al mismo tiempo.

Estaba más que fascinada por las respuestas de Kyle y superaba toda mi imaginación. Y a cada respuesta que me daba, se me venían aun más preguntas por hacerle, y con una enorme sonrisa curiosa, le eché otra bomba de dudas encima.

-Así que eres inmortal, pero aun así sigues creciendo y cambiando… ¿Significa que seguirás creciendo hasta ponerte anciano? –bromeé con su respuesta-, pero… ¿En un 100%, no hay algún talón de Aquiles para los vampiros? Y dime… ¿Cómo es que nacen los vampiros?, si pueden nacer vampiros de forma natural… También se pueden crear ¿No? ¿No existen diferencias notables entre un vampiro nacido y uno creado?

Lo miraba curiosa y atenta, era bastante entretenido y notaba que no le incomodaba mi curiosidad, así que no me limite a seguir indagando sobre su naturaleza.