Paseando hacia el ocaso [LIBRE]

Me tuve que quedar unos segundos pensando quién era Alex. Finalmente logré acordarme, se trataba del novio de Robin, o al menos eso había dado a entender la vez que lo nombró.

- Si... en ese sentido tienes más que perder que yo... - respondí, pensando fugazmente en aquel que no quería recordar.

- Yo en tu lugar... no sé, trataría de que nadie os viera juntos, para que no lo identifique... - comenté - Y le avisaría de que no tratara de pelear contra él.

Porque si no había podido yo...

Hice una mueca. Sentí demasiado dolor, tanto interno como físico. Me tumbé en el suelo, agotada.

-¿Quieres decir... dejarlo? ¿Dejar de hablar con Alex, no estar con él?

Eso le haría daño... Pero al menos así no moriría a manos de un vampiro trastornado.

Suspiré.

Negué levemente con la cabeza.

- No, ciertamente para protegerlo eso sería lo mejor - respondí - pero sufriría mucho, tanto tú como él.

- Lo que decía es que tratáseis de veros en sitios sin gente, y vigilar bien vuestro alrededor...

- Pero yo me preocuparía igualmente por tus padres, porque has pensado primero en Alex, pero ellos también pueden correr peligro... - expliqué.

Negué con la cabeza.

-Jamás me olvidaría de mis padres. Pero él no sabe dónde viven, no podrá averiguarlo.

(Perdón por esta porquería +.+)

Suspiré.

- Yo no me confiaría - comenté - Lo veo capaz de cualquier cosa por lograr su objetivo.

- ¿Tienes a alguien más que pueda correr peligro aparte de ellos? - le pregunté, pues debíamos tener en cuenta a cualquiera que al vampiro pudiera interesarle.

No, nadie sabía dónde vivían, estaban entre los muggles, no los encontraría. Pero si llegase a dar con su paradero... ¡No! Ni siquiera tendrían oportunidad para defenderse...

-No.-respondí negando con la cabeza.-Mis papás, Alex y tú.

- Yo no tengo peligro, así que... podrás vigilarlos sin mucha dificultad - comenté - Y ya sabes que si tienes algún problema, no dudes en llamarme.

Entonces guardé silencio.

- Aunque... a lo mejor tampoco soy la más indicada para protegerte... hoy no he logrado evitar que te atacase casi hasta el punto de matarte... - añadí, triste y resentida conmigo misma.

Sin embargo, dudaba que alguien pudiera hacer mucho más de lo que había hecho yo contra el vampiro.

Negué con la cabeza.

-Si no hubieses llegado... Yo ya estaría muerta, o peor, aún seguiría sufriendo. Porque seguro que me habría seguido haciendo daño...

Me acerqué más a ella y la abracé con cuidado de no hacerle daño en las heridas de la espalda.

-No sé cómo lo has hecho, pero te doy las gracias por arriesgar tu vida para salvar la mía.-susurré.

Me tensé un poco cuando me abrazó, pero finalmente se lo correspondí.
Luego retomé mi posición inicial con la barbilla apoyada en mis rodillas.

- No ha sido nada, Robin, no hice nada especial, sólo tuve la suerte de llegar tiempo... - comenté - ...porque podría haber hecho más.

Cerré mis manos en dos puños y los miré.

- Podría haberle hecho más daño del que te hizo él a ti, pero no fui capaz, y no sé por qué.

¿Sería más cobarde de lo que creía?

Me quedé en silencio reflexionando en las palabras de Alexandra.

Jamás te rebajes al nivel de los que no te tratan bien, sé fiel a ti misma.-recordé la voz de mi mamá.

-Yo sí lo sé, porque tú eres mejor persona que él.-respondí acariciándole la mejilla con una sonrisa.

- Si fuera eso... - dije simplemente, resoplando mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en mi rostro. ¿De verdad era mejor persona que él? ¿O sólo era en apariencia?

Luego de unos segundos de silencio, decidí que ya era hora de dejar mis penas para otro momento.

- Bueno, creo que deberíamos ir a un sitio más seguro. Además, hace frío y tú... - miré sus pies - Vuelves a no llevar zapatos - rodé los ojos - ¿Hacia dónde te dirigías antes de... de... eso?

-Lo es.-sonreí cerrando los ojos un momento. Estaba convencida de ello.

Miré mis pies.

-Sí, hace frío... Y no siento los pies... Lo que sí siento es todo lo demás...-hice una mueca.-Alexandra no le digas a mis papás que esto me lo ha hecho un vampiro... Diles que ha sido un mago, no es mentira.-suspiré.-Me la voy a cargar con el Ministerio de Magia por usar la varita fuera de Hogwarts.

- No, no te la cargarás, diremos que los hechizos los hice yo con tu varita, y no habrá manera de demostrar lo contrario - la tranquilicé sonriendo - Y aunque lo descubrieran, fue en defensa propia, lo tendrían en cuenta.

Luego observé todas las heridas de Robin, aunque tenían mejor aspecto luego de que tanto ella como yo las hubiéramos curado un poco.

- No, no se lo diré, pero podría curarte del todo - me ofrecí, sabía que era capaz, solo necesitaríamos un poco de paciencia.

Me sentía apenada, pero más por mis padres que por mí. Y además el Ministerio no había sido de lo mejor que podía verse.

-Aunque lo hagas... Mi mamá se enfadará por llegar tarde... Y los decepcionaré a ambos.

Le sonreí tranquilizadoramente.

- No creo que se decepcionen, Robin, ellos confían en tí y sabrán que si has llegado tarde ha sido por algo - le dije - Mira, hacemos una cosa, yo te curo y si quieres luego les dices que yo te entretuve - le propuse, señalándome mientras ladeaba la cabeza en un gesto bastante infantil.

Hice una mueca y moví la cabeza de lado a lado a modo de negación y desacuerdo.

-No les mentiré. Y eso sería hacerlo.

(*Estudiando* u.u)

Negué yo también con la cabeza.

- A eso se le llama mentira piadosa, porque estás ocultando una verdad que haría más daño que la mentira - repliqué - ¿Nunca has dicho una?

-No.-dije.-Las mentiras, sean como sean, son mentiras. Lo que pasa es que la gente las disfraza o las adorna para que no dañen, pero acaban haciéndolo tarde o temprano.

Hice una pausa.

-Cuando mientes, la confianza se pierde.

Volví a negar con la cabeza mientras sonreía. Ya iba a salir con una de mis frases filosóficas.

- Sigo sin estar de acuerdo - comenté - Y te diré por qué. Ponte en la situación de una madre cuya hija lleva meses ensayando una actuación para el colegio. Y llega el día esperado, se pone nerviosa, y se le olvida todo. Cuando le pregunte triste a su madre si lo hizo mal, ¿Crees que debería decirle la verdad?

Ladeé la sonrisa.

- Yo pienso que no, y en verdad la madre le dirá que lo hizo muy bien - expliqué - A eso se le llama una mentira piadosa.

- Sin embargo, si no quieres mentirle a tus padres... ¿Por qué me dices que les diga que todo fue culpa de un mago? - le pregunté, porque no acababa de entender a veces los razonamientos de Robin.

Negué con la cabeza.

-No, no, no, no, no. Eso no está bien. Esa mamá debería decirle a su hija cómo lo ha hecho, pero hay formas y formas de decir la verdad.-me reí internamente, no me iba a dejar ganar en mis razonamientos.

La siguiente respuesta era muy fácil.

-Porque ocultar cosas no es mentir, y ese vampiro también era mago.

Rodé los ojos.

- Bueno, ya, la llamada "Verdad a medias" también existe... - comenté - Pero como digas - resoplé.

- Entonces... ¿Ibas camino de tu casa?

-Estaba paseando por Hogsmeade y me quedé a contemplar la puesta de sol... Para una vez que la veo y me topo con una criatura de la noche...

Me quedé callada un momento mirando el lugar por donde se había ido el sol y recordando cómo me habían arrastrado hasta el muro dejando mi sangre por todo el camino.

-¿Por qué me han hecho esto, Alex...? ¿He hecho algo que no esté bien?-dije mientras me temblaba el labio inferior.

Negué con la cabeza mientras abrazaba a Robin para intentar reconfortarla. Me entristecía que le hubieran hecho eso, era muy inocente como para poder soportar un golpe tan duro de la realidad así de repente.

- No, Robin, tú no has hecho nada - negué - Es porque él es malo, aunque tú no lo quieras ver.

- Esta vez has sido tú, pero igualmente podría haber sido otro la víctima, y apuesto a que han habido muchas más...

Me quedé pensando otro rato y contemplando la frase de mi brazo. Hice un mohín.

''La maldad existe''. Qué ganas de llorar me hacía sentir tener aquello recorriendo mi brazo de un extremo a otro.

¿Existe la maldad...? ¡No!

-En ese caso, alguien tendrá que hacerlo recapacitar, y si no, habrá que detenerlo....

Robin miró su marca. Sabía que aún se negaba a creer en la maldad, pero la verdad es que lo mejor sería que lo fuera asimilando ya, sobre todo si se iba a encontrar con gente como aquel vampiro más veces, porque a ese tipo de personas no se las podía tratar igual que al resto.

- A él ya no se le puede recuperar, Robin, él es así porque quiere, no se puede "ayudar" a alguien que no quiere ser "ayudado" - respondí - ¿De verdad crees que hay una manera de volverlo "bueno"?